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La Volta a Portugal es lo más parecido a una grande

La Volta a Portugal es lo más parecido a una grande
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  • Publishednoviembre 27, 2025



EL Regreso a Portugal, emblema deportivo de un país que respira ciclismo cada verano, entra en una era de renovada ambición. La Federación Portuguesa de Ciclismo (FPC) no buscó un simple directivo: eligió un arquitecto de ideas, alguien capaz de comprender que las carreras del siglo XXI necesitan identidad, historia y una conexión emocional con el aficionado. este nombre es Mezquita Ezequielex ciclista profesional y alma reflexiva de Emesports—empresa responsable de O Gran Camiño—quien coordinará a partir de 2026 el Volta ao Portugal, Volta ao Algarve y Volta ao Alentejo. Tres joyas que, bajo su mirada y la de su “gran equipo”, no sólo brillarán: aspiran a brillar como nunca.

El impacto que esto tuvo Oh gran camino En un tiempo récord no pasó desapercibido. Más allá de la escenografía, Portugal vio un producto televisivo moderno, coherente y dotado de alma. Mosquera no vende carreras: construye experiencias. Él mismo lo explica con la claridad de quien no improvisa. «Creo que todo empieza con las visitas de las autoridades portuguesas a O Gran Camiño. Allí pudieron ver de cerca cómo trabajamos, cómo estructuramos la carrera y qué filosofía tenemos detrás de cada decisión. Un tiempo después nos volvieron a llamar. Ya no fue una conversación informal: pusieron la propuesta sobre la mesa. Y aceptamos. Conozco bien las fortalezas y debilidades de la Volta a Portugal y sé que con un cambio de rumbo puede volver a ser lo que se merece: un gran evento. Las audiciones que tuvo (y tiene) demuestran que hay un enorme interés. Esto es lo que nos animó a dar el paso”, explica a MARCA.

Su llegada y la de su equipo no es un recambio: es una evolución. Portugal quiere pasar del mantenimiento a la proyección, de la supervivencia a la aspiración. Mosquera aporta una cualidad poco común al ciclismo moderno: visión estratégica, capacidad de síntesis y comprensión total del ecosistema. Sabe leer la carretera, pero también la televisión, los horarios, las audiencias y la industria.

Uno de los puntos que él y su equipo quieren pulir es la adecuación de las pruebas portuguesas al sistema internacional. No lo presenta como una queja, sino como una oportunidad estructural: «Queremos internacionalizar la carrera. Queremos que esto sea un punto de inflexión a la hora de enseñarla fuera del país. Y para ello hay que reforzar también el aspecto deportivo, que es clave en el sistema de puntos». Creo que la Volta de Portugal es, con diferencia, una de las más penalizadas.» La frase destila ambición: Mosquera no quiere un calendario decente, quiere un calendario irresistible.

Esta hoja de ruta implica reconsiderar el peso de la evidencia y su valor competitivo. Lo dice tajante: «Con O Gran Camiño puede haber muchas sinergias, todos estamos pegados al Atlántico. Al final, todo sigue igual. Aquí lo que prima son los puntos, pero hay que buscar un calendario para distintos tipos de equipos. Se debería reequilibrar el equilibrio para que carreras como ésta no tengan el peso de los pocos puntos que da la competición. La competición y los puntos que te quitas, está claro que eso afecta mucho, siempre y cuando el equilibrio esté bien». reequilibrado, se puede”, enfatiza.

Y no sólo piensa: actúa. «Aquí, la asociación organizadora, hemos presentado un plan para intentar cambiar este problema. Los propios equipos también se ven afectados. Los equipos grandes, con las plantillas que tienen y todo lo que ejecutan, obviamente miran los puntos. A veces les interesa hacer trucos, pero miras lo que hay y son las primeras víctimas que no pueden ir, pero estoy sumando pajitas, no puntos. “Más de lo que pensaba, estoy cien por ciento de acuerdo en que el sistema de puntos no está equilibrado”.

Mosquera habla con pleno conocimiento: compitió, sufrió, organizó y triunfó. Esta rara combinación lo convierte en un activo diferencial. Su forma de abordar las carreras es sencilla y potente: si una carrera es apasionante, la recordamos; y si lo recuerdas, está bien. Su defensa de la Volta no es sentimental: es analítica. “Para mí, no hay experiencia más cercana a una gran vuelta que la Volta en Portugal, en términos de días, dificultad, público… por todos los ingredientes que contiene. Y porque en su momento no renunciaron a las jornadas aunque el sistema de puntos les penalizara duramente. Ésta es su particularidad. Es único para mí: bueno y malo.

Mosquera no pretende inventar, pretende ordenar gracias a su “gente íntegra”. No viene con humo, sino con método. «El margen es el que es y no tenemos una varita mágica. No vamos a erigirnos en inventores de nada, no quiero que parezca así. Pero la idea es que, tal como existe, el Algarve y O Gran Camiño, si se abren al mundo, pueden ser carreras muy atractivas. Son una alternativa real para los equipos ProConti que están excluidos de los tres grandes y pueden encontrar aquí una carrera con todos los ingredientes de una carrera por etapas larga».

Mirando hacia el futuro
Lo que está en marcha no es una reforma: es una declaración. Portugal no quiere que su Volta sea un recuerdo; Quiere que sea una referencia. El país tiene tradición, audiencias, caminos, una identidad y una televisión pública dedicada. Ahora también tiene algo que busca desde hace años: una idea clara y alguien que pueda implementarla. «Me gustaría agradecer a la federación portuguesa que haya pensado en nosotros. Al principio nos respetaron, pero la confianza que nos brindaron desde el principio nos empujó a dar el paso», añade a este medio.

Mosquera no viene a quedarse con un legado. Se trata de ampliarlo. Y si algo demostró en Galicia es que cuando imagina una carrera, la carrera cambia de dimensión. La Volta a Portugal deja de mirar su pasado con nostalgia. Comienza a considerar su futuro con decisión. Y, ahora, lo hace con un capitán de ruta capaz de llevar estos acontecimientos a otra dimensión.





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