6 rutas de cuento por bosques de colores cerca de Madrid para disfrutar de la magia del otoño







el otoño es mi temporada favorita para descubrir la naturaleza. Tengo muchos motivos: no hace tanto calor como en verano ni tanto frío como en invierno y, sobre todo, me encantan los colores de las hojas de los árboles y el ambiente atravesado por el sol, sobre todo a primera hora de la mañana y al final de la tarde. Por eso busco bosques vestidos de ocres, rojos, dorados y amarillos, que lleven mi imaginación hacia los cuentos de hadas.
Cerca de Madrid hay muchos lugares donde perderse en otoño para desconectar de todas las preocupaciones, darse un baño de bosque o simplemente dejarse sorprender por el esplendor de la naturaleza. Desde frondosos bosques de hayas hasta mágicos castañares, cada ruta tiene un carácter diferente. ¡Ponte unas buenas botas y ten tu cámara lista!
1. Hayedo de Montejo, Patrimonio de la Humanidad


En este bosque hay hayas de entre 200 y 300 años y que miden más de 20 metros de altura.
El Hayedo de Montejo, situado en Montejo de la Sierra, es el hayedo más famoso de la Comunidad de Madrid y desde 2017 es Patrimonio Mundial UNESCO con otros hayedos europeos. Además, está declarada reserva de la biosfera y paraje natural de interés nacional.
A poco más de 95 kilómetros del centro de Madrid, este bosque explota en otoño con rojos, amarillos y ocres, creando un lienzo impresionante. A orillas del río Jarama, el visitante encuentra hayas centenarias, fauna diversa y una sensación de tranquilo aislamiento.
El acceso está cuidadosamente regulado: la visita es gratuita, pero sólo es posible con reserva previa, en la web del Centro de Información de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón, para proteger el delicado ecosistema.
2. Castañar del Tiemblo


El Abuelo es un castaño de 500 años.
El Castañar de El Tiemblo, en Ávila, un pueblo a menos de hora y media de Madrid, es famoso por su imponentes castaños centenarios. En otoño, el castaño se vuelve dorado, cobrizo y ámbar, mientras que sus raíces retorcidas evocan escenas sacadas directamente de novelas fantásticas para niños.
El sendero circular del Castaño, de 4,5 km de longitud, está bien señalizado y discurre por este mágico bosque, donde es posible avistar jabalíes disfrutando de la abundancia de uno de sus alimentos favoritos, las castañas (recordad que está prohibido recogerlas). Saluda de mi parte el abuelo (arriba, en la foto), un castaño con más de 500 ramas en sus ramas.
Si entras a pie, podrás hacerlo gratis. En coche te costará 6 euros más 2 por persona.
3. El bosque finlandés de Rascafría


Escondido detrás del antiguo monasterio de El Paular en Rascafría, en el Valle del Lozoya, en territorios del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, se encuentra el Bosque Finlandés, uno de los secretos mejor guardados de la Comunidad de Madrid.
Este pequeño bosque, con abedules, álamos y abetos, bordea un tanque silencioso y un muelle de madera, evoca los paisajes mágicos de los cuentos de hadas escandinavos, especialmente con la llegada de la niebla otoñal y el cambio de color de las hojas.
No es un bosque autóctono, ya que se creó en los años 80 para celebrar el hermanamiento de Rascafría con Helsinki. Es ideal para una caminata corta y fácil que puedes extender hasta Cascadas del Purgatorio (12 kilómetros ida y vuelta).
4. Hayedo de Tejera Negra en Cantalojas


Un poco más lejos, en el Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara, El hayedo de Tejera Negra se encuentra en Cantalojas, Guadalajara.
Sus 400 hectáreas se transforman cada otoño en un tapiz de cobre, rojo intenso y oro a lo largo de senderos y estrechos arroyos.
El acceso es limitado por motivos de conservación, así que asegúrese de reservar el estacionamiento y la entrada con anticipación. Los visitantes suelen visitar el Sendero del carro ola camino de la arboleda del roble, más extenso. Puedes combinar la escapada con una visita a los pintorescos pueblos negros (Tamajón, Valverde de los Arroyos, etc.).
5. Hayedo de La Pedrosa en Riaza


El hayedo de La Pedrosa se encuentra situado cerca de la localidad de Riaza, en la vertiente norte del macizo de Ayllón, en Segovia.
Este hayedo destaca no sólo por sus árboles centenarios cubiertos de líquenes, sino también por el llamativo contraste entre las follaje rojizo y musgo verde que recubre los troncos.
Varias rutas son adecuadas tanto para paseos familiares como para excursionistas experimentados, con vistas panorámicas del Valle del río Riaza Y el embalse de Riofrío. Los escarpados picos de la región añaden un toque salvaje.
6. Castañar de Rozas de Puerto Real


En las estribaciones más orientales de Sierra de Gredos Se esconde el castañar de Rozas de Puerto Real, uno de los más grandes de la Comunidad de Madrid y de España.
En otoño, sus caminos se llenan de castañas (¡puedes recoger las que hayan llegado al camino, pero las demás no!) y el aire se llena de dulces aromas terrosos. Los tonos dorados brotan de robles y castaños centenarios, creando una atmósfera de cuento que rara vez es interrumpida por las multitudes.
En el cielo verás zampullines, ánades reales, cormoranes, garzas reales, lavanderas e incluso águilas reales.
Consejos para el viaje de otoño perfecto
- Reserva con antelación: Muchas de estas rutas requieren reserva previa debido a medidas de conservación y aforo limitado. Piensa que es garantía de que no encontrarás aglomeraciones y que el lugar estará bien mantenido.
- Respeta la naturaleza: No recojas setas ni castañas en espacios protegidos y permanece en senderos señalizados para preservar estos entornos mágicos. Llévate todos los restos contigo, deja el bosque como lo encontraste.
- Mejor momento: El color máximo suele producirse desde mediados de octubre hasta mediados de noviembre, pero puede variar según la altitud y el año.
- Equipo: Utilice calzado y ropa adecuados a la temperatura y la humedad. No olvides la botella de agua, frutos secos y frutos secos para reponer energías.
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