China dio a conocer este viernes el entrada en servicio de su tercer portaaviones, el Fujian, equipado con tecnología de lanzamiento electromagnético, lo que convierte al gigante asiático en el segundo país del mundo en contar con este avance en su flota, junto a Estados Unidos.

El Fujian, identificado con el número 18, fue incorporado oficialmente a la Armada china durante una ceremonia de bandera a la que asistió el presidente, Xi Jinping, y que se celebró este miércoles en la isla sureña de Hainan.

Un día antes de la ceremonia, la Administración de Seguridad Marítima de China emitió una advertencia de navegación cerca de la base naval de Longpo en la ciudad de Sanya, donde se celebró el evento.

La alerta, vigente del 4 al 6 de noviembre, prohibía la entrada a una zona delimitada para la realización de «entrenamiento militar».

Se trata del primer portaaviones del país equipado con catapultas electromagnéticas, un sistema que utiliza energía eléctrica para lanzamiento de aviones desde cubierta y que supone un avance respecto a las catapultas de vapor utilizadas en barcos anteriores.

Sin embargo, en Estados Unidos se está revalorizando el uso de este sistema debido a su elevado coste y la dificultad que supone repararlo.

La televisión estatal CCTV informó que Xi entregó personalmente la bandera del Ejército Popular de Liberación al capitán y comisario político de Fujian, tras lo cual subió a bordo para recibir información sobre la construcción del barco, las capacidades operativas del sistema de lanzamiento y la preparación de la tripulación.

El Fujian fue botado en junio de 2022 en el astillero de Jiangnan, en la ciudad oriental de Shanghái, y realizó su primer viaje de prueba en mayo de 2024, centrado en verificar los sistemas de propulsión y eléctricos.

En septiembre de este año cruzó el Estrecho de Taiwán hacia el Mar de China Meridional para ensayos y entrenamiento, un movimiento que generó atención en la región.

Diseñado y construido íntegramente en China, El Fujian tiene un desplazamiento de más de 80.000 toneladas y representa un paso importante en los planes del Ejército chino de contar con seis portaaviones para 2035.

Los dos primeros, el Liaoning y el Shandong, se derivan de diseños soviéticos y utilizan rampas de despegue en lugar de catapultas.

El refuerzo de la Armada china levanta sospechas entre sus rivales –tanto Estados Unidos como otros países de la región–, especialmente por los conflictos territoriales en torno al Mar de China Meridional, cuya soberanía reclama Beijing en su totalidad, y en torno a Taiwán.