“Cuando el coste de la vida sube, se pueden reducir gastos apostando por una vida más frugal e incluso ser más feliz”




Vivir con menos no significa necesariamente vivir peor. Ante el aumento de los precios y las tensiones que genera en los presupuestos familiares, cada vez más personas buscan soluciones e inspiración en quienes Aprendieron a vivir con menos, de una forma más sencilla y, además, han ganado en calidad de vida.
El experto sueco en hogar frugal y estilo de vida, Susanna Heiskanen, Conocida como «la mamá nórdica» y autora de varios libros sobre el estilo de vida nórdico, sostiene que recortar gastos sin sacrificar el bienestar no sólo es posible, sino que puede conducir a una existencia más consciente y feliz.
Simplicidad y responsabilidad
Quienes adoptan un estilo de vida frugal suelen destacar un efecto secundario muy valioso: obtienen cada día una mayor satisfacción. La vida se vuelve más sencilla, más tranquila y más ordenada. Heiskanen destaca que «La felicidad no depende de la acumulación de bienes, sino encontrar un equilibrio entre los recursos disponibles y las necesidades reales.
Su enfoque, basado en la sencillez, uso responsable de los recursos y el placer de la vida diaria, va ganando adeptos en medio de un contexto económico exigente.
Sencillez, planificación y pequeñas decisiones inteligentes son las claves de un estilo de vida que, más allá de lo económico, tiene que ver con cuidar lo que tenemos y valorar lo que realmente importa, como un abrazo de un amigo.
Necesitas saber a dónde va el dinero.
El primer paso para vivir de forma más frugal es comprender en qué gastamos nuestro dinero. A menudo pensamos que tenemos control sobre el gasto, pero pequeñas compras frecuentes, el café para llevar, ese “capricho” rápido, el menú improvisado, acaban representando más de lo que pensamos.


usar un periódico diario o semanal Esto ayuda a detectar patrones y eliminarlos sin sentir ninguna pérdida. Además, revise las suscripciones, los precios de los servicios a domicilio y comparar opciones Esto puede suponer importantes ahorros al año.
Heiskanen insiste en que repensar el gasto Es una herramienta liberadora, no una restricción, porque nos permite reducir la ansiedad financiera y dirigir el dinero hacia la satisfacción de necesidades y aspiraciones que realmente nos brindan satisfacción a largo plazo.
Buenas experiencias en lugar de consumo
Una vida frugal Esto no implica vivir en modo supervivencia. ni pasan las pequeñas alegrías. Se trata de transformar la idea de recompensa. Las compras impulsivas producen una gratificación inmediata que no dura y te deja con una sensación de vacío que necesitas llenar con una nueva compra. La verdadera satisfacción proviene de Experiencias y hábitos que aportan un valor añadido real..
Cocinar en casareutilizar objetos, organizar intercambios entre amigos o recurrir al mercado segunda mano Estas son prácticas comunes en los países nórdicos y cada vez más comunes aquí. Reemplazar las comidas fuera de casa con recetas caseras no solo reduce los gastos mensuales, sino que también promueve una alimentación más saludable y reuniones más felices con amigos o familiares.
Asimismo, reparar ropa y restaurar muebles y electrodomésticos La electrónica reduce tanto los gastos como el impacto medioambiental.
Alimentos más baratos y saludables
La cocina es uno de los lugares donde más visible es la diferencia entre planificar e improvisar. Diseñar menús semanales, realizar una compra estructurada y evitar el desperdicio de alimentos Estos son pilares de la filosofía frugal.


Productos básicos saludables para la despensa.
Compra productos frescos de temporada, verduras congeladas, arroz y legumbres secas Te permite comer sano y a menor coste sin recurrir a comidas preparadas y entregas a domicilio que multiplican los gastos mensuales sin darte cuenta.
También podemos disfruta las sobras para elaborar nuevas recetas, como gratinados de tallos de brócoli o croquetas de arroz, o incluso preparar porciones adicionales para congelar optimiza tiempo y dinero.
Hábitos sostenibles que benefician al bolsillo
La vida frugal no sólo tiene una dimensión económica, sino también una dimensión medioambiental. Pequeños hábitos como revisar el uso de la calefacción, Aprovechar la luz natural o reducir el uso del coche genera una diferencia tangible tanto en la factura como en la huella ecológica.
Además, actividades como caminar, andar en bicicleta o utilizar el transporte público no sólo reduce costos, sino que también promueve el bienestar físico y mental.
Ideas prácticas para empezar hoy
- Anota todos los gastos esenciales y define lo que Presupuesto mínimo mensual.
- Haz una lista de compras y menús semanales.
- Centrarse en la reutilización y la segunda mano.
- Consultar precios energía y servicios.
- Ingresar un “día libre” semanalmente.
Lista de control para una semana más frugal y feliz
- Planifique tres comidas caseras y congele porciones adicionales o cocine por lotes.
- Consultar suscripciones y elimina los que no utilices.
- hacer uno lista antes de ir al supermercado y apégate a ello.
- Dedicar una tarde para reparar o reutilizar algo que ibas a tirar.
- Reemplaza una salida que representa un gasto (cine, teatro, restaurante, etc.) para una actividad gratuita como un paseo, un momento de lectura o un picnic en un parque público.
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