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Ganaba 100€ al mes, no se le puede llamar profesión

Ganaba 100€ al mes, no se le puede llamar profesión
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  • Publisheddiciembre 6, 2025



mariana cabralhoy entrenador de Sporting Portugal Femenino y una de las voces más respetadas del fútbol portugués, no olvida de dónde viene. Antes de diseñar jugadas desde el banquillo, formó parte de la élite portuguesa.

Y lo que ganó en su momento estuvo lejos de lo que uno imagina cuando escucha “Primera División” y “campeón nacional”. En una entrevista con La voz de los entrenadoresEl técnico portugués resume así estos años: «Ganaba 100 euros al mes, un bocadillo después de los partidos y, a veces, una cerveza. No se puede llamar trabajo a eso».

Cabral estuvo activo en el 1 de diciembreuno de los equipos dominantes del fútbol femenino en Portugal. Con este club se proclamó campeona nacional, pero el título no correspondía a un trato profesional.

Si bien se enfrentaba a los mejores del país, su realidad económica era la de cualquier trabajador precario: 100 euros al mes como “salario” simbólico y una merienda post partido para complementarlo. El fútbol, ​​más que un trabajo, es un lujo que hay que compatibilizar con los estudios y otros trabajos.

El entrenador precisa que estos 100 euros ni siquiera cubrían los gastos básicos vinculados a la competición al más alto nivel: viajes, dieta específica, material deportivo o fisioterapia.

No había botas pagadas ni dietas personalizadas; muy a menudo ni siquiera verdaderos campos de entrenamiento. El mensaje que recibieron los jugadores fue claro: podían exigir como si fueran profesionales, pero pagarían como si el fútbol fuera un hobby.

Mariana Cabral, durante un partido con el Sporting de Portugal.

Mariana Cabral, durante un partido con el Sporting de Portugal.

EFE

Es este contraste el que lleva a Cabral a afirmar con fuerza que “no se puede llamar profesión”. Para ella, el profesionalismo no sólo se define por el nivel de competencia, sino por la dignidad de las condiciones de trabajo: un salario que te permita vivir, seguridad social, cobertura de salud y una estructura que te permita concentrarte en el juego.

Nada de esto existía entonces para la mayoría de los futbolistas portugueses, incluso en equipos punteros como el 1 de Diciembre.

cambio radical

Después Cuelga las botas prematuramente, alrededor de los 25 años.Cabral cambió su vida. Primero trabajó como periodista deportivo, analizando desde dentro el mismo fútbol que había vivido.

Esta etapa le permitió tomar distancia, entender el juego desde otro ángulo y entrenarse en táctica y metodología. Años después volvió a la cancha, pero como entrenadora, hasta llegar al banquillo del Sporting Clube de Portugal Femenino.

Desde entonces, se ha convertido en una de las voces más interesantes del fútbol portugués. Defiende un estilo ofensivo, valiente e incluso caótico, como ella misma lo define, pero también aprovecha cualquier conversación para Recuerda el camino recorrido por los jugadores de su generación.

Su relación no es sólo personal: es el espejo de todo un grupo de futbolistas que apoyaron el fútbol femenino en Portugal. cobrar salarios que, como él dice tajantemente, no merecen el nombre de salario.

Cabral, que actualmente trabaja en uno de los proyectos más ambiciosos del país, utiliza su propia historia como advertencia y reivindicación.

Advierte del riesgo de construir ligas «profesionales» sólo de nombre y afirma que el progreso no se puede medir sólo en títulos o audiencias, sino en una mejora real de las condiciones de quienes juegan. Sabe bien lo que significa ganar un campeonato nacional con un salario de 100 euros al mes.



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