No vive en este mundo
Si con la publicación de sus memorias Juan Carlos de Borbón pretende reconciliarse con la ciudadanía española o con su hijo parece que ha vuelto a errar el tiro. «Reconciliación» es el título que le ha dado al libro que ayer salió a la venta en Francia, pero podría haber elegido mejor Justificación o Equivocación o, simplemente, Disparate. Porque con esa remembranza el rey emérito demuestra una vez más que no vive en este mundo. No que no esté en España, de donde tuvo que marcharse en 2020, por decisión del rey Felipe y tras conocerse que tenía una fortuna no declarada en el extranjero, sino porque parece residir en otra galaxia, en una en la que no existe reproche alguno para sus andanzas y en la que se ignora la decepción que el conocimiento de las mismas ha causado en la población española, mucho mayor entre aquellos que lo admiraban por su papel en la Transición.
[–>[–>[–>A falta de leer el libro «in extenso» y por lo conocido hasta ahora, no parece que se muestre preocupado por el porvenir de España, más bien lo que expresa es desasosiego por su propia situación personal. Y comete errores que reflejan su lejanía de lo que aquí ocurre o, peor, que lo vinculan al sector más ultra del país. Blanquear al dictador Franco mientras reprocha la falta de empatía del rey Felipe para con él y sus circunstancias, y criticar sin pudor a la reina Letizia, es probablemente su principal equivocación. Se atribuye además, casi en exclusiva, la democratización del país: «No olvides que tú heredas el sistema político que yo forjé», asegura que le dijo a su hijo cuando este renunció a su herencia económica.
[–> [–>[–>Inconsciente del daño reputacional que ha supuesto, tanto para él mismo como para la monarquía como institución, el descubrimiento de que tenía dinero oculto en Suiza y de que se airearan sus relaciones extramatrimoniales, que ahora minimiza, pero que le han convertido en protagonista del morbo televisivo. Devenir en estrella del «prime time» se asemeja mucho a un castigo, quién sabe si divino, para alguien que aún espera encontrar la redención en los libros de historia.
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