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Seis ‘cascos azules’ bangladeshíes muertos en un ataque en Sudán

Seis ‘cascos azules’ bangladeshíes muertos en un ataque en Sudán
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  • Publisheddiciembre 13, 2025



Archivo – Miembros de la Fuerza Provisional de Seguridad de las Naciones Unidas para Abyei (UNISFA)

– UNISFA/X – Archivo

MADRID, 13 dic (EUROPA PRESS)-

Seis soldados bangladesíes pertenecientes a la Fuerza Provisional de Seguridad de Naciones Unidas para Abyei (UNISFA) han muerto y ocho más han resultado heridos este sábado en un ataque contra una base de contingente en Kadugli, en Sudán, según informó el Gobierno de Bangladesh.

«Seis miembros del ejército de Bangladesh, miembros de la fuerza de paz de la ONU en Sudán, murieron en un ataque terrorista en Abyei el sábado 13 de diciembre. Ocho más resultaron heridos en el incidente», publicó en un comunicado la oficina de prensa de las Fuerzas Armadas de Bangladesh.

Fuentes de la misión de la ONU citadas por el ‘Sudan Tribune’ informan de que se produjo un ataque de tres drones contra la base de UNISFA, en concreto contra una gasolinera situada dentro del complejo.

Fuentes de la zona han informado de intensos bombardeos por parte de las milicias del Movimiento de Liberación del Pueblo Sudanés-Norte-Al Hilu (SPLM-N-Al Hilu), lideradas por Abdelaziz al Hilu, aliados de las Fuerzas de Apoyo Rápido que asedian la ciudad desde hace meses. El objetivo sería obligar a los ‘cascos azules’ a abandonar la localidad para facilitar su captura.

CONDENAS Y CRUCE DE ACUSACIONES

El Gobierno sudanés, controlado por el Ejército, ha confirmado el ataque contra un cuartel de la UNISFA en Kadugli y ha denunciado que fue obra de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en un comunicado firmado por el primer ministro, Kamil Idris. RSF ha negado cualquier implicación.

El Consejo Soberano Sudanés de Idris condenó este bombardeo aéreo como una violación de la protección que el Derecho Internacional Humanitario confiere a las instalaciones de la ONU en Kadugli. «El Gobierno de Sudán responsabiliza plenamente a la milicia terrorista RSF de este ataque y pide a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional que actúen con firmeza y medidas disuasorias para garantizar la protección de las instalaciones de la ONU y de los trabajadores humanitarios y que los responsables rindan cuentas ante el derecho internacional», afirmó.

Un portavoz militar informó del lanzamiento de tres cohetes contra el cuartel de Kadugli, que provocaron un incendio en un almacén y la muerte de seis soldados.

Sin embargo, un portavoz de las Fuerzas de Apoyo Rápido negó «categóricamente» estas acusaciones. «Son mentiras, un intento desesperado y patético de acusar infundadamente a nuestras fuerzas», según el comunicado recogido por el ‘Sudan Tribune’. De hecho, recuerda que RSF «ha protegido las instalaciones de la ONU y garantizado la seguridad de los trabajadores humanitarios como está documentado».

Por su parte, el jefe del Gobierno de transición de Bangladesh, Muhammad Yunus, ha condenado el ataque y ha instado a la ONU a tomar medidas urgentes para proporcionar el tratamiento necesario a los ‘cascos azules’ heridos y ha expresado su apoyo a las familias de las víctimas. Además, recordó que los ataques contra los ‘cascos azules’ representan un grave crimen contra la paz internacional y la humanidad.

«Estoy profundamente consternado por la muerte de seis de nuestros valientes ‘cascos azules’ y las heridas de otros ocho mientras llevaban a cabo la noble misión de promover la paz y la estabilidad», dijo Yunus, destacando la «contribución sustancial» de Bangladesh a las fuerzas de paz de la ONU.

En la misma línea, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado el «terrible ataque con drones» contra la base logística de Kadugli. «Quiero transmitir mi más sentido pésame al Gobierno y al pueblo de Bangladesh, a las familias de los ‘cascos azules’ caídos y desear una pronta recuperación a los heridos», indicó.

Guterres ha subrayado que están apoyando a los heridos de cara a su evacuación. «Los ataques contra las fuerzas de paz de las Naciones Unidas constituyen un crimen de guerra según el derecho internacional», advirtió antes de recordar a las partes en conflicto su obligación de «proteger al personal de la ONU y a los civiles». «Ataques como el de hoy en Kordofán del Sur contra tropas de paz son injustificables», subrayó.

La guerra civil en Sudán estalló por fuertes desacuerdos en torno al proceso de integración del grupo paramilitar RSF dentro del Ejército, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasan al Bashir, ya dañado tras el levantamiento que derrocó al entonces primer ministro, Abdullah Hamdok, en 2021.

El conflicto, marcado por la intervención de varios países en apoyo a los beligerantes, ha sumido al país en una de las mayores crisis humanitarias del mundo, con millones de desplazados y refugiados y ante la alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños sufridos por infraestructuras críticas, que impiden atender a cientos de miles de víctimas.



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