siete hijos y penas que van de los ocho a los 29 años
A diferencia de su padre—que no ha puesto un pie en la habitación— Los siete hijos de Jordi Pujol han dado la cara ante los juzgados ¿Quién los juzga por uno de los mayores escándalos de corrupción familiar de las últimas décadas.
Y ahí estaban: siete hermanos, siete carreras y un mismo banco, separados entre sí pero unidos por una herencia que el juez define como «excesiva» y cuyo origen apunta directamente a comisiones ilegales, contratos amañados y operaciones opacas.
La Fiscalía estima que deberían devolver 45 millones de eurosmientras que los informes de la UDEF elevan ese agujero a 69 millones. La misma historia, dos cifras diferentes y una realidad común: nadie sabe todavía cuántos millones movió realmente el clan.
Jordi Pujol hijo: el hermano mayor y «capellán de la parroquia»
La atención se centra en él. Jordi Pujol Ferrusola, el hijo mayorel que supuestamente organizaba casi todo. Para la Fiscalía, el cerebro financiero del entramado familiar. te preguntan 29 años de prisiónla pena más alta de todas, por asociación ilícita, blanqueo de capitales, falsificación de documentos, cinco delitos contra Hacienda y frustración de ejecución.
Él era, según el juez, el encargado de mover los hilos del dinero. Y él mismo lo reconoció durante la instrucción: «Nunca hicimos reuniones para decir: ‘voy a repartir’. Yo les dije: ‘voy a repartir X'».
A eso se suma su colección de autos antiguossus operaciones internacionales y aquellos trabajos que nunca estuvieron del todo claros, pero por los que cobraba cantidades más que llamativas.
Josep Pujol: el defensor de la herencia familiar
Josep, en cambio, siempre ha repetido la misma idea: el dinero procedía de una herencia. Anticorrupción no se compra esa versión y considera que tuvo un papel mayor del que admite. Piden 14 años de prisión.
Su papel, dice la Fiscalía, fue clave para justificar internamente las acciones del padre y el origen de los fondos.
Los otros cinco: roles discretos, misma red
El resto de los hermanosPere, Oleguer, Oriol, Mireia y Marta— moverse en una posición intermedia: más discreta, menos visible, pero igualmente necesaria para que todo funcione, según la acusación. Para ellos preguntan ocho años de prisión por asociación ilícita y lavado de dinero.
Uno de ellos, Oriol, incluso admitió que su padre debería haber renunciado a ese dinero para evitar problemas. Una frase que pesa, porque admite el peso que llevó esta herencia desde el principio.
Un banquillo que incluye a familiares, exparejas y empresarios
Junto a los siete hermanos también hay otras piezas del rompecabezas: La exmujer de Pujol Júnior, Mercé Gironés, para quien piden 17 años de prisión, y 14 empresarios quienes, según la Fiscalía, habrían pagado sobornos a cambio de premios públicos.
El tribunal está presidido por José Ricardo de Prada, acompañado de las juezas María Fernanda García y Mercedes del Molino, encargadas de pilotar un juicio que promete semanas de tensión y declaraciones que pueden reconstruir (o hacer estallar) la versión oficial de los Pujol.
Siete hermanos, un apellido y un juicio histórico
Así llega el clan al juicio: todos presentes, todos identificados por una supuesta red que, durante años, se habría combinado Comisiones fantasmas, contratos públicos bajo sospecha y cuentas ocultas a nombre de empresas en varios países. Hoy, los siete hijos de Jordi Pujol se enfrentan a penas que van de ocho a 29 años de prisión.
Un apellido que marcó la política catalana durante décadasahora ante el tribunal que debe decidir si ese exceso de riqueza fue herencia, gestión familiar… o pura y simple corrupción.
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