Colocar árboles de Navidad en el suelo de ciudades donde viven millones de familias es una idea complicada desde una perspectiva de sostenibilidad.

Él arbol de plastico Es duradero, pero tarde o temprano se convierte en un residuo que no se puede reciclar. El árbol natural es una mejor opción, porque durante su crecimiento fija carbono atmosférico y después de las celebraciones. Regresa a la tierra transformado en abono. El problema es que pagamos para deshacernos de un ser vivo que va a morir.

Pero hay un Tercera opción: el árbol de Navidad de alquiler. El alquiler privado de árboles de Navidad es una realidad en países como Alemania, Austria y Suiza, aunque también empiezan a aparecer opciones en España. La idea es sencilla: recibes en tu casa un árbol cultivado en maceta, lo decoras y lo cuidas durante unas semanas. Luego la empresa lo cobra por reintroducirlo en un entorno natural o devolverlo a su vivero original para que siga creciendo.

Es una forma de mantener el ritual navideño sin condenar el árbol a un uso efímero.

Una opción más sostenible que los árboles cortados o artificiales

Cada temporada se talan miles de abetos jóvenes destinado a adornar los hogares durante sólo tres semanas. Tras este breve uso, la mayoría acaba en vertederos o, en el mejor de los casos, en puntos de recogida donde, Aunque se reciclan, no pueden volver a crecer.

Frente a esto, Alquilar un orinal tiene varias ventajas: no implica tala, no genera residuos y mantiene activo el ciclo de crecimiento de los árboles. Como el árbol todavía está vivo, continúa absorbiendo CO₂ y también continúa contribuyendo a la salud del ecosistema.

Además, ante el auge de los árboles artificiales, esta alternativa evitar la producción de plástico y reduce las emisiones asociadas a su fabricación.