Perú, una inmersión profunda en el corazón del mundo andino | Viajes | El Viajero
¿Aún no conoces Perú? Espera a sumergirte en este viaje que te ofrecemos a continuación. Perú es mucho más que Machu Picchu, aunque, sin duda, no puedes irte sin conocer el corazón andino del país. Por eso te proponemos una inmersión profunda para el 2026, viajando desde la Lima colonial y gastronómica a los templos incas del Cusco, el Valle Sagrado y la ciudadela perdida de Machu Picchu. Durante este viaje también haremos una parada en las tierras altas, en el lago Titicaca, para convivir con comunidades que aún conservan sus raíces vivas. Y lo hacemos de la mano de uno de los expertos en Sudamérica de los que dispone EL PAÍS Viajes, el periodista Paco Nadal. Lo que encontrarás a continuación es solo una pequeña parte de lo que verás y experimentarás en el viaje programado para el 13 de junio de 2026.
el viaje Perú inca y colonial —con una duración de 11 días— está dirigido a quienes buscan algo más que visitar monumentos: es para quienes quieren entender, conectarse y descubrir el Perú. De los mercados de Lima a los telares de Urpi; desde los rituales de Amantaní hasta los sabores del ceviche y pisco agriocada día será una experiencia auténtica, enriquecedora y profundamente humana.

Primera parada: Lima, la capital.
Lima, la capital de Perú y la ciudad más poblada, fue fundada en 1535 como la Ciudad de los Reyes. Por lo tanto, merece la pena visitar una historia tan larga. También es una de las capitales gastronómicas de Sudamérica, por lo que los amantes de la comida tienen una larga lista de restaurantes para visitar. Que puedo decir, la cocina peruana es una de las mejores del mundo.
Los barrios de Miraflores y San Isidro son los mejores para quienes buscan alojamiento para varios días, y el bohemio Barranco para pasear y perderse por sus calles. Su diversidad cultural y arquitectura colonial lo convierten en uno de los barrios más populares de Lima, siendo su paseo el más popular de todos con su impresionante vista al Océano Pacífico. El Puente de los Suspiros, Central Park, los espectáculos callejeros y la antigua estación de tranvía añaden un toque romántico y mucho encanto a este lugar.
El centro histórico de Lima, declarado patrimonio cultural de la humanidad, es por supuesto imperdible con la Plaza de Armas, la Catedral de Lima, construida en el siglo XVI, es uno de los ejemplos más bellos del barroco colonial del continente. Para conocer la historia hay que acudir al Museo Nacional de Antropología y Arqueología, ya que alberga la mejor colección de la época prehispánica del Perú. También está el Museo Larco, con sus jardines y la mejor colección de monedas precolombinas de oro y plata del antiguo Perú, así como una famosa colección de cerámica erótica Moche (civilización precolombina de la costa norte del Perú); el Museo de Arte de Lima (MALI), el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y el Museo Pedro de Osma.

Segunda parada: Cusco, la antigua capital del Imperio Inca.
¿Qué lugar se recomienda para descubrir la cultura andina? Sin duda, Perú. Ubicada al suroeste del país, fue la antigua capital del Imperio Inca y, actualmente, una de las ciudades más pobladas del país. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1983, uno de los lugares más visitados de América del Sur, con alrededor de 3,4 millones de visitantes al año, y cuenta con un valioso patrimonio arquitectónico de su pasado colonial: iglesias y universidades, además de palacios y plazas.
Debes comenzar tu visita por la Plaza de Armas, el punto de encuentro de cualquier viajero. La Basílica-Catedral de la Virgen de la Asunción es otro de sus atractivos, construida en 1560 sobre el palacio real del Inca Wiracocha. Actualmente es sede de la Diócesis del Cusco y es considerado el monumento religioso católico más importante del centro histórico. En su interior destaca la obra maestra del templo, la imagen del Señor de los Temblores y el emblemático cuadro de La Última Cena, que presenta detalles únicos del sincretismo cultural andino.
Desde el mirador de San Cristóbal se puede disfrutar de la vista de la ciudad y, desde allí, descender al barrio de San Blas, conocido por el trabajo de sus artesanos, especialmente dedicados a la imaginería religiosa. Todavía quedan muchas tiendas y talleres donde se pueden adquirir excelentes copias de cuadros de la catedral. Entre los talleres que merecen una visita se encuentran los Mendívil, creadores de magníficos arcángeles de cuello alargado. Para profundizar en la historia, el Museo Inca es una visita obligada. Como curiosidad, la calle Hatun Rumiyoc, donde hay muchas tiendas de artesanía y donde se encuentra la famosa piedra de los Doce Ángulos. Este espacio forma parte de un enorme muro que perteneció al palacio del Inca Roca.

Tercera parada: el Valle Sagrado de los Incas
Cuzco es la puerta de entrada al Valle Sagrado de los Incas, ahora estamos en el corazón del mundo andino. Este valle fue considerado sagrado por los incas debido a su gran riqueza natural, por lo que allí se establecieron los pueblos más conocidos como Pisac y Ollantaytambo.
El complejo arqueológico de Pisac, ubicado a 2.970 metros de altitud, es uno de los más visitados del valle. Se divide en dos zonas: la antigua, ubicada en la parte superior, es un sitio arqueológico inca; y el actual, ubicado en el valle, que data de la época colonial. El Museo Inkairy es muy divertido y simboliza las diferentes culturas que se desarrollaron en el Perú.
La fortaleza de Ollantaytambo, a 2.792 metros sobre el nivel del mar, se levanta sobre auténticos cimientos incas. La distribución de casas y canales que llevan agua desde los glaciares a la ciudad se mantiene igual desde la Antigüedad. Como una especie de dios protector, la fortaleza abraza majestuosamente la ciudad.

Cuarta parada: Santuario de Machu Picchu
En el Valle Sagrado lo más importante y venerado siempre ha sido Machu Picchu. Este lugar es el sueño de todo viajero, aunque debido a su éxito ha tenido que ser regulado en los últimos años. Esta ciudadela de piedra es el monumento Emblemático del Perú y uno de los complejos más grandes y monumentales. Lugares impresionantes del planeta, justamente reconocidos por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad. Con EL PAÍS Viajes se visitarán varios enclaves, como Huayna Picchu, que se encuentra al norte de la ciudadela de Machu Picchu. Huayna Picchu o Wayna Picchu no es otra que la enorme montaña que aparece detrás de la ciudadela inca y que suele verse en las tradicionales fotografías panorámicas de restos arqueológicos incas. Huayna Picchu es el nombre quechua que se traduce como “montaña joven”, cuya base semicircular está bañada por las aguas del río Urubamba y se ubica frente a Machu Picchu.
Alcanzar la cumbre del Huayna Picchu es todo un desafío. El trayecto hasta la cima de la montaña requiere esfuerzo y dura aproximadamente una hora. Pero una vez que llegues a los 2.667 metros sobre el nivel del mar, con una vista única del legendario sitio de Machu Picchu, no te arrepentirás de haber ascendido.

Quinta etapa: un recorrido por el Altiplano Andino
Una visita al Altiplano Andino, en el sur del país, es otra experiencia que no debe perderse. El contraste de sus paisajes llenará tu retina de recuerdos para siempre. Pucará, Raqchi y su famoso templo del dios Wiracocha, Andahuaylillas y la “Capilla Sixtina de América Latina” son algunos de los lugares que recordarás. Este apodo se le da a la Iglesia de San Pedro, porque a pesar de su fachada modesta y poco ostentosa, te quedarás boquiabierto una vez que entres en su interior. Fue construido a finales del siglo XVI por el artista peruano Luis de Riaño, discípulo del italiano Angelino Medoro, quien se instaló en Perú para convertirse en uno de los principales representantes de la escuela pictórica cuzqueña. Como dice el refrán, en esta iglesia las apariencias engañan…
A más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, en este país de llamas y alpacas, se puede apreciar mejor la cordillera de los Andes. Una de las ciudades más representativas del Altiplano es Puno. Aprovecha el recorrido para conocer el lago Titicaca, su puerto y las islas flotantes de los Uros.

Sexta parada: Lago Titicaca y las islas flotantes de los Uros
Terminamos este viaje en la frontera con Bolivia. Una excursión al Lago Titicaca es una experiencia única que permite descubrir sus islas naturales y artificiales, la vida cotidiana de sus habitantes y comprender la importancia simbólica del lago. Estamos hablando de las islas flotantes de los Uros, una comunidad que vive en más de 63 islas artificiales hechas de capas de juncos unas sobre otras. Los uros se llaman kotsuna“el lago de la ciudad”. Han conservado ciertas tradiciones como la pesca artesanal, la caza de aves silvestres, la construcción de balsas de carrizo y ciertas técnicas de tejido. Llama la atención que estén hechos de caña, caña en torno a la cual gira la supervivencia de estas tierras. Estas fueron las casas donde habitaron los Uros en la antigüedad. Los barcos caseros también se fabrican con juncos. Una parada muy recomendable es la isla de Amantani, un lugar especial para despedir el viaje y conocer de cerca la cultura Inca.
*Si quieres más información sobre este y otros viajes similares, consulta nuestra web EL VIAJE AL CAMPO.
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