¿Puede Trump imponer a Ucrania su “plan de paz” como hizo con los palestinos en Gaza?
La Casa Blanca los llama planes de paz, pero no son más que la imposición encubierta de las demandas de una de las partes. Una receta para el desastre. Primero en Gaza y ahora, quizás, en Ucrania. Esta semana se filtró la última propuesta de la Administración de Donald Trump para detener la guerra en el país eslavo, un «plan de paz» de 28 puntos que a ojos de los expertos obligaría a Ucrania a capitular ante las posiciones maximalistas del Kremlin. Y como pasó en el devastado enclave palestino, Washington no parece dispuesto a aceptar un ‘no’ por respuesta. El equipo del líder estadounidense ha dado a Kiev hasta el próximo jueves —día de Acción de Gracias en EEUU— para aceptar el plan. Si no lo hace, según ‘The Washington Post’, perderá el apoyo estadounidense. Un chantaje en toda regla.
[–>[–>[–>También esta propuesta se ha negociado a espaldas de una de las partes. Su borrador fue redactado entre el enviado especial estadounidense Steve Witkoff y el negociador ruso Kirill Dmitriev, según la prensa estadounidense. Y no fue hasta este jueves —solo una semana antes del plazo impuesto— cuando altos cargos del Pentágono se la hicieron llegar a Volodímir Zelenski en Kiev. «Este es uno de los momentos más difíciles de nuestra historia», dijo el viernes el presidente ucraniano. «Ucrania podría enfrentarse a una decisión crucial: perder su dignidad o arriesgarse a perder a un socio clave».
[–> [–>[–>El plan obligaría a Ucrania a renunciar a una parte substancial de su territorio, incluidas algunas zonas que los militares rusos ni siquiera controlan. Concretamente dice que Crimea, Lugansk y Donetsk (solo parcialmente en manos rusas) pasarían a ser reconocidas de facto como territorio ruso, también por EEUU. En las provincias sureñas de Zaporiyia y Jersón, la línea actual del frente se convertiría en la nueva frontera. A cambio Rusia solo debería retirarse de las pequeñas bolsas de territorio fronterizo que controla en dos provincias del nordeste.
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Pero hay más. El Ejército ucraniano no podría superar los 60.000 efectivos, cuando tiene hoy más de 90.000. Kiev debería también incluir en su Constitución que renuncia a ser parte de la OTAN. Y tendría prohibido estacionar en su territorio a tropas de la Alianza o incluso cazas europeos. A cambio, recibiría garantías de seguridad de EEUU, unas garantías que el plan no especifica y por las que Washington cobraría «una compensación«. Las sanciones a Rusia se levantarían de forma gradual.
[–>[–>[–>Apoyo europeo
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La conclusión es que Trump vuelve a premiar la fuerza bruta empleada de forma ilegal. En Gaza impuso una solución neocolonial ajustada a los designios de Israel, el país acusado de cometer un genocidio, el crimen de crímenes. Y en Ucrania quiere hacer lo propio imponiendo las demandas del agresor ruso, incluido el reconocimiento de sus conquistas ilegales. La pregunta es si también aquí podrá salirse con la suya.
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«Creo que podría conseguirlo si los europeos no apoyaran a los ucranianos, pero no es el caso. Esa es la principal diferencia con Gaza», afirma el politólogo de la Universidad Nacional de Kiev, Taras Kuzio. Los palestinos no tenían ningún apoyo externo de peso y su población necesitaba de un alto el fuego para no ser completamente aniquilada o expulsada de la Franja. Ucrania, en cambio, ha perdido territorio, pero sigue presentando batalla y el Ejército ruso apenas ha avanzado desde finales de 2022. «Los europeos creen que este no es un acuerdo de paz, sino más bien una broma de mal gusto. Apoyan casi al 100% la posición ucraniana, lo que significa que va a ser muy complicado que Trump pueda imponer nada», añade Kuzio, autor de varios libros sobre el conflicto.
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[–>El profesor ucraniano apunta a otro factor importante. En los últimos meses, con Trump en la Casa Blanca, Washington ha dejado de proporcionar ayuda económica y militar a Kiev. Las armas estadounidenses que Ucrania sigue recibiendo, las compran los europeos y luego se las envían a su aliado. «El peor de los escenarios pasaría por que Trump deje de venderle armas a la OTAN y a los europeos, pero no creo que lo haga porque solo le importa el dinero. Hacer negocio del sufrimiento ajeno». De hecho, su plan incluye varios puntos en los que explícitamente se dice que EEUU haría negocio.
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Producción de armas propia
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Pero aunque bloqueara todas las armas, no necesariamente sería el final de Ucrania. «Al menos el 50% de las armas que utiliza se producen en territorio ucraniano, muchas con financiación europea, particularmente de los países escandinavos», recuerda Kuzio. Al mismo tiempo, sus aliados continentales han aumentado la producción propia con la intención de reducir la dependencia estadounidense.
[–>[–>[–>Y si bien hasta ahora la Unión Europea ha demostrado una desmedida predisposición a claudicar ante Trump, como pasó con los aranceles, es cuestionable que pueda hacerlo esta vez, dada la creciente influencia en materia de seguridad de Polonia, Escandinavia y el Báltico, que ven en las ambiciones de Putin una amenaza existencial para su propia supervivencia. De modo que se antoja bastante improbable que Trump acabe saliéndose esta vez con la suya, a menos que el plan sea sustancialmente enmendado. El desastre impuesto sobre los palestinos debería servirles como advertencia.
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