Raro
Era una práctica común en los pueblos de antaño. Cuando había un árbol en el borde de la propiedad que molestaba al dueño, a través de chisporrotearlo, el árbol comenzó a secarse y hubo que quitarlo. Quizás lo correcto hubiera sido hablar con el dueño del árbol y llegar a un acuerdo, pero no, lo importante es hacerlo tranquilamente y así parece una intervención de magia.
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