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Los ETF se agiganta como vía preferente de la inversión global

Los ETF se agiganta como vía preferente de la inversión global
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  • Publishednoviembre 23, 2025



Hace apenas una década, los fondos cotizados en bolsa, o ETF (fondos cotizados en bolsa, en inglés)eran una rareza. Hoy forman parte del lenguaje cotidiano de los mercados y se han convertido en una de las principales vías de inversión global. Su bajo coste, liquidez. y la transparencia han cambiado la forma en que se construyen las carteras. No se trata de una moda pasajera: los flujos récord y la expansión simultánea entre minoristas e instituciones confirman una profunda evolución. Pero junto con la eficiencia surgen nuevas dudas. ¿Puede la concentración de índices distorsionar los precios? ¿Hasta qué punto la automatización reemplaza el juicio humano? La gestión pasiva avanza, aunque su equilibrio dependerá de cómo los inversores combinen técnica y criterio.

En CA Indosuez Wealth Management, Miguel Macho, responsable de inversiones, resume las claves de este boom en cinco ideas: reducción de costes, liquidez, fácil acceso, agilidad y una capacidad de innovación que sigue creciendo. El TER, o coste total medio, sigue siendo muy inferior al de los fondos tradicionales, algo decisivo para quienes invierten a largo plazo. La cotización en tiempo real da margen para reaccionar a los movimientos del mercado, mientras la oferta se multiplica con fondos temáticos y, cada vez más, gestionados de forma activa. El impulso inicial provino de inversores institucionales. Hoy el minorista se hace cargo. En España el ritmo es más lento -el marco fiscal no ayuda-, pero la tendencia es clara: están creciendo y consolidándose.

El movimiento también tiene una base estructural. Nicolás Barquero, director de soluciones especializado en Santander Banca Privada España, explica que «el desarrollo se ha concentrado en la renta variable, donde los inversores buscan diversificarse a bajo coste. El peso de las grandes empresas dentro de los índices genera un círculo que retroalimenta los flujos hacia las más capitalizadas, que pueden dejar atrás estrategias activas».

El gran salto reciente, añade, proviene de los pequeños inversores, especialmente en Estados Unidos y Europa, con una penetración que ya ronda el 20%. Recuerda también que «la filosofía del valor, tradicionalmente asociada a los directivos activos, puede replicarse mediante reglas cuantitativas sin perder su significado original».

cambio de rumbo

Con una perspectiva global, Olivier Paquier, director global de ventas de ETF de Gestores de Inversiones Axa (BNP Paribas), percibe un cambio de dirección en el mercado. En octubre de 2025, los productos europeos de renta fija y ESG registraron su mejor mes de su historia, con 45 mil millones de dólares en flujos netos. Explica que la búsqueda de refugios y la consolidación de inversiones sostenibles marcan el nuevo ciclo. Para Paquier, «el futuro del sector dependerá de la convergencia entre tecnología, creación de productos y distribución digital, ya que los inversores exigen acceso inmediato a datos y soluciones escalables».

También considera que «la sistematización de ‘inversión de valor’ A través de modelos cuantitativos mitiga sesgos emocionales y favorece procesos consistentes y objetivos, más cercanos al patrón de un índice que a la intuición individual»: .

Los fondos cotizados han cambiado la forma de canalizar el ahorro, pero también concentran ciertos riesgos. Esto es lo que advierte Pablo David Fernández, socio director de Fundaria Asesores, quien considera que “muchos productos replican los mismos valores o sectores, provocando que los precios se muevan más por flujos de capital que por fundamentos empresariales”. Aun así, descarta la existencia de una burbuja propiamente dicha y defiende «combinar gestión pasiva y activa para equilibrar eficiencia y selección cualitativa». Fernández añade que los fondos temáticos, centrados en tendencias como la inteligencia artificial, la transición energética o la ciberseguridad, ofrecen una herramienta capaz de combinar bajo coste y visión estratégica.

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Javier Cabrera, analista financiero, comparte la idea de que el inversor institucional sigue siendo el principal impulsor de los flujos, mientras que el inversor minorista actúa como un seguidor natural. Señala que «los productos temáticos han aportado una mayor profundidad de mercado y facilitan estrategias de diversificación táctica». Permiten, explica, sobreponderar o infraponderar sectores «sin necesidad de analizar cada empresa y a un coste mucho menor».

La aparición de fondos inversos, destaca también Javier Cabrera, ha posibilitado posiciones cortas y estrategias ‘largas-cortas’ accesible tanto para instituciones como para personas más activas. En su opinión, esta evolución refleja «la creciente sofisticación del mercado y la madurez de los participantes en el uso de los instrumentos cotizados».

La otra cara del fenómeno la destaca Francisco Joaquín Cortés, profesor del máster en dirección y dirección financiera de la Universidad Alfonso X El Sabio Este experto advierte que, si bien los fondos cotizados han abierto el acceso al ahorro global, no están exentos de riesgos: riesgos de mercado, ligados a la volatilidad; los de liquidez, en episodios de tensión; y la contraparte, en productos de réplica sintética.

También existe una creciente preocupación entre los reguladores sobre el impacto que estos instrumentos pueden tener en la estabilidad financiera en tiempos de tensión. El inversor, señala en este sentido Francisco Cortés, debe saber qué tipo de replicación utiliza su fondo -física o a través de derivados- y utilizar estos vehículos con una perspectiva de medio o largo plazo, teniendo en cuenta los costes acumulados, especialmente en las versiones activas. Pese a todas estas observaciones, el catedrático de la Universidad Alfonso X reconoce la papel positivo de los fondos cotizados en bolsa en la arquitectura de los mercados, proporcionando fluidez, y también visibilidad, a las preferencias del capital global.

Paradoja

La paradoja del valor dentro de la gestión pasiva la desarrolla Alberto Blanco, catedrático de Bolsa y Mercados Financieros del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). Afirma que los fondos de valor son vehículos eficaces para acceder a este factor de forma económica y diversificada, con ventajas fiscales y transparencia diaria.

El profesor del IEB también recuerda que estos instrumentos Se compran y venden como acciones. y permiten una exposición inmediata, «aunque carecen del juicio cualitativo y la intuición que caracterizan a los grandes directivos». Según Blanco, «estos instrumentos captan la media estadística del universo de valores, pero no la huella personal de quien detecta valores atípicos». Esta diferencia, añade, explica por qué inversores como Buffett o Paramés «siguen siendo inimitables en un modelo puramente algorítmico».

A escala internacional, un estudio global de PwC, publicado en marzo de 2025…ETF 2029: El camino hacia los 30 billones de dólares’—refuerza esa visión de la evolución. Los activos gestionados a través de fondos cotizados en bolsa crecieron un 27% en 2024, hasta 14,6 billones de dólares, y podrían superar los 30 billones de dólares en 2029 si se mantiene el ritmo actual. El informe identifica un relevo generacional entre los ahorradores y una ola de innovación que va desde los ETF activos, cuyo volumen aumentó un 52% en el último año, hasta la aparición de vehículos vinculados a criptoactivos y mercados privados. PwC prevé que la digitalización, la tokenización y la inteligencia artificial acelerarán la apertura global del capital.

El cambio ya está en marcha. El auge de los fondos cotizados en bolsa ha abierto el acceso a la inversión y elevado los estándares de eficiencia, pero también ha planteado interrogantes sobre la concentración, la transmisión de riesgos y la pérdida del juicio humano en la gestión. La innovación –de temática a activa y cuantitativa– apunta a un mercado más versátil, aunque requerirá disciplina y sensación de riesgo. Esta transformación no es temporal, sino un proceso estructural en la forma en que el mundo asigna su capital. Ya no se trata de si los fondos negociados en bolsa dominarán el futuro, sino de cómo darán forma a ese futuro y con qué equilibrio entre técnica y criterio económico.



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