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Yo no me fui de nuestro piso de 45 m2, se fueron mis padres

Yo no me fui de nuestro piso de 45 m2, se fueron mis padres
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  • Publisheddiciembre 22, 2025



Santiago Segura Se independizó «a la fuerza» a los 19 años, cuando sus padres se marcharon de casa y él se quedó solo en el piso familiar, una anécdota que el actor cuenta hoy entre risas, pero que luego supuso un auténtico salto al vacío hacia la vida adulta.

No fue la típica historia de un joven que huye del nido: en su caso, el hogar se fue antes que él, lo que le obligó a aprender de repente lo que significaba pagar cuentas, ganarse la vida y convertir los trabajos precarios en un motor de futuro en el cine.

«Mi caso fue muy extraño, porque Yo no salí de casa, mis padres se fueron«, confesó en una entrevista en El hormigueroresumiendo con humor una etapa tan dura como decisiva.

«Mis padres querían cambiar de casa y dije: no me mudo”, dijo. Su propuesta fue clara: quedarse en el antiguo departamento mientras iniciaban una nueva etapa en otro lugar.

El director lo explicó así. Pablo Motos: «Vivíamos en Carabanchelen un piso 45 metros cuadrados y mis padres dijeron sobre mudarse a Leganés a un suelo ligeramente más suelto.

Aún así, Segura se negó a mudarse y convenció a sus padres para que le alquilaran la casa que le dijo: «Tenía 19 añosYa había juntado algo de dinero y me preguntaron si realmente les iba a pagar. les dije que si pero Al final no pague nada«, recordó entre risas.

Santiago Segura Creció en el barrio madrileño de Carabanchelen una familia humilde en la que su padre trabajaba en una fábrica de tornillos y tuercas.

La juventud de Segura.

Aquella salida abrupta de casa le obligó a encadenar trabajos de todo tipo mientras estudiaba en la Facultad de Bellas Artes, compaginando clases con trabajos que hoy recuerda como un auténtico entrenamiento de supervivencia.

«Hay que vivirlo para sé lo malo que fue eso«, reconoció al hablar de esos años de trabajo y un departamento frío en invierno.

Para mantenerse, Segura se convirtió en la orquesta del trabajo precario: vendedor de enciclopedias puerta a puerta, camarero, cliente falso en concesionarios de automóviles e incluso audiencias profesionales en programas de televisión.

«Vendía enciclopedias puerta a puerta; mi frase fue: ‘¿Te gustaría tener literatura universal en estos libros encuadernados en polipiel‘…Vendí dos’, dijo entre risas, recordando una época en la que cada encargo era una pequeña victoria.

También trabajó como «cliente sorpresa» de Seat, visitando los concesionarios como si fueran a comprar un coche y luego redactando informes sobre la atención recibida.

«es muy triste. Parece un invento, pero este trabajo realmente existe«, afirma. «Un amigo me enseñó esto: ‘Vienes a Seat, dices que quieres el modelo nuevo y el tipo te hace un artículo, ¿Cómo puedes pagarlo a plazos?cómo son las ruedas…:», explicó también en la entrevista.

Mientras llenaba el refrigerador y pagaba el alquiler con esos trabajos, Segura siguió rodando corto y transitando por el circuito más marginal y creativo del audiovisual español.



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