En lo que respecta al cliente final, afectará tanto a usuarios residenciales como a empresas e industriales. Es decir, se trata de un incremento del coste fijo, que se compone de peajes y cargos, más los impuestos correspondientes.

El impacto final en la factura calculado por la CNMC se situaría entre el 0,6% y el 2,8%, en función del tipo de consumo y punto de acceso. Aunque también hay una variable muy importante respecto a la demanda final que existe en el conjunto del sistema eléctrico español. Esa es la clave de todo este movimiento.

El dinero recaudado por los peajes, que el próximo año aumentará en casi 300 millones respecto al año anterior -y por eso aumentará la factura-, se utiliza para mejorar las redes eléctricas, tanto de transporte, que controla Red Eléctrica; como la distribución, que está en manos de múltiples empresas, aunque son ellas las que se encargan principalmente Iberdrola, Endesa y Naturalezay.

El regulador es el encargado de aplicar las subidas y bajadas de este tipo de costes regulados, que no aumentan desde 2020, gestionando así el déficit o superávit del sistema eléctrico. De hecho, Competencia lleva varios años realizando reducciones en torno al 4%.

En la nueva propuesta, que deberá ser aprobada definitivamente una vez analizadas las alegaciones de los agentes del sector (distribuidores, transportistas, comercializadores, etc.) y de los consumidores, el organismo que preside Cani Fernández asigna un pago por estos peajes de 6.608 millones para 2026. Porcentualmente, el transporte se lleva el 12% del incremento, mientras que la distribución se queda en el 2,5%. Aunque en el volumen total la distribución recibe una mayor cantidad de dinero.

gran necesidad

Cuando en enero lleguen las primeras facturas de la luz, y con el mismo nivel de consumo tengan que pagar un poco más de dinero, los consumidores querrán ir al gimnasio para aliviar tensiones. Pero es una realidad que hay que abordar: hay que mejorar las infraestructuras de nuestro país para que no se produzca un percance como el del pasado mes de abril. De este modo, Lo único que pretende la CNMC es garantizar la viabilidad financiera del sistema porque tiene que haber un sistema eléctrico más robusto y capaz de integrar energías renovables sin ningún problema.

De hecho, es algo que está en la agenda de las empresas. Paralelamente a esta gestión de los peajes, también se aborda la retribución que reciben las empresas eléctricas por invertir y desarrollar redes: un tema está ligado al otro. Así, en la audiencia pública de ese proceso, la asociación de empresas eléctricas Aelec Aseguró que con sus aportaciones reafirma su apuesta «por un modelo regulatorio equilibrado y predecible, capaz de garantizar la modernización de las redes, la integración de las energías renovables y el avance de la electrificación en España».

Las energías renovables, más allá de su impacto en el ámbito de la sostenibilidad –que también es fundamental–, tienen la capacidad de reducir los costes económicos del sistema eléctrico para el consumidor final. Por tanto, su integración en el sistema debe ser una prioridad. Sin embargo, como se puede comprobar con el apagón, este ingreso masivo requiere de una mejor infraestructura.