MUNDIAL DE MOTOGP | Ducati y Bagnaia siguen sin encontrar explicación al caótico desastre de esta temporada
Se pueden utilizar multitud de palabras, de adjetivos, términos personales, deportivos, técnicos, de todo tipo para definir la actual situación del tricampeón italiano Francesco ‘Pecco’ Bagnaia, dominador absoluto, cierto, en ausencia del monumental Marc Márquez, de los campeonatos de MotoGP de 2022 y 2023 y rival directo del madrileño Jorge Martín, hasta el último gran premio del pasado año, en la lucha por el título mundial de la máxima categoría.
[–>[–>[–>Pero si tuviésemos que ser sinceros, deberíamos añadir que las mismas palabras y los mismos adjetivos podrían aplicarse al prodigioso, dominador y campeón equipo Lenovo Ducati, pues todos sus responsables, desde Gigi Dall’Igna hasta Davide Tardozzi, Director General y Team Manager, respectivamente, de la escudería del fabricante de Borgo Panigale, se encuentran en el mismo estado de decepción, desconcierto y, sí, por qué no decirlo, perplejidad que se encuentran los 1.500 habitantes del ‘paddock’ del Mundial de motociclismo y millones y millones de seguidores rojos.
[–> [–>[–>Lo que le ha ocurrido a Bagnaia y, sí, sí, también a Ducati, en la temporada que concluye este mediodía (14.00 horas, DAZN en abierto), admite, repito, todo tipo de calificativos. Por ejemplo, esperpéntico. Por ejemplo, inexplicable. Desconcertante. Nadie, a 16 de noviembre de 2025, nadie, ni el piloto, tres veces campeón del mundo, ni la fábrica, dominadora absoluta del campeonato, saben explicar, después de 22 grandes premios, 44 carreras y 132 sesiones de entrenamientos, qué está sucediendo. Y, sí, la temporada morirá sin que sepamos, realmente, qué le ha ocurrido a Bagnaia.
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‘Pecco’ Bagnaia y su potente Ducati 2024. / ALEX FARINELLI
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Aquel que empezaba como gran rival de Marc Márquez en su mismo equipo, aquel al que se señalaba como el piloto que debía de demostrar, ahora sí, porque debía medirse al mejor de la historia, que era un campeonísimo ha sumado más fracasos, caídas, desastres que notas positivas. Ha ganado solo dos grandes premios (EEUU y Japón), cuando el año pasado ganó 11 y, después de arrasar en Motegi, no cesa de cosechar ceros y ceros.
[–>[–>[–>Nadie, absolutamente nadie en Ducati ni en el taller de Bagnaia, ha dado explicación alguna de lo que está sucediendo. El piloto, por ejemplo, no cesa de reconocer que este es un año para tirar a la basura. Y, por descontado, no encuentra explicación alguna a lo que le está pasando. Marc vuela con su misma moto y él no cesa de fallar. Incluso cuando reconoce, como ayer, que está deseando que llegue 2026 y que no espera nada especial del test del próximo martes, en Cheste, el primero de la próxima temporada. “No espero nada de ese entrenamiento, si hay algo nuevo, algún cambio ya será para el 2026”.
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Hace ya muchos grandes premios, semanas y meses que ‘Pecco’ Bagnaia ha dado por perdida esta temporada. Es más, su desesperación ha llegado al extremo de que ni siquiera se siente ilusionado con el primer test 2026, que se vivirá el martes en Cheste (Valencia).
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Mientras algunos especialistas italianos de la materia, que prefieren mantenerse en el anonimato, consideran que todo está en la cabeza de ‘Pecco’ “porque no ha podido encajar la aparición de Marc, el dominio de Marc, las victorias de Marc, que solía rodar, como poco, medio segundo más rápido que él con la misma moto”.
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[–>“Mira”, señalaba uno de los técnicos de uno de las escuderías punteras de MotoGP, “cuando tú crees que acabas de hacer tu mejor vuelta, sea en el circuito que sea, llegas al boxe, entregas tu moto al mecánico y te sientas delante del monitor de tiempos y ves que Marc, tu compañero, ha rodado medio segundo más rápido, el mundo se te cae encima”.
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Puede, no hay duda, que Bagnaia haya sentido la presión de tener a su lado al que ya todos consideran, después de su fulminante manera de ganar el título de este año, el mejor piloto de todos los tiempos. Pese a ello, son muchos los que consideran que nada de lo que ha hecho el mayor de los Márquez Alentà puede haber sorprendido al tricampeón turinés. “Si hay un piloto inteligente, culto y experto, lo suficientemente formado como para sospechar, saber e intuir que Marc no iba a fallar, ése es ‘Pecco’, así que no creo que esa presión haya sido lo que ha hundido a Bagnaia, no, ‘Pecco’ no se ha llevado sorpresa alguna con Marc”.
[–>[–>[–>La desastrosa e incomprensible temporada que está viviendo Bagnaia en el equipo Lenovo Ducati llegó ayer al colmo de la desgracia o caos: no solo se quedó sin gasolina en mitad de la ‘quali’ sino que su segunda moto reposaba averiada en su taller.
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Claro que algo de culpa, digo yo, tendrá Ducati y el sofisticado equipo y grupo de ingenieros, telemétricos, informáticos, mecánicos y demás personal de enorme nivel, que trabaja en el secreto departamento de competición (nadie puede visitarlo ni entrar en sus oficinas en Borgo Panigale) y que analiza los datos al minutos, al segundo.
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Como prueba de que, pese al dominio de Marc, pese al subcampeonato de su hermano Àlex, pese a la explosión de Fermín Aldeguer, pese, de nuevo, a conquistar de calle el título de constructores, Ducati debería explicar, algún día, qué ha ocurrido este año con Bagnaia, solo hay que analizar lo que le ocurrió ayer, en Cheste (Valencia), al hasta hace poco líder indiscutible del Lenovo Ducati.
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Bagnaia vivió una doble experiencia, que él, una de las mejores personas que hay en el ‘paddock’, es decir, lo que se dice ‘buena gente’, trató de perdonar y hasta justificar: “Todos cometemos errores, yo, el primero, así que ya le he dicho a mi equipo que no pasa nada, que mañana (por hoy, domingo) trataremos de levantar la cabeza y salir a la carrera con ánimo de conseguir un buen resultado”.
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Franncesco ‘Pecco’ Bagnaia (Ducati), en uno de sus innumerables podios del año pasado. / ALEJANDRO CERESUELA
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Pues bien, Bagnaia se quedó sin gasolina en la ‘quali’, tirado en la pista. Fíjense bien de lo que estamos hablando: ‘Pecco’ se jugaba meterse en la Q2, tratar de conseguir un buen crono que le permitiese arrancar desde las dos primeras filas de la parrilla y ¡se quedó sin gasolina!
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Pero es que fue mucho peor, sí, sí, mucho peor. El piloto de Turín confesó que su segunda ‘Desmo’ no se podía utilizar. Es decir, que aunque hubiese podido volver a su taller, no hubiera podido salir a pista, pues su segunda Ducati no estaba preparada o le ocurría algo extraño (lo ven: tampoco pudieron explicar qué le ocurría a la segunda moto) y, por tanto, estaba inutilizada.
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Es evidente que Bagnaia, que durante los últimos tres y cuatro años ha recibido los mayores parabienes y elogios de Dall’Igna, en el sentido de que era su piloto favorito, el rey de la escudería, la punta de lanza de la marca, pudo comprobar cómo los responsables de Borgo Panigale, liderados por su CEO, Claudio Domenicali, contrataba al mejor del mundo para sentarlo en el otro lado del boxe de la marca campeona. Pero, repito, con ser el peor rival que pueda existir, el mayor problema de ‘Pecco’ en este desastroso 2025, no ha sido la presencia a su lado del joven de Cervera (Lleida), ni mucho menos.
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