EEUU | Meloni dice que el diálogo con Trump solo puede ser «entre iguales y no en condiciones de subordinación»
Un discurso de exaltación de su agenda nacionalista —incluidas las medidas más controvertidas—, pero también, y esta ha sido la sorpresa, de reivindicación de la identidad europea y de la necesidad de una Unión Europea que se mueva y actúe como una entidad autónoma respecto a EEUU. Este es, en síntesis, el resumen del discurso pronunciado este domingo por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en la clausura de Atreju, el congreso de las juventudes de su partido, Hermanos de Italia.
[–>[–>[–>«Durante ochenta años hemos subcontratado nuestra seguridad a los Estados Unidos de América pensando que este día no llegaría y, sobre todo, fingiendo que era gratis. Pero no lo era. Había un precio a pagar y se llama condicionamiento», ha dicho, suscitando en varias ocasiones los aplausos de los congregados en los jardines del Castel Sant’Angelo. «Lo he dicho mil veces: la libertad tiene un precio. Y nosotros […] Siempre hemos preferido la costosa libertad a una servidumbre muy cara pero aparentemente cómodo», continuó Meloni, refiriéndose al abrupto divorcio en curso entre la UE y la administración de Donald Trump.
[–> [–>[–>Y más aún. «¡Europa no está en decadencia!», ha dicho, gritando y hablando además delante de Matteo Salvini, el líder de la Liga y el miembro más euroescéptico de su coalición. La europea es «una gloriosa civilización», que está «viva» y «todavía tiene una misión», ha añadido la política. Por ello, el diálogo con Trump solo puede ser «entre iguales y no en condiciones de subordinación», ha añadido la italiana, en una intervención en la que —eso sí— como es habitual también no perdió la ocasión para cargar contra la oposición y los sindicatos.
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Momentum Meloni
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Meloni ha clausurado así la vigésimo sexta edición de Atreju, abierta este año el 6 de diciembre y que ha contado no solo con la presencia de representantes de la extrema derecha europea —como la francesa Marion Maréchal-Le Pen—, sino también con perfiles muy diversos tanto a nivel italiano como internacional, como el exfutbolista Gianluigi Buffon, el cardenal Matteo Zuppi y el presidente palestino, Mahmud Abás. Todos ellos han sido invitados a más de 140 horas de debates políticos y conferencias, junto a conciertos y actividades lúdicas, entre puestos de comida y de venta de artículos navideños —estos últimos, una réplica de ediciones anteriores—, con unos 1.400 periodistas acreditados, según datos de la organización.
[–>[–>[–>Una cita que, a lo largo de sus nueve días de duración, ha reflejado el momento de claro auge que la política italiana parece estar viviendo, tanto en el plano interno —su partido es primero en todos los sondeos— como en el internacional. Pero que aun así ha puesto en evidencia también los elementos más extremistas que la formación de Meloni aún conserva. Lo atestiguaron diversas intervenciones en defensa del asesinado activista ultraconservador estadounidense Charlie Kirk, los paneles sobre la familia concebida sólo como unión entre «un hombre y una mujer», así como un cartel colocado en una de las entradas del congreso con el lema: «el que no salte es comunista».
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