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La librería Morgan, el metro fantasma de Old City Hall y otros secretos de Nueva York | El Viajero

La librería Morgan, el metro fantasma de Old City Hall y otros secretos de Nueva York | El Viajero
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  • Publishednoviembre 8, 2025



Nueva York es una ciudad espectacular. Cosmopolita por excelencia, aquí encontrarás un mosaico de culturas, historias y rincones sorprendentes que van mucho más allá de la Estatua de la Libertad, Central Park o el Empire State. Y es que la Gran Manzana esconde secretos y curiosidades mucho más allá de lo imprescindible visitar en Manhattan, y que incluso muchos neoyorquinos desconocen.

Para que no te pase lo mismo que a ellos, te contamos 10 secretos de Nueva York que no querrás dejar de ver con tus propios ojos en tu próxima visita.

1. La Biblioteca Morgan: un tesoro escondido en Midtown

Uno de los lugares menos visitados por los turistas es la Librería Morgan. Está ubicado en el corazón de Midtown, a pocos pasos del bullicio de la Quinta Avenida, y es una joya arquitectónica y cultural. Fue fundado por el banquero JP Morgan a principios del siglo XX y alberga libros y documentos de todo tipo. Desde manuscritos originales de autores como Charles Dickens hasta partituras de Mozart o cartas de reyes y papas. Como si su contenido no fuera ya suficientemente brillante, su continente no es una excepción. Fue construido entre 1902 y 1906, anexo a su residencia, y diseñado por el arquitecto Charles McKim en un estilo de palacio Renacimiento italiano. Su sala principal, con sus techos pintados y estantes de madera, parece sacada de una película. Además, hay quienes dicen que la famosa biblioteca aparece en la película. La bella y la bestia Se inspiró en el de JP Morgan, aunque se trata de un rumor no confirmado.

Puedes adquirir el boleto en su sitio web oficial y si te parece un poco caro ($25 por adulto), puedes optar por ingresar gratis los viernes de 5:00 p.m. a las 20.00 horas, previa reserva de entradas.

2. The Cloisters: un monasterio medieval en Manhattan

Parece inverosímil, pero un viaje de media hora te puede llevar desde el corazón de Times Square al interior de un claustro europeo, similar al de San Juan de la Peña en Huesca, con sólo vistas al río Hudson. Hablamos de The Cloisters, un museo que forma parte del Metropolitan Museum of Art (Met), y que contiene un conjunto de claustros y jardines traídos piedra a piedra de Europa, además de columnas románicas, tapices flamencos y muchas otras obras de interés a las que los europeos estamos más acostumbrados, pero que para un americano son más difíciles de ver.

La entrada a The Coisters ($30) está incluida en el boleto del Met, así que si decides visitar uno de los dos, debes saber que, el mismo día, puedes ir al otro sin pagar nada más. Por supuesto, esté atento a los horarios de cierre, ya que The Cloisters no está exactamente ubicado en el centro y cierra a las 4:30 p.m.

3. El metro fantasma del antiguo ayuntamiento

Aunque el metro de Manhattan es un poco especial y permite encontrar sus estaciones desde un mostrar “improvisada” por Jimmy Fallon con el artista al servicio incluso de sus habitantes más comunes (las ratas), lo que pocos saben es que esconde una estación de metro digna de una película de época: Old City Hall.

Fue inaugurado en 1904 y cerrado en 1945, pero aún conserva sus azulejos originales, lámparas de bronce y una impresionante bóveda de cristal. Es una pena que no esté abierto al público, pero aún así hay formas de visitarlo. Lo más cómodo es gracias a un recorrido organizado por el New York Transit Museum, pero si andas corto de asientos, también puedes hacerlo desde la ventanilla de la Línea 6 del metro: no hace falta bajarte en la última parada, sino esperar a que el metro continúe su recorrido para dirigirse en sentido contrario.

4. El triángulo de Hess: la resistencia de una familia a la expropiación

Querrás prestar atención al suelo si caminas por la esquina de Christopher Street y la 7ma Avenida en el West Village de Manhattan, ya que allí se encuentra el Triángulo de Hess. Un pedazo de Nueva York con mucha historia, y en 1910 la ciudad expropió una serie de terrenos para ampliar la Séptima Avenida y construir una línea de metro. Y la familia Hess perdió muchas de sus propiedades, pero hubo un error y lograron mantener bajo su poder este pequeño triángulo de sólo 0,32 metros cuadrados. Para que no quedara duda, en 1922 instalaron una placa de granito que decía: “Propiedad privada de la Compañía Hess, nunca dedicada a fines públicos”.

5. El pivote de Central Park

La planificación urbana de Manhattan no es casualidad. Este es el resultado del famoso Plan de los Comisionados de 1811, mediante el cual la isla se dividió en una cuadrícula. Pero para lograrlo era necesario sembrar Manhattan con una serie de pivotes (Survey Bolts o Benchmark Bolts), que servirían de guía para realizar el trazado. Bueno, hasta donde sabemos, la mayoría de estos pivotes han desaparecido, pero hay uno que todavía es visible en Central Park. Su ubicación exacta se mantiene en secreto por temor a que lo roben o lo destruyan, pero después de una búsqueda exhaustiva en línea y en el parque es posible que puedas encontrarlo. Te contamos que era el que marcaba la 6ta Avenida. Con una de las calles entre 60 y 70.

6. Grand Central, casi terminada

Aunque mucha gente lo llama estaciónTécnicamente, Grand Central es una terminal, así que no te sorprendas si un neoyorquino te corrige si le das el nombre equivocado. Pues bien, esta terminal está llena de secretos: desde una galería de susurros -donde si dos personas se sitúan en rincones opuestos de la bóveda y susurran, pueden oírse- hasta un mercado de alimentación que luce espectacular, pistas de tenis, las constelaciones en el techo de la estación pintadas al revés, enormes ventanales por los que, si te fijas bien, puedes ver pasar al personal de la estación, o The Campbell, donde tomar una copa. Como puede ver, Grand Central es un pozo sin fondo de lugares de interés.

7. Isla Roosevelt y su teleférico

Cuando visitan Nueva York por primera vez, pocas personas saben que entre Manhattan y Queens se encuentra Roosevelt Island, una isla residencial llena de historia. Pero además, la ruta para visitarlo es de lo más completa, ya que puedes llegar en teleférico y regresar en barco por casi el mismo precio que el metro, pero viviendo una experiencia completamente diferente.

El tranvía de Roosevelt Island ofrece vistas espectaculares del East River y el horizonte de Manhattan y es uno de los pocos teleféricos urbanos del mundo integrado en el sistema de transporte público. Una vez en la isla, podrás visitar las ruinas del Smallpox Memorial Hospital o tomar una copa en techo La sala Panorama, por ejemplo. Y a la vuelta, el NYC Ferry te lleva de vuelta a Manhattan con vistas completamente diferentes. Como dije, un curso muy completo.

8. El resurgimiento de los bares clandestinos

Durante la Prohibición en las décadas de 1920 y 1930, proliferaron los bares clandestinos. bares clandestinos. Algunos han sobrevivido hasta el día de hoy, como el legendario Please Don’t Tell (PDT), al que se puede acceder a través de una cabina telefónica en una tienda de perritos calientes. Pero el más antiguo es The Back Room en el Lower East Side, que funciona como bar secreto desde 1920 y todavía sirve cócteles en tazas de té, como lo hacían para engañar a la policía. Entrar es como viajar en el tiempo. Y lo mejor es que estos bares se han puesto de moda y siguen saliendo nuevos. bares clandestinosTodos más divertidos buscando la entrada.

9. El metrónomo de Union Square y su significado

El Metrónomo es una obra de arte público ubicada en Union Square, que todos los turistas miran con curiosidad. Creado por los artistas Kristin Jones y Andrew Ginzel, fue inaugurado en 1999 y consta de varios elementos, aunque el más llamativo es un gran reloj digital que no muestra la hora tradicional, sino una cuenta atrás y la progresión de segundos de un día. Los números de la izquierda indican las horas, minutos y segundos restantes del día, mientras que los números de la derecha indican las horas, minutos y segundos transcurridos. En el centro, un número más pequeño indica centésimas de segundo. El objetivo de esta obra es invitar a la reflexión sobre el paso del tiempo, la fugacidad de la vida y el ritmo constante de la ciudad, ¡y lo consigue! Es un recordatorio visual del incesante paso del tiempo.

10. El secreto de los restaurantes: clasificación sanitaria

Antes de elegir en qué restaurante comer debes saber esto: aunque Nueva York es famosa por su amplia oferta gastronómica, pocas personas saben que todos los restaurantes están sujetos a una estricta clasificación sanitaria que viene marcada por una letra visible en la entrada de cada establecimiento: A, B o C. Nuestro resumen particular es el siguiente: si tiene una A, entras sin problema; con una B, ¿no hay nadie cerca con una A?; y con la C, ¡probablemente no tengas tanta hambre!

De cualquier manera, como ves, Nueva York es mucho más que sus iconos mundialmente famosos. Está lleno de rincones insólitos, historias fascinantes y secretos bien guardados; y sólo hay 10, pero hay infinidad de otros.



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