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Nunca imaginé que alguien iba a vivir 30 años en mi caos

Nunca imaginé que alguien iba a vivir 30 años en mi caos
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  • Publishednoviembre 15, 2025



la historia de Joaquín Sabina (76) y Jimena Coronado (56) Es de esos que no necesitan artificios para brillar. Sólo mira hacia atrás a ese día 1994 en cual joven fotógrafo peruano Tocó el timbre del hotel donde se hospedaba el cantautor en Lima, para entender que hay reuniones destinadas a cambiarlo todo.

Ella iba a tomar algunas fotos. Abrió la puerta. Y, sin saberlo, ambos estaban inaugurando una de las relaciones más largasMúsica discreta y solida en español.

En esos años Sabina vivió una torbellino emocional y profesional. Y fue precisamente en medio de ese huracán donde Jimena se convirtió en refugio.

Una presencia serena y firme. Una persona capaz de acompañarte en tu excesos y en su ausenciaspero también para sostenerlo en sus silencios.

Con el paso del tiempo, su vínculo dejó de ser simplemente una historia de amor y se convirtió en una hogar emocional.

No en vano, el propio Sabina ha dicho una frase que condensa como pocas su devoción: «Jimena lleva 30 años organizando mi caos«.

Y no exagera. Ella estuvo allí después de su accidente en 2001en sus recaídas emocionales, en los miedos que a veces no confesaba en público.

Fue su brújula cuando prefirió la larga noche. Su empresa esencial cuando se apagaron las luces del escenario.

Durante más de dos décadas fueron pareja indocumentadahasta que finalmente se casaron 29 de junio de 2020 en una ceremonia íntima en Madrid.

Sólo los más cercanos estaban allí, como si ambos estuvieran sellando. un pacto que venían cumpliendo desde hace años: caminar juntos pase lo que pase.

Sabina no suele hablar en exceso de ella vida privadapero cuando lo hace de forma tajante, con esa mezcla de ironía y ternura que le caracteriza.

el amor de sabina

En una de sus reflexiones más memorables dijo: «Nunca imaginé que podría vivir con alguien durante 30 años. y cuando hables de ella no pongas ni el más mínimo pero.»

Es una afirmación que no sólo conmueve, sino que revela la profundidad de lo que han construido. Un amor sin maquillaje. Sin grandilocuencia. Sostenida en los días buenos, pero sobre todo en los malos.

Hoy, Jimena sigue siendo la figura que equilibra la vida del artista. El que cuida, el que acompaña, el que aterriza. Y Sabina, consciente de ello, deja escapar un destello de agradecimiento en cada entrevista.

La suya es una historia que conmueve porque es real. Porque no idealiza. Porque está hecho de complicidades silenciosas, miradas conocedoras y batallas compartidas. Un amor que, como las buenas canciones, cada año se vuelve más profundo.

Actualmente, Sabina atraviesa un momento lleno de emoción y profundidad: A sus 76 años y con una carrera que ya forma parte de la historia de la música, ha decidido que su gira Tour Hola y Adiós será su despedida de los grandes escenarios, que finaliza el próximo 30 de noviembre en Madrid.



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