La fuerza del grupo, el enésimo logro de Pellegrini en el Betis
afrontar un derbi después de haber perdido a futbolistas del nivel de Héctor Bellerín, Sofiane Amrabat, Giovani Lo Celso, Isco Alarcón Y Antoine Matheus dos Santostodos internacionales absolutos en algunos de los mejores equipos del mundo, y sin poder contar con el que desde el inicio de temporada fue el portero titular del Liga, Pablo Lópezhabría sido sinónimo de derrota segura en otros tiempos. Pero el recientemente renovado Manuel Pellegrini Este domingo encontró la manera de evitarlo.
Desde su primer día como técnico del conjunto verdiblanco, el chileno ha repetido incansablemente el mismo mensaje: los que cuentan son los que están y no hay que llorar a los que faltan. Una afirmación que caló en el vestuario, donde gracias a su masivo plan de rotaciones con el que reparte minutos y descansos entre todos los jugadores de Liga, liga europea (Conferencia el año pasado) y copa del reytodos se sienten protagonistas y sobre todo, están en las mejores condiciones para competir cuando les llegue el turno.
Esta idea de dar un lugar a cada integrante de la plantilla no serviría de mucho sin la complicidad de los propios futbolistas. Los que han sabido construir una gran familia, más que un vestuario, en la que todos se apoyan, todos se ayudan, todos se comprometen y todos empujan hacia un mismo objetivo común, dejando los egos de lado, algo realmente complicado en un deporte como el fútbol donde están a la orden del día. Un ajuste de filas que se refleja en partidos como el del jueves o el de ayer.
Superar la adversidad
Durante la semana, el Betis supo superar emocionalmente uno de los hechos más lamentables de los últimos años, un accidente de tren entre dos de sus mejores futbolistas, Isco Y Amrabatque acabó con ambos lesionados camino a boxes. Durante la visita a Ramón Sánchez-Pizjuán, Pellegrini No le quedó más remedio que recomponer su once y depositó toda su confianza en jugadores como Déossaun debutante que sigue adaptándose poco a poco al club y al ritmo del fútbol europeo, o a un niño como Pablo García.
La apuesta no pudo haber sido más efectiva. El colombiano hizo gala de su físico, recorriendo mucho terreno y facilitando el trabajo de su compañero en el doble pivote. Marc Roca. Y cuando su rendimiento empezó a decaer con el paso de los minutos por el exceso de trabajo, apareció en el escenario. altimira no sólo para demostrar lo buen futbolista que es, sino también para terminar el partido con un golazo. Trabajo en equipo para intentar no perderse la imponente figura de Amrabat.
La audacia de Pablo García
Con Pablo GarcíaTres cuartas partes de lo mismo. Lejos de inventar soluciones aparentemente más conservadoras, como doblar el costado como Ortíz y Ruibal para compensar las ausencias de belerín Y Antonioél Ingeniero Se decantó por el joven talento sevillano que, con sólo 19 años, lo sabe todo. Un ejemplo más de fútbol callejero, un futbolista de enormes condiciones, con tal audacia y tanto desparpajo que no se deja impresionar por ningún entorno y que ha vivido derbis de todas las categorías desde pequeño.
Para completar el círculo de nombres que, en otras condiciones, no habrían sido titulares en el derbi, Álvaro Vallescreciendo partido a partido y dando una gran seguridad entre los palos, y Valentín Gómezfutbolista alto Vélez SarsfieldLlegó como central zurdo o posible pivote defensivo si fuera necesario y que se convierte en un lateral izquierdo muy fiable. Un cóctel que demuestra la profundidad de una plantilla que mejora año tras año gracias a Fajardo y esto tiene futbolistas realmente diferenciales.
Todo bajo la dirección de Fornals
La manifestación defensiva de bartra, Natán Y Marc Roca Fue enorme en el derbi. La insistencia, ayuda, apoyo y desánimo de cucho hernandez Rompieron la defensa del Sevilla. Y la verticalidad de abdeque sólo falló en el gol, desmanteló a un rival que podría haber terminado derrotado. Y sobre todo, Pablo Fornalsun jugador de otro nivel que vive uno de los mejores momentos de su carrera y, a falta de Isco Y Lo Celsolidera el ataque de un Betis que va más allá y empieza a soñar en grande, como el año pasado Taza.
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