“En España puedes tener a todos tus cargos más altos investigados por corrupción pero a ti te siguen soltando dinero público”
Miriam González Durántez, natural de Valladolid, nos atiende en el Congreso de los Diputados al finalizar un acto de Mejor España, la organización que preside y que busca unir a la sociedad civil desde hace más de dos años. Abogada internacionalista y especialista en derecho de la Unión Europea, habla claro de las dificultades que enfrenta para crear un nuevo proyecto político en España. Concilia su vida entre Madrid y Londres, donde vive con su marido Nick Clegg, exviceprimer ministro británico junto a David Cameron.
PREGUNTAR. Lo que me gustaría saber para empezar es de dónde surgió, con toda esta trayectoria profesional e internacional, la idea de fundar España Mejor hace más de dos años. ¿Cómo surge, cómo nace?
RESPUESTA. Surge de cierta frustración al ver cómo los españoles obtienen puntuaciones más altas individualmente que los españoles colectivamente. Surge de pensar que la sociedad civil tiene mucho talento en España, pero que de alguna manera no está organizada con la fuerza suficiente y que no es necesaria esta interacción natural de los partidos políticos con la ciudadanía, ya que todavía tenemos mucho que avanzar debido a las rigideces de nuestro sistema político.
Y surge sobre todo de algo que es positivo, de decir, bueno, hay mucha gente que quiere aportar a las políticas públicas y que sería más fácil si hubiera muchos más canales de participación, que básicamente creo que es algo que se ha vuelto a ver hoy en el acto que hicimos en el Congreso, que hay mucha gente que quiere participar, quiere aportar. Esa interacción fluida aún no existe. Cuanto más organizada esté la sociedad civil y cuanto más grandes sean los grupos, más fácil será lograrlo.
P. Su plataforma habla de eso, de reorganizar, de unir a la sociedad civil. ¿Cuáles considera que son los principales retrasos o problemas estructurales de la política española?
RCreo que hay dos cosas fundamentales. Uno: nuestro modelo se basa, por circunstancias históricas, en poner mucho poder en pocas manos. Después de la transición, los políticos deberían haber retrocedido, pero ha sido muy poco. No sólo no sucede, sino que los políticos están tomando aún más poder.
El Consejo General del Poder Judicial firma los acuerdos y todos sabemos la circunstancia en España, de que cada vez que llega uno se queda igual del color que sea. Lo cambian todo, desde la cúpula directiva hasta el portero, casi.
Eso es un problema porque ahora es difícil interactuar con el ciudadano. Y una cosa básica es escuchar al ciudadano.
P. ¿Qué le falta para dar el salto a la política formal, en qué momento dirá que es el momento?
RA los políticos les encanta hacerse fotos con la sociedad civil y son todo sonrisas, pero realmente no cambian nada… Y ese es el momento en el que lo considero, porque si no se mueven por la sociedad civil, hará falta un plan más político.
Y creo que lo que ha sido engañoso es que, como usted ha dicho, lo estoy haciendo abiertamente. Bueno, tal vez porque me parece que hay que hacer una especie de convocatoria. Es decir, ¿cuántos somos? ¿Qué medios tenemos? ¿Qué se puede hacer? Y comencemos
hablar entre todas las personas que tienen esa frustración. Es el proceso en el que estoy ahora, todo lo que se necesita para crear un partido político.
Es muy difícil porque el sistema está en contra de que puedas hacerlo. Si la situación que tienen, un duopolio de fondo, que ha
convertirse en un duobloque en política, si esto sucediera entre empresas, la autoridad de competencia las estaría multando todo el tiempo. Porque han cerrado todos los caminos para que nadie pueda moverse. ¿Cómo se mueve uno? Bueno, siendo disruptivo, ¿no? Estoy en ese proceso.
P. ¿Está usted diciendo abiertamente que emprendería acciones políticas?
REstoy trabajando para poder hacerlo, pero no sé si lo voy a lograr.
P. ¿Qué barreras existen? ¿A qué complicaciones te enfrentas?
r.Ya sé que no es muy común, pero me parece que el riesgo personal que tomo al ponerlo abiertamente sobre la mesa se ve ampliamente compensado por esa llamada al talento y a la gente que quiere hacer algo similar, ¿no? Soy consciente del riesgo.
Tienes impedimentos de todo tipo en España. Tienes una barrera electoral enorme, porque la ley electoral está diseñada para que quienes tienen el poder permanezcan en el poder. Tienes una barrera en la ley de financiación de partidos.
Puedes hacer que todos tus más altos funcionarios sean investigados por corrupción, pero te seguirán entregando dinero público. Usted, como partido, puede ser condenado por corrupción y le seguirán entregando dinero público sin condiciones. Pero quien quiere empezar tiene algunos límites, todos sabemos por qué lo hicieron así.
Además, tienen mucho control, tienen poder y realmente lo ejercen los dos grandes partidos, lo ejercen, a veces directamente y a veces indirectamente, a través del control regulatorio que tienen las empresas. A través de la influencia de los medios de comunicación.
No te digo nada que no todo el mundo sepa…, serías el único español que no lo sabe.
P. ¿Le han presionado personalmente para que desista?
R. No, vamos, no creo que se atrevan.

P. En este duopolio, en un panorama donde los partidos políticos tradicionales han caído en el descrédito de la población, ¿qué le diría a un ciudadano escéptico de que una nueva iniciativa como la suya aporte algo diferente y sostenible en el tiempo?
R. Cuando tenga una iniciativa política sí, me dirigiré a los ciudadanos en esos términos. Lo que he intentado durante estos dos años y medio ha sido demostrar que hay cosas que, no desde la política, sino desde la sociedad civil, se pueden hacer de otra manera.
P. ¿Qué puede decir la política a todos los jóvenes que están desencantados de la política y que no ven en ella algo útil o una herramienta que utilizar?
R. Que hay otra manera de hacer política, que es la política de las soluciones. Todo el país está dedicado, no sé por cuánto tiempo, no es de este gobierno o dos, es que es mucho tiempo a un serial en el que entran a gobiernos, pasan tres años nombrando a su gente, luego les llegan casos de escándalos y luego pasan no sé cuántos años defendiéndose de los escándalos.
Lo que pasa es que hay que sacar de ahí toda la energía política, tomando simples medidas de limpieza. Son rutinarios en muchos otros lugares. Eso no nos sucede a nosotros porque no contamos con los sistemas básicos. Hay que hacerlo para poder dedicar energía política a encontrar soluciones y entiendo la desesperación de muchos jóvenes.
P. ¿Cree que la tradicional división entre izquierda y derecha es perjudicial?
R. No entiendo esa división, es decir, me parece que se han organizado en bloques, que realmente lo ocupan todo, que les seguimos llamando izquierda y derecha, pero que no sabemos muy bien qué son la izquierda y la derecha.
Me parece que en el momento en que las ideologías se cruzan, empieza a ser muy difícil explicar quién está en lo que se entendería como la izquierda, representante de la clase trabajadora, digamos, y la derecha, el representante del empresario.
P. ¿Con qué etiqueta ideológica se sentiría cómodo?
R. Bueno, mira, yo llevo toda la vida luchando contra las etiquetas, pero cuando eres una mujer de cierta edad ya te las han puesto todas. Si os pasa como a mí que tuve un marido en la política, que encima era extranjera y que no dejé mi trabajo, entonces todas esas etiquetas las acumulo y las he intentado quitar.
Hay dos cosas en las que simplemente no quiero perder el tiempo. Uno de ellos es el liberalismo, que yo mismo lo he definido, bueno escribí un libro sobre por qué creía que hacía falta una revolución liberal en España, pero el liberalismo de la tradición en la que participo, que es ese liberalismo, al que llamo con «l» minúscula para diferenciarlo de ese liberalismo, con todas las letras mayúsculas que tienen algunos en España, que se quedó en el liberalismo económico.
La parte que más me interesa del liberalismo son los controles y garantías del poder. Pero no quiero dedicar mucho tiempo a eso, porque lo que me gusta es hablar de soluciones para la sociedad.
P. ¿Tiene líneas rojas en política?
R.Bueno, claro que tengo líneas rojas. Toda esa parte de corrupción, de venir a aprovecharse de la ciudadanía, de venir a enojar a tu gente, pues todo eso está rojo y me quedo con ganas de prenderlo.
P. ¿Cuál es su opinión sobre la Unión Europea?
R. Soy hipereuropeo, todo lo que te puedas imaginar, en el Brexit lo di todo, luchando contra ello. Luché mucho contra él. Mi marido, yo y otras personas éramos definidos como ultraeuropeos en aquel momento, lo cual es un gran honor, ¿verdad?
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