Burbuja, Nvidia, la Fed y el ultimátum a Ucrania
Es cierto que la burbuja tecnológica que viven hoy los mercados de renta variable no es comparable a la que se vivió en la anterior burbuja tecnológica, con mucho humo, algunas ideas pero escaso negocio real. La burbuja ‘puntocom’ se caracterizó por un periodo de crecimiento en los valores en bolsa de empresas vinculadas a internet que se produjo entre finales de la década de 1990 y alcanzó su punto máximo el viernes 10 de marzo de 2000. El desplome llegó después. Muchas de esas empresas carecían de un modelo de negocio sólido ni rentabilidad demostrada. De aquello, en España se recuerda especialmente a Terra, ejemplo de esa euforia y que arruinó a muchos.
[–>[–>[–>Burbuja pero con respaldo
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La burbuja actual en torno a la inteligencia artificial existe, pero está respaldada por algo más que modelos de negocio inconsistentes y promesas por cumplir. Nvidia tiene proyecto y chips, demanda de clientes y expectativas. Pero es cierto que el capítulo de las expectativas puede haber crecido a un ritmo más rápido que el resto de elementos.
[–> [–>[–>Números rojos
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Las acciones tecnológicas terminaron la semana en números rojos. El CEO de Nvidia, Jensen Huang, reconoció esta semana que «se ha hablado mucho de una burbuja de IA… pero nosotros vemos algo muy diferente», tras reportar una demanda de chips «sin precedentes». Nvidia, Amazon y Microsoft lideraron las caídas esta semana entre las siete grandes, con Alphabet como la única empresa en alza. Otras compañías de chips, como AMD, Micron, Marvell y las de computación cuántica, también se desplomaron. Ray Dalio, de Bridgewater, declaró que «el mercado está definitivamente en una burbuja», mientras que el inversor Michael Burry acusó a los principales proveedores de servicios en la nube e infraestructuras de subestimar los gastos de depreciación, calificándolo como «uno de los fraudes más comunes de la era moderna». Las inversiones en tecnologías punteras y en desarrollo pueden convertirse en gatillazo si aparecen nuevas tecnologías mejores en poco tiempo.
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Agazapados para comprar
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Lo cierto es que los inversores aprovechan los movimientos en las acciones tecnológicas tanto a la baja como al alza acrecentando los movimientos y los miedos. Pero la IA no es una burbuja puntocom. Los que han vendido sus acciones esta semana están agazapados para comprar durante la próxima. Los beneficios de la IA se van a extender a todas las empresas y sectores. Nvidia es la mayor beneficiada, pero otras empresas tecnológicas pueden gozar la situación también. Nvidia reportó ingresos un 62% superiores, alcanzando los 57.000 millones de dólares en el último trimestre, varios miles de millones más de lo previsto. Y eso pese a las trabas a las exportaciones chinas. Si se excluyen los negocios de China, los ingresos de Nvidia se duplicaron en un trimestre. Los ingresos del último trimestre, por ejemplo, fueron casi 10 veces mayores que los reportados por Nvidia en el mismo trimestre de hace tres años. Burbuja en términos de crecimiento, pero justificado en términos de innovación y negocio. Meta, Microsoft, Google y Amazon seguirán aumentando su inversión en proyectos de IA. Y los mercados estarán atentos a crecimientos rápidos y beneficios con operaciones a corto, sean al alza o a la baja. O si el Gobierno de Trump prepara alguna sorpresa para reactivar el mercado tecnológico y la actividad de Nvidia en particular.
[–>[–>[–>Ultimátum a Ucrania
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Ahora queda por saber de qué manera afectará a los mercados la evolución de los tipos de interés en EEUU y el desenlace de la semana próxima en la guerra de Ucrania tras el plan de paz de Trump, que debe aceptarse o rechazarse antes del jueves. Sobre el precio del dinero, parece que la Reserva Federal será prudente y no bajará más los tipos de interés este año para evitar alzas de precios descontroladas. Además no tiene datos de inflación para asegurar su decisión. Aunque el plan de Trump para Ucrania es un premio para Rusia, lo cierto es que desde un punto de vista económico abre expectativas económicas positivas para EEUU (menos para Europa), con un nuevo periodo de estabilidad económica en las relaciones entre Rusia y EEUU frente a una incomprendida China.
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