La revista ‘TIME’ elige a los magnates de la inteligencia artificial como «persona del año» (y por qué puede ser un «error»)
Como cada año desde 1927, la revista estadounidense TIME elige a la que consideran que es la «persona del año«. Por ahí han desfilado hasta 24 presidentes de Estados Unidos, entre ellos Donald Trump en dos ocasiones (2016 y 2024); artistas como Taylor Swift (2023) y activistas como Greta Thunberg (2019), pero también objetos (el ordenador, 1982) o colectivos (las mujeres, 1975). Casi siempre, con una óptica muy centrada en los intereses de su país de origen.
[–>[–>[–>Como en otras ocasiones, el reconocimiento de 2025 no ha sido individual, sino a un grupo que han denominado «Los arquitectos de la inteligencia artificial«. Se trata de siete de los grandes magnates de Silicon Valley que han propulsado la acelerada carrera comercial y geopolítica por el control de esta tecnología. Los elegidos son Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI; Dario Amodei, de Anthropic; Demis Hassabis, de Google DeepMind; Jensen Huang, de Nvidia; Elon Musk, de xAI; Lisa Su, de AMD; y Mark Zuckerberg, de Meta.
[–> [–>[–>La lista de influyentes personajes destacados por TIME incluye a una octava persona que, de forma similar a Hassabis, destaca más por su contribución científica que empresarial. Se trata de la reconocida científica computacional sinoestadounidense Fei-Fei Li, codirectora del Stanford Institute for Human-Centered Artificial Intelligence e inventora de ImageNet, un proyecto de clasificación de imágenes para el software de reconocimiento visual que ha sido crucial para el salto protagonizado por la IA generativa durante los últimos cinco años.
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¿Por qué?
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La revista TIME asegura que se ha decantado por los «arquitectos de la IA» como «persona del año» por el cada vez más notable impacto de lo que para muchos está llamado a ser una «revolución tecnológica«. «Este fue el año en que todo el potencial de la IA salió a la luz y quedó claro que no hay vuelta atrás ni posibilidad de renunciar a ella», argumentan. Con ello, hacen referencia a los avances y a la «adopción sin precedentes» de esta tecnología, pero también a problemas como la desinformación, la pérdida de empleos, la elevada demanda de energía, el coste medioambiental o la concentración de poder en pocas empresas.
[–>[–>[–>El alud casi diario de nuevos productos comerciales, estudios y noticias sobre los efectos sociales de la IA es una fuerza que ha marcado la opinión pública y han abocado a los ciudadanos a tener «un millón de debates sobre lo disruptiva que será para nuestras vidas». Aunque la publicación reconoce que las personas serán las que «determinarán el rumbo» de esta tecnología, también reconoce que «nadie ha tenido un impacto mayor que las personas que imaginaron, diseñaron y construyeron la IA». «Por hacer realidad la era de las máquinas pensantes, por sorprender y preocupar a la humanidad, por transformar el presente y trascender lo posible, los arquitectos de la IA son las Personas del Año 2025 de la revista TIME«, explican en un artículo.
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Críticas
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Que Altman, Amodei, Hassabis, Huang, Li, Musk, Su y Zuckerberg están protagonizando la expansión comercial de la IA es irrebatible. Que sus decisiones están cambiando nuestras vidas, también. La revista TIME deja claro que, «para bien o para mal», la IA ha sido el gran tema del año y que sin esos magnates no podemos entender lo que está sucediendo.
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[–>Sin embargo, la elección del término «arquitectos de la IA» para referirse a ellos ha despertado cierto malestar. El analista y divulgador tecnológico Hernán Rodríguez considera esa definición como «conceptualmente equivocada», pues «confunde arquitectura con hegemonía«. «Huang, Altman, Musk o Zuckerberg no diseñaron los cimientos intelectuales de esta tecnología. Gestionan su explotación a escala industrial, influyen en su dirección política y capturan su valor económico, pero no son quienes la imaginaron, formularon ni construyeron en su sentido profundo», explica en una publicación en LinkedIn en la que advierte que ese «error semántico» es también una «una forma de reescribir la historia en tiempo real, desplazando a científicos, ingenieros y comunidades enteras del relato fundacional para sustituirlos por una épica de CEOs, capital riesgo y geopolítica«.
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Otros como el experto en transformación empresarial Andre Shojaie consideran que, al mencionar a esos directivos en lugar de reconocer los modelos de lenguaje o la investigación, la revista TIME «reconoce discretamente dónde reside ahora el poder y señala que la responsabilidad ya no puede delegarse en la tecnología».
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