La aerodinámica es fundamental para el rendimiento de los coches, no sólo de los deportivos, sino de cualquiera que ponga un pie en el asfalto. Ayuda desde mejorar la autonomía hasta conseguir mayores prestaciones, pero ningún vehículo lo ha llevado al extremo como el McMurtry Speirling.

Se trata de un pequeño coche eléctrico que mide 3,45 metros, pesa una tonelada y utiliza una mecánica evolutiva 1.013 CV. Son cifras excepcionales, pero lo que lo hace extremo es su aerodinámica, llevada al límite Puede permanecer sujeto al techo, boca abajo, sin siquiera moverse.

Como una imagen vale más que mil palabras, la empresa ha demostrado de lo que es capaz:

¿Cómo es posible algo así? Es gracias a la aerodinámica del coche, que utiliza un sistema patentado llamado Fuerza aerodinámica bajo pedido, el cual es capaz de generar una carga aerodinámica mucho mayor a la normal que requiere el vehículo.

Usando potentes ventiladores, soplaron suficiente aire en el sistema del auto deportivo para crear un vacío en la parte inferior, creando un efecto de aleta que lo dejó pegado al techo.