“Hay que practicar la bondad auténtica, esa que cuida de ti mismo mientras cuidas de los demás. No te dañes para ayudar”





Los seres humanos tendemos, por defecto, a simplificar. Entonces decimos: si algo es bueno, es bueno y punto. Sin embargo, el psicólogo Antoni Bolinches nos explica: «La bondad puede ser mala».
Esta declaración desmantela todas nuestras ideas y allana el camino para un crecimiento real. y eso es todoSi la bondad viene del lugar equivocado, no es buena para los demás. y tampoco para nosotros. Entender esto es el primer paso para convertirnos en nuestra mejor versión: una versión verdaderamente amable y feliz.
Teoría transaccional
Para entender las palabras del psicólogo Antoni Bolinches, primero hay que entender la teoría del análisis transaccional, desarrollado por el psicólogo Eric Berne en la década de 1950.
Según esta teoría, la personalidad y el funcionamiento de las relaciones humanas Está gobernado por tres estados del ego.:
- El padre. Representa las normas, valores y mandatos internalizados a través de figuras de autoridad desde nuestra infancia, como padres, maestros o tutores.
- El adulto. Es la parte racional y objetiva, la que analiza, toma decisiones y actúa de forma equilibrada en función de la realidad actual, mediando entre los otros dos estados.
- el chico Abarca emociones, deseos, creatividad, impulsividad y experiencias infantiles.
Todo lo que hacemos o pensamos proviene de una transacción previa entre estos tres estados del yo, que a veces ceden y a veces prevalecen. Pero sólo cuando nuestras decisiones parten de uno de estos tres estados pueden ser verdaderamente benévolas.
el chico


Cuando actuamos desde “el niño”, lo hacemos en busca de recompensa.
«Qué bueno eres para hacer que los demás te amen, cuando eres bueno con un niño falto de cariño, y Si no recibe una recompensa, se siente frustrado.No eres bueno», explica Antoni Bolinches en un podcast que comparte Mentalidad Seiko en sus redes sociales.
La bondad, asegura la psicóloga, es intrínsecamente buena, No es necesario que existan recompensas.
Cuando actuamos como niños, buscando el reconocimiento de los demás, buscando ser recompensados, en realidad Somos buenos porque eso nos hace “amables”, dijo el experto. Y entonces la bondad no puede ser realmente bondad.
el padre


Cuando actuamos según el Padre, somos buenos porque debemos serlo.
La siguiente opción es actuar desde el padre, pero nuevamente no entendemos el punto. Del padre somos buenos porque debemos ser buenos. Es una imposición que hemos heredado del exterior, no nace de una motivación interna real.
«Eres bueno por sentido del deber».explica Bolinches, «y luego tu hijo se frustra».
Esta bondad teóricamente puede ser positiva para los demás, pero como surge del deber y no de una decisión libre, nos hace infelices. Y si la bondad nos hace infelices es porque no es realmente buena.
el adulto


La buena bondad es aquella que beneficia a los demás sin perjudicarse a sí misma.
Finalmente, subraya Bolinches, llegamos al punto en el que la bondad puede ser realmente buena. Y eso viene del adulto.
«La buena amabilidad es lo que practican los adultos. “Esto, sin perjudicarte a ti mismo, beneficia a los demás”, explica la psicóloga. Y eso es probablemente lo que quiso decir Machado cuando dijo que debemos ser buenos en el buen sentido de la palabra «buenos», añade.
En los adultos podemos encontrar la verdadera bondad, la que no nos daña y beneficia a los demássin esperar nada a cambio.
Encuentra tu bondad
Cada uno de nosotros es único a su manera, y por eso las bondades de las que nos hablan Bolinches y Machado también deben serlo. única e incomparable en cada uno de nosotros.
“Todos somos buenos en algo, nadie es bueno en todo” dijo el psicólogo. “Y la clave del éxito en la vida”, añade, “es saber quiénes somos y guiarnos con actitud positiva, inteligencia constructiva, suficiente voluntad y buena bondad”.
Antoni Bolinches nos invita, con toda humildad, a aceptarnos a nosotros mismos, aprender a conocernos a nosotros mismos y desarrollar nuestro potencialsimplemente porque nos hará bien. No porque nos vayan a recompensar por ello. No porque debamos hacerlo. Simplemente porque es bueno. Intrínsecamente bueno.
La magia de la vida es que al cuidar nuestro propio bienestar, inevitablemente promoveremos el bienestar de los demás. “Porque ya dije que ninguna persona buena se levanta por la mañana dispuesta a hacer el mal”. concluye el experto.
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