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los giros de Ábalos sobre Air Europa, Begoña Gómez y Javier Hidalgo

los giros de Ábalos sobre Air Europa, Begoña Gómez y Javier Hidalgo
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  • Publisheddiciembre 3, 2025



José Luis Ábalos multiplica sus versiones a medida que avanza la presión judicial en el caso Koldo. Lo que hasta hace meses eran negativas categóricas, hoy son matices, rectificaciones y contradicciones. El ex ministro ha fallecido para asegurar que no hubo relación entre el salvamento público de Air Europa y la esposa del presidente del Gobierno incorporar su nombre repetidamente en su historia.

Hace apenas cuatro meses, Ábalos insistía en que Begoña Gómez No había tenido participación alguna en la operación que salvó a Air Europa de la quiebra. Hoy su discurso es diferente. Como afirmó en su última entrevista retrasada, Air Europa recurrió a Begoña Gómez «porque tenía acceso y capacidad». Añade que fue Javier Hidalgo, director general de Globalia, quien le transmitió esa impresión: «Había conocido a la mujer del presidente en un viaje al extranjero… Tenía acceso y tenía la capacidad… Me imagino que lo haría».

A estas palabras se suman otras voces del entorno del caso. El llamado ‘doble Koldo’ asegura haber escuchado conversaciones «en un tono muy cercano, profesional y se entendieron» entre Hidalgo y Gómez. Y el hijo mayor de Ábalos sostiene que su padre «es pagando el precio«, que «nada tiene que ver con el rescate» de la aerolínea y que tanto Begoña Gómez como José Luis Rodríguez Zapatero le presionaron. De momento, ninguna de estas declaraciones ha ido acompañada de prueba documental.

Lo más significativo es que muchas de estas contradicciones surgen del propio Ábalos. Acerca de cómo supo Koldo García estaba siendo investigado, ofreció dos versiones completamente diferentes. En público, cuando se conoció el caso, afirmó: «No tengo idea, lo descubrí ahora». Pero desde la prisión preventiva asegura algo muy diferente: «Sánchez me avisó en un paseo por los jardines de Moncloa que la Fiscalía estaba investigando a Koldo».

Las inconsistencias no son nuevas. el episodio Delcy RodriguezEl vicepresidente venezolano que aterrizó en Barajas en enero de 2020, es uno de los casos más gráficos de cómo Ábalos se corrige en mitad de una misma conversación. Primero negó que se tratara de una reunión: «No he tenido una reunión, he tenido una reunión, que fue básicamente un saludo y, de alguna manera, recordarle que no podía entrar en España».

Cuando se le preguntó ¿Cuánto duró ese «saludo»?respondió: «Bueno, creo que serían unos 20 o 25 minutos». La periodista Ana Pastor se mostró sorprendida: «Hombre, 20 o 25 minutos es más que un saludo». Ábalos respondió: «Sí, pero no tengo tiempo para discutir nada, como comprenderás». Pastor insistió: «¿Te das cuenta que niegas lo mismo que te pregunté, pero lo confirmas?». Ábalos aclaró entonces que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, le había dicho que «Parece que también viajaba la vicepresidenta de Venezuela, pero aseguraos que en realidad no va a entrar en España». Y explicó que subió al avión, le presentaron y que «tenía claro que iba a Türkiye».

Cuando se le preguntó si se habló de algún otro tema, fue tajante: «En absoluto». Y describió quiénes estaban presentes: «Estaba el ministro de Turismo y el jefe de gabinete del vicepresidente».

Lo que Ábalos defiende un día, al siguiente lo califica. Lo que rechaza en una entrevista, lo presenta con naturalidad semanas después. Sus discursos han pasado de negar cualquier relación a sugerirla, siempre «como le dijeron», «como escuchó», «se imagina que pasó» o «cree recordar». Nuevas versiones sin documentación que las respalde.

Las próximas decisiones judiciales determinarán hasta qué punto estas declaraciones tienen futuro o se quedan en meras contradicciones públicas. Por ahora, el único hilo constante en la historia de Ábalos es que ha dejado de ser constante.

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