JENNI HERMOSO SELECCIÓN ESPAÑOLA | El fin del destierro
La jugadora de la selección española, Jennifer Hermoso. / REDACCIÓN
A mediados de noviembre está previsto que Luis Rubiales, expresidente de la RFEF, presente un libro llamado Matar a Rubiales, escrito —según la reseña anticipada— por el propio protagonista. Será su regreso a la escena pública tras haber sido condenado por un delito de agresión sexual por el beso no consentido a Jennifer Hermoso durante la celebración del Mundial de 2023 conquistado por España. Ha tenido que pasar un año para que la máxima goleadora de la historia de la selección, con 57 tantos, volviera a vestirse de corto ante Suecia, en las semifinales de la Nations League.
[–>[–>[–>Jenni Hermoso se llevó una gran ovación en La Rosaleda. Un aplauso que sonó a reparación y que evidenció la injusticia de su ostracismo: una forma más de revictimización, añadida al juicio público que sufrió este año. Un proceso por el que atraviesan muchas mujeres víctimas de delitos sexuales o de género, especialmente cuando el caso adquiere un impacto mediático. Paralelamente, al proceso judicial, se desarrolló otro, de carácter social, en el que se puso en duda su palabra. Pero el público del fútbol femenino reconoció el valor de una futbolista excluida «por razones estrictamente deportivas», según la anterior seleccionadora, Montse Tomé.
[–> [–>[–>Sonia Bermúdez, que ha tomado el relevo tras la Eurocopa, levantó el precinto de ese silencio que dejó fuera de juego a una futbolista que, a sus 35 años, mantiene el filo de aquella goleadora -es una de las máximas anotadoras del campeonato mexicano- que fue clave en la conquista de un Mundial histórico, ensombrecido por un abuso de autoridad. Con todo, la selección española dejó un poso de transformación social que cambió la estructura federativa del fútbol casi por completo. Marcó líneas rojas y dio ejemplo tras una denuncia prolongada contra los métodos de Jorge Vilda: la conocida ‘Rebelión de las 15’, cuando las jugadoras renunciaron a ser convocadas mientras no se produjesen cambios estructurales en el cuerpo técnico y la gestión del equipo.
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Entre las firmantes de aquel manifiesto -«criticado por una minoría ruidosa que las acusó de niñatas»- estaba Mapi León. Otra de las grandes figuras del fútbol femenino español, que mantuvo su renuncia hasta el final, perdiendo la posibilidad de disputar el Mundial y poniendo por encima de todo su dignidad. La jugadora del Barça también ha regresado con Sonia Bermúdez. «Llevamos dos meses trabajando duro. En el caso de Jenni valoramos mucho su rendimiento, tiene mucha experiencia y nos puede aportar en diferentes perfiles. Estamos contentos de tenerla, como a Mapi. La RFEF lleva mucho tiempo trabajando para que pueda volver. Nos transmite que está ilusionada. Era una de mis prioridades poder hablar con naturalidad», dijo la nueva seleccionadora, quien, al igual que Montse Tomé, formó parte del equipo de Vilda.
[–>[–>[–>Las dos, así como el resto del staff del seleccionador -salvo él mismo-, quisieron mostrar su «más enérgico y rotundo rechazo al comportamiento mostrado por el presidente de la RFEF con la jugadora Jenni Hermoso», calificándolo de ‘inaceptable’. Fue la acción-reacción de un proceso que hizo evidente el debate sobre el consentimiento, pero en el que existió una maquinaria de fango contra la jugadora, llegando a decir que había cambiado de criterio. Y aunque así fuera, bienvenido sea: sigue siendo una parte fundamental en la construcción de un mundo donde se han puesto en tela de juicio los acuerdos básicos a los que la sociedad española había llegado. Entre ellos, los que tienen que ver con el episodio sufrido por Jenni Hermoso y otras mujeres que esperan reunir las fuerzas necesarias para hacer su propio Se acabó, el mismo lema que volvió a pronunciar cuando se conoció la sentencia.
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Exigua en el castigo material, pero determinante en lo ético y moral. Porque una justicia que solo condena y no repara es totalmente inocua. Por eso Rubiales se sintió un muerto en vida, excluido de la vida pública, aunque su inhabilitación para ejercer un cargo termina el próximo año. Un zombi en un punto de la historia en el que la polarización lo mueve todo. «Esto creará un precedente importante en un entorno social en el cual aún queda mucho por hacer. Tengo el corazón lleno de cada una de las personas que han estado, están y seguirán conmigo en esta lucha. Y, ahora sí, se acabó«, expresaba Jennifer Hermoso tras la sentencia, consciente de que tanto ella como otras mujeres -y, por imperativo humano, también muchos hombres- deberán conjugar el verbo acabar mil veces más para terminar con una discriminación que sigue siendo real.
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