Una de las principales consecuencias que sufre Rusia por la invasión de Ucrania son las sanciones. Esto hace que muchos productos alimenticios no lleguen a los supermercados. Sin embargo, el presidente Vladimir Putin, lejos de achicarse, ha decidido crear una versión rusa de cada artículo. Ha comenzado con los quesos, pero ya amenaza con el vino e incluso con el plátano.

«Sólo compro productos rusos, son de buena calidad y más baratos»dijo una señora. Razón no les falta, ya que son más baratos. En concreto, las copias de quesos como el Camembert o el Brie francés cuestan un 30% menos que los originales.

Estas imitaciones se producen en fábricas como la de Oleg, que se jacta de tenga su propio parmesano, gouda o incluso una versión de raclette. Sin embargo, el origen de estos productos lácteos No está en Suiza, sino en fábricas a 200 kilómetros de Moscú.

Para conseguir un sabor parecido al original, los rusos Han importado vacas de Países Bajos o Bélgica y las han mezclado con razas autóctonas para que aguanten el clima. Eso sí, para llegar a suelo ruso han tenido que pasar primero por países como Kazajstán o Emiratos Árabes.

Sin embargo, el queso no va a ser el único producto que imitarán. El Kremlin no tiene límites y promueve la emulación del vino a la francesa. Incluso esperan tener sus propios plátanos ‘Made in Russia’.

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