No es una cuestión menor, ya que el brote de la enfermedad en España ha puesto de manifiesto hasta qué punto la industria porcina es vulnerable a la entrada de patologías procedentes de terceros países en los que los estándares de calidad no son equiparables a los que imperan en la UE. Y más que un problema de salud -el virus no afecta a los humanos- es un problema económico, ya que nuestro país está jugando cerca de 3.700 millones en exportaciones si los mercados extracomunitarios deciden no aceptar la carne de cerdo española. Afortunadamente, por el momento este escenario parece descartado ya que algunos de nuestros principales socios comerciales -China, entre ellos- ya han anunciado que aceptan la regionalización; Es decir, sólo vetar las importaciones procedentes de la zona afectada, que en este caso sería la provincia de Barcelona.

Que nuestro país -y toda Europa, en esencia- tenga un problema con el control de las importaciones agroalimentarias es algo que cada vez empiezan a denunciar más voces, incluida la propia Comisión Europea, que sólo tiene competencia regulatoria para ello, pero no ejerce. Como ya explicó ABC, el 4 de noviembre, el Comisario de Agricultura, Christophe Hansen, tiró de orejas a los Estados miembros por ser laxos a la hora de controlar los lotes que llegan a la UE: «Tenemos las normas fitosanitarias más estrictas del mundo, pero las normas más estrictas sólo son válidas si tenemos suficientes controles»afirmó el comisario.

Al mismo tiempo, en el PNL los populares también instan al Ejecutivo a apoyar la creación de una oficina de Control de Importaciones a nivel europeo que permita establecer mecanismos de vigilancia sobre los acuerdos comerciales que hayan levantado restricciones arancelarias. Los de Feijóo se refieren a los pactos firmados con Marruecos, Camboya o Indonesia, o la incipiente entente con Mercosur, que plantean dudas en el sector primario ya que abren la puerta a grandes cuotas de importación sin que las autoridades aduaneras dispongan de recursos suficientes para garantizar que cumplen con los estándares de calidad y seguridad. De ahí la propuesta de crear una Oficina Europea de Importaciones, un tema que lleva un tiempo en la agenda del PP en Bruselas.

Queda por ver si el Ejecutivo de Ursula von der Leyen -que es del PP, por cierto- recoge el guante de sus compañeros en España. De momento, Bruselas ya ha puesto en marcha el proyecto de crear un Autoridad Aduanera de la UE, una organización que centralizará la gestión de la inspección fronteriza, incluida la creación de una plataforma conjunta que será utilizada por las policías de todos los países para compartir información.

Piden al Gobierno negociar para evitar «bloqueos injustificados» a las exportaciones de carne de cerdo

Más allá de esto, el popular PNL incluye un montón de medidas a activar en caso de que el brote de peste porcina africana se agravara, como la petición a Bruselas para activar la Reserva de Crisis Agraria -un mecanismo que permite a los agricultores acceder a fondos extraordinarios-, la creación de un mecanismo de ayuda extraordinaria a las Comunidades Autónomas para prevenir enfermedades o la solicitud de asistencia técnica a la Comisión.

Al mismo tiempo, el PP también quiere que el Congreso inste al Gobierno a cumplir la normativa comunitaria en materia de control de la fauna silvestre -hay que recordar que en muchas zonas de España los jabalíes son una plaga- y a negociar con el máximo celo a nivel diplomático para evitar «bloqueos injustificados en los mercados exteriores». Esto último, que puede ser lo más importante a corto plazo, es lo que el Ministerio de Agricultura afirma estar haciendo desde hace días. De momento con éxito en el caso de China, aunque está por ver cómo avanzan las conversaciones con el resto de nuestros socios comerciales. Japón, que representa el 14% de las exportaciones españolas de carne de cerdo extracomunitaria, ya ha impuesto un bloqueo total.