Lula dice que Meloni le pidió «unos días» para confirmar su firma del acuerdo UE-Mercosur
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló que este jueves Habló con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien le pidió «unos días» para confirmar si apoyará la firma del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Mercosur. «Hoy hablé con el primer ministro Meloni», dijo Lula en rueda de prensa, explicando que le dijo al presidente italiano que la firma del acuerdo el 20 de diciembre había sido propuesta por la Comisión Europea y que se sintió «sorprendido» por la aparente oposición de Italia.
Según Lula, Meloni confirmó que «no se opone» al acuerdo, pero alegó que tiene «problemas políticos con los agricultores» de su país, aunque dijo ser «capaz» de convencerlos de que apoyen el pacto con Mercosur, bloque formado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, con Bolivia en proceso de adhesión.
En este contexto, el presidente brasileño explicó que Meloni le pidió «tener paciencia, unas semanas, unos días, máximo un mes». algo que planteará en la cumbre del Mercosur que se celebrará el próximo sábado en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçu, en el sur de Brasil.
Lula se mostró, sin embargo, confiado en que estas diferencias se resuelvan porque «la esperanza es lo último que muere».
Para que se firme el acuerdo, es necesario que el Consejo de la UE dé su respaldo, pero La fuerte oposición de Francia y las recientes dudas de Italia han dejado en el aire la conclusión del tratado, que se ha negociado durante más de 20 años.
Ante los comentarios de Lula, el ministro brasileño de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira, advirtió que Si la Unión Europea no firma este sábado el acuerdo comercial, el bloque sudamericano priorizará las negociaciones con otros socios, como Japón o Reino Unido. «Si no se concluye, no hay más que negociar y dirigiremos nuestra atención y energía a otros socios importantes que están en la fila», dijo el ministro brasileño, en una entrevista con el grupo audiovisual estatal EBC.
Vieira atribuyó el rechazo de Francia e Italia a las presiones de sus sectores agrícolas, que temen perder mercado y competitividad frente a los productos de los países del Mercosur.
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