Economia

Retos y oportunidades de la transformación tecnológica

Retos y oportunidades de la transformación tecnológica
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  • Publishednoviembre 9, 2025



Hemos querido dedicar este número 800 de nuestro suplemento de Empresa a las oportunidades que abre la transformación tecnológica y sostenible para la economía española. Oportunidades que se traducen en desafíos para aprovechar nuestras fortalezas, pero también para superar y superar nuestras debilidades.

En Más de una vez hemos hablado en estas páginas de que subirse al tren de esta nueva revolución, acelerada incluso en los últimos años por el desarrollo de la IA, no es una opción sino una obligación para poder sobrevivir en este mundo convulso.

Y España no es una excepción. Hace año y medio, los informes Draghi y Letta dejaron muy clara la hoja de ruta que debía seguir la UE para recuperar su crecimiento y competitividad. Y todo implicó poner la alfombra roja a la inversión y el desarrollo en tecnologías, para recuperar esa productividad perdida.

Los fondos europeos han sido una oportunidad para intentar cambiar el modelo productivo español, aunque no sé si tuvo mucho éxito. Es cierto que las grandes figuras de nuestra economía son la envidia de nuestros socios europeos. Nuestro PIB crece más, y el déficit y la deuda se reducen, aunque probablemente no al ritmo que deberían con estos niveles de crecimiento económico. Pero detrás de las grandes cifras, como hemos podido comprobar esta semana con el demoledor informe de Cáritas, hay realidades muy preocupantes: las generaciones jóvenes vivirán peor que sus padres; la clase media se está reduciendo mientras la pobreza estructural crece; El cuarenta por ciento de los jóvenes no puede emanciparse debido al alto coste de la vivienda; El 45% de los inquilinos corren riesgo de pobreza; más de 11 millones de trabajadores tienen empleos precarios; uno de cada tres menores vive en hogares en exclusión; El 30% de los hogares monoparentales están gravemente excluidos, especialmente las mujeres; La pobreza energética vuelve a crecer y más de un millón de hogares no pueden mantener sus hogares a la temperatura adecuada; El sistema de protección social no llega a todos los ciudadanos…, y un largo etcétera.

Para abordar todos estos problemas, está claro que las nuevas tecnologías y los avances en digitalización y productividad pueden jugar un papel fundamental.

El empleo está creciendo, pero hoy en día, especialmente entre los jóvenes, tener acceso a un empleo no significa haber salido del nivel de exclusión social o de pobreza. El elevado precio de los alquileres o de las casas casi hace que buena parte de esos salarios tenga que destinarse a la vivienda. Y por si esto fuera poco, lo que estamos viendo es que los salarios se están igualando por debajo. El salario mínimo ha subido mucho, sí, pero cada vez hay más gente ganándolo. Ya que cada vez son más las personas que reciben el subsidio para mayores de 52 años. O cada vez hay más gente ganando el ingreso mínimo vital, y está bien que exista esa protección, pero con estas medidas se ponen parches a los problemas, no se solucionan.

Sin duda las nuevas tecnologías son una oportunidad para poder producir más con menos, para poder destinar capital humano a tareas de más valor añadido mientras las máquinas nos ahorran tiempo y esfuerzo. Y una mayor productividad también debería traducirse en salarios más altos, especialmente entre los jóvenes.

Y para avanzar en estas nuevas tecnologías, España tiene la ventaja de la conectividad, pero para seguir desarrollándola necesita atraer inversiones y para ello es imprescindible contar con un marco regulatorio más equilibrado y favorable, más colaboración público-privada que permita llevar la digitalización a todos los rincones del país y un impulso decidido a la formación del talento digital.



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