POLÍTICOS VALENCIA | El colegio de Ontinyent que moldeó a Pérez Llorca, Juan Roig y Jorge Rodríguez
Es el año 1993. Juan Francisco Pérez Llorca tiene 17 años, es completamente ajeno a la política y reside a más de una hora de su casa familiar de Finestrat, interno en el colegio La Concepción de Ontinyent. Su fotografía se pierde entre los 76 rostros de alumnos anónimos de la promoción 93-94 de COU incluidos en la orla que cuelga de uno de los largos pasillos de este centro concertado y religioso regido por los principios franciscanos.
[–>[–>[–>Tres décadas más tarde, el joven de sonrisa bonachona y entradas incipientes ha recibido un encargo de Alberto Núñez Feijóo: debe asumir la presidencia de la Generalitat Valenciana en medio de un escenario político de vértigo.
[–> [–>[–>El fraile franciscano Luis Sendra, rector del colegio en los tiempos de Pérez Llorca, todavía se acuerda de aquel alumno. «Era muy estudioso, muy majo, serio y responsable. Le gustaba participar en todo», explica mientras muestra a Levante-EMV las estancias de un complejo educativo con 131 años de historia a sus espaldas. Ximo Cortés, presidente de la Asociación de Antiguos Amigos del colegio La Concepción y profesor recientemente jubilado, impartió clase al aspirante a president y coincide en la descripción. «Era uno de esos chavales que no hacen ni pols ni remolí, una persona discreta, muy educada y activa, con un expediente muy bueno y nada conflictiva», apunta. Estuvo cinco años interno y le gustaba la historia. «Tengo muy buen recuerdo de él. Le gustaba debatir, enfrentar las cosas con buen humor. Hablábamos de historia antigua y contemporánea. Te hacía preguntas y te sorprendía su manera chula de hablar», ahonda Cortés. Pérez Llorca ha mantenido el contacto con la asociación de antiguos alumnos. «Somos una familia», sostiene el exdocente.
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En los tiempos en los que la oferta de bachillerato era mucho más reducida en España, la Concepción de Ontinyent llegó a albergar a más de 300 alumnos como residentes procedentes de diferentes puntos de la geografía estatal. La disciplina y el orden eran valores importantes, pero también la solidaridad, el respeto y responsabilidad. Hoy son unos 25 internos, sobre un total de cerca de 900 estudiantes matriculados, principalmente de Ontinyent pero también venidos de otros municipios de la Vall d’Albaida.
[–>[–>[–>El centro ha sido una incubadora de grandes profesionales y líderes, varios de ellos situados en la primera línea de los círculos de poder. El presidente de Mercadona, Juan Roig, estuvo interno aquí junto a su hermano Fernando en los años 60. Una etapa que dejó una huella imborrable en el empresario, que en 2019 invirtió de manera desinteresada 2,8 millones de euros para levantar un nuevo pabellón deportivo multiusos en La Concepción. Un gesto de gratitud muy en la línea de la filosofía franciscana.
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La misma disciplina guió los estudios del alcalde de Ontinyent y líder de Ens Uneix, Jorge Rodríguez, otro alumno del colegio que se ha convertido en uno de los políticos más influyentes de la Comunitat Valenciana. Curiosamente, la buena sintonía entre Rodríguez y Pérez Llorca (ambos municipalistas convencidos) allanó el camino para sellar el pacto que al comienzo de la legislatura brindó al PP la presidencia de la diputación.
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[–>Por el centro educativo también ha pasado el artista Dulk, reconocido internacionalmente, o Mariola Penadés, directora general de Investigación del Consell. Mucho tiempo atrás, La Concepción alojó al futbolista alcoiano José Luis Pérez-Payá, que ganó dos Copas de Europa con el Real Madrid. O al exrector de la Universitat de valència, José Corts Grau. Son solo algunos de los nombres más destacados.
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131 años de historia
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A la hora de intentar explicar el éxito del proyecto educativo, el director de las etapas de ESO y Bachillerato de La Concepción, Franjo Maíquez, hace hincapié en el propio peso que tiene el colegio entre la población por sus 131 años de trayectoria, pero también en su capacidad de mantenerse y evolucionar ante los cambios que se han ido produciendo en la enseñanza, sin perder de vista los valores franciscanos que configuran su identidad. Maíquez fue alumno residente del centro. Luego continuó como profesor y lleva 35 años dando clase. No es el único caso y también hay muchos exestudiantes que llevan a sus hijos, lo que da buena cuenta del poder magnético del complejo.
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Un centro con vocación de servicio público guiado por los principios franciscanos
Entre las paredes de las gigantescas instalaciones del colegio y convento de la Concepción de Ontinyent hay sitio para un museo que alberga joyas escultóricas de valor histórico y hallazgos arqueológicos, o para una biblioteca con más de 18.000 libros.
El de la capital de la Vall d’Albaida es uno de los 15 centros docentes que la comunidad franciscana gestiona a nivel nacional. La pérdida de vocaciones ha reducido el peso de los frailes (en la actualidad hay 8 en Ontinyent, aunque de edad avanzada) y la gestión ordinaria está en manos de seglares, aunque los monjes mantienen una vinculación activa.
El director de las últimas etapas educativas en La Concepción, Franjo Maíquez, pone el foco en los estrechos lazos que mantiene el colegio con el pueblo a la hora de participar en cualquier actividad, así como en la apuesta por la fórmula del aprendizaje de servicios, que vuelca a la comunidad educativa en diferentes campañas solidarias. «Aprendemos para ayudar», apunta Maíquez, para quien «el boca a boca es la mayor publicidad que tiene el centro. «Intentamos involucrar al alumnado para que salga preparado a todos los niveles, no solo el conceptual. Nuestra metodología ha cambiado: potenciamos el trabajo en equipo y cooperativo y participamos en numerosas actividades, como ayudar a los mayores de una residencia. También damos mucha importancia a la vertiente cultural», incide.
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