Dolores articulares tras los 50: la importancia del movimiento
A partir de los 50 años, el cuerpo comienza a transformarse y muchas personas normalizan malestares que creen inevitables. Sin embargo, el taller de salud organizado por Marie Claire y el Hospital Internacional Ruber dejó claro que el dolor en las articulaciones no tiene por qué acompañar al envejecimiento.
A partir de esta década, el cuerpo comienza a enviarnos señales, a veces sutiles pero persistentes: una rodilla que protesta al bajar escaleras, una cadera que te obliga a caminar más despacio o incluso un hombro que te impide dormir de lado.
Durante mucho tiempo normalizamos estos anuncios como algo propio de los cumpleaños, a pesar de que la sesión liderada por el Dra. Inmaculada Gómez Arrayás, especialista en cirugía ortopédica y traumatología del Hospital Ruber Internacional y del Centro Médico Ruber Internacional-La Habana, aclaró que La edad influye, pero no determina.y que todavía hay mucho margen para actuar, comprender el dolor y recuperar la calidad de vida.
Dolor articular: otra perspectiva
Durante la sesión, la Dra. Inmaculada Gómez Arrayás explicó que El dolor no es un destino relacionado con la edad.sino una señal que nos invita a actuar. Su mensaje fue claro y directo: el envejecimiento no tiene por qué significar dolor constante o limitaciones funcionales.
Ante la idea de “esto es lo que debe hacer”, el especialista insistió en que Hay un amplio margen de maniobra para prevenir, mejorar e incluso revertir muchos malestares asociados al paso del tiempo.
El médico recuerda que, aunque el desgaste de las articulaciones puede aparecer con la edad, El cuerpo conserva una enorme capacidad de adaptación. Siempre que vaya acompañado de movimiento, fuerza y buenos hábitos, las articulaciones responden y se fortalecen. La inactividad, subraya, no protege el organismo, sino que lo debilita.

Artrosis, menisco, hombro o cadera: lo que más duele después de los 50
Uno de los momentos más esperados del taller llegó cuando el doctor ha desglosado las patologías más comunes de esta década: artrosis, roturas de menisco, tendinitis de hombro, trocanteritis o dolores de espalda, entre otros.
Lo hizo de una manera Visual, simple y muy educativo.para que todos puedan entender qué pasa dentro del cuerpo cuando “siempre algo duele”.
Explicó cómo el cartílago se desgasta con el tiempo. Cómo los meniscos pueden romperse con las acciones cotidianas. o cómo los músculos que sostienen las articulaciones pierden fuerza si no se entrenan, generando inflamación y malestar persistente.
El médico insistió en que Conocer el origen del dolor es el primer paso para poder actuar. Cuando una persona comprende qué estructura está fallando, también comprende cómo ayudarla.
«El puerto existe, pero no nos obliga a resignarnos. El organismo Puede mejorar y compensar si se trabaja correcta y consistentemente.«, comentó el médico, recordando que incluso la artrosis, la enfermedad más asociada a la edad, puede estabilizarse y provocar menos síntomas cuando se fortalecen los músculos que protegen la articulación.
El ejercicio como auténtica medicina antienvejecimiento
El ejercicio ocupó un lugar central en la conversación. El médico lo definió como el tratamiento antienvejecimiento más eficaz y accesible, capaz de fortalecer los huesos, aumentar la masa muscular, reducir el riesgo de fracturas, estabilizar la postura, mejorar el equilibrio y proteger contra patologías que van mucho más allá del sistema musculoesquelético.
Las prioridades eran caminar a paso ligero varias veces a la semana, hacer entrenamiento con pesas con regularidad y crear una rutina sostenible. pilares recomendados por el especialista.
Su enfoque fue realista y honesto: «Mucha gente se da por vencida porque se compara con quienes llevan años entrenando. o porque creen que el ejercicio tiene que ser intenso o perfecto desde el primer día”, añade.
Desde su punto de vista, lo importante no es dejarlo impecable, sino hazlo continuamente.

Menopausia y huesos: por qué un músculo fuerte lo cambia todo
La menopausia fue otro tema importante del taller. La pérdida de densidad ósea que puede aparecer en esta etapa No se debe remediar únicamente con suplementos o tratamientos aislados.sino una estrategia integral que incluya fuerza, impacto moderado y un estilo de vida activo.
«No existe una fórmula mágica, ningún colágeno puede sustituir el efecto protector de un músculo fuerte. Un cuerpo entrenado envejece mejor, se mueve mejor y se defiende mejor frente a la pérdida ósea y las fracturas», explica Inmaculada Gómez.
Cirugía moderna: más precisa, menos invasiva y enfocada a la calidad de vida
Para quienes ya viven con dolores intensos que afectan su calidad de vida, explicó el médico Cómo ha evolucionado la cirugía ortopédica en los últimos años gracias a la navegación y la robótica.
Hoy las intervenciones son más precisas, menos invasivos y permiten una recuperación mucho más ágil, con movilización temprana y menos complicaciones.
El mensaje era tranquilizador: «la edad ya no es un límite tan rígido como antes. Lo que importa es el nivel de dolor, la limitación funcional y el deseo del individuo de mantener una vida activa e independiente».

Invierta en el movimiento para vivir de forma independiente mañana
El taller terminó con una idea que resonó en los participantes: “Cuidar tu cuerpo hoy significa apostar por una vejez más autónoma, enérgica y libre.«.
Porque llegar a los 80 o 90 años ya no es algo excepcional; Lo importante es llegar con capacidad para caminar, viajar, agacharse, ponerse de pie solo y disfrutar de la vida de forma independiente.
Mudarse no es sólo una recomendación saludable: Es una forma de construir el futuro que queremos vivir.
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