Un tarotista de Jerez violó a una mujer para «quitarle un mal de ojo»: le dijo que le poseería el espíritu de Pomba Gira
Antonio, tarotista de Jerez de la Frontera, fue condenado a cinco años de prisión por violar a una clienta por la Audiencia Provincial de Cádiz. El hombre aprovechó la credulidad de una mujer para agredirla sexualmente con la excusa de quitarle un mal de ojo. Le hizo firmar un contrato de confidencialidad que luego quemó y le dijo que la poseería el espíritu de Pomba Gira, explica el relato de hechos de una sentencia que ha sido confirmada recientemente por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
[–>[–>[–>Los hechos ocurrieron en verano de 2022. Una pareja se desplazó hasta la casa del acusado con la intención de que les echara las cartas hasta en dos ocasiones. El tarotista le dijo a ella, que estaba mal de ánimo, que su madre le había echado un mal de ojo para que dejara a su novio y volviera a Mallorca. Incluso, le advirtió de que tenía demonios dentro, detalla la sentencia.
[–> [–>[–>La segunda vez que le echó las cartas, el tarotista le dijo a la mujer que le podía curar. Ella estaba convencida de que tenía la maldición y que el hombre tenía poderes para quitársela.
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La noche del 1 de agosto de aquel mismo año, la mujer se encontraba muy mal e hizo llamar al tarotista. El hombre se personó en el domicilio y le dijo al novio que debía marcharse. Les explicó a ambos que no podían interrumpir el ritual: ella tampoco podía hablar durante el rito ni contar nada de lo que ocurriera en aquel proceso. En caso contrario, ella sufriría una desgracia familiar, podría morir alguien y pasar miles de cosas malas. La mujer escribió todas las condiciones del acuerdo en un papel que luego leyó y quemó el tarotista.
[–>[–>[–>El novio se fue de la casa y el hombre llevó a la mujer a una habitación. Empezó untándole el cuerpo con crema mientras que con las manos hacía maniobras como si le estuviera sacando espíritus de la cabeza. Posteriormente, el tarotista le hizo tumbarse en la cama, con la cabeza sobresaliendo, y le dijo que se quedara en ropa interior. Le desabrochó el sujetador y siguió untándole crema por la espalda. Para entonces, el acusado ya se había quitado los pantalones y le restregaba el pene por todo el cuerpo, explican los hechos probados.
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Durante el supuesto rito, la violó bucalmente. Ella pretendía girar la cabeza y lloraba, pero tampoco con una gran fuerza, ya que tenía miedo a que ocurriera algo malo por lo acordado con anterioridad. La tocó, la zarandeó y le dijo que después no se acordaría de nada, que le iba a poseer el espíritu de Pomba Gira. El acusado violó vaginalmente a la joven, le realizó una felación mientras la violaba bucalmente y finalmente eyaculó en su boca. Se acercó a su oído y le dijo que todo había ido bien.
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[–>Cuando llegó el novio, se encontró a los dos fumando, pero ella miraba al suelo y matenía la mirada perdida en actitud llorosa. Él le dijo que no preguntara y que era normal dicha actitud después del ritual. Al ver que en los siguientes días la mujer no mejoraba y que incluso tenía pesadillas, él le insistió para que le contara lo ocurrido. Ella estaba invadida por la vergüenza y el miedo, pero decidió denunciar.
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Cinco años de cárcel
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El TSJA ha confirmado la sentencia emitida por la Sección Octava de la Audiencia Provincial con sede en Jerez de la Frontera, que condena al tarotista cinco años de prisión por una delito de violación. Además, deberá indemnizar a la víctima con 3.000 euros.
[–>[–>[–>El recurso del acusado a la sentencia por error en la valoración de la prueba, algo que no ha estimado la sala de lo penal del TSJA. Afirma que no es creíble la versión del tarotista, que aseveró que solo acudió allí para leerle las cartas. «No tendría sentido» la salida de la vivienda del novio «si el acusado se hubiera limitado a leerle las cartas.
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Además, entre otros, rechaza el argumento de la defensa de que la mujer podía «haberlo rechazado dada su juventud y complexión física». La sala apunta que «las razones por las que la víctima no se resistió son claras: el acusado le hizo creer que si interrumpía el ritual de sanación al que la iba a someter o se lo contaba a alguien sufriría una grave desgracia familiar, haciéndole escribir dicha cláusula de confidencialidad y absoluta sumisión en un papel al que él prendió fuego, dotando de este modo de solemnidad a tales advertencias, por supuesto a al ser la denunciante una persona tan crédula en estas lides».
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