Marc Márquez, el regreso a la cima más admirado de la historia del deporte
Era el 4 de septiembre de este 2025 que se apaga. El jueves del GP de Cataluña y, cómo no, la conferencia de prensa la protagonizaron Marc Márquez, Pedro Acosta y Jorge Martín. Hacía días que muchos, absurdamente, decían que el ‘tiburón de Mazarrón’, bicampeón y el chico del futuro, había despreciado en TV a ‘il cannibale’, al campeonísimo de Cervera (Lleida).
[–>[–>[–>Y, mira por donde, la frase, la propuesta, la idea, la sentencia, el elogio, la loa, la alabanza hacia MM93 surgió de la boca del bicampeón murciano, que fue quien ideó que Marc era ya tan grande como Michael Jordan y que, una vez conquistado su noveno título, que ya acariciaba, podía sentarse “merecidísimamente” en la misma mesa que Rafa Nadal, Pau Gasol y Fernando Alonso.
[–> [–>[–>Y eso es lo que DAZN, la tribu de Izaskun Ruiz, ha convertido en ‘Volver’, un documental único, el regreso más grande de la historia del deporte. O uno de ellos. Marc Márquez Alentà (Cervera, Lleida, 17 de febrero de 1993), que desde que logró su primer título (125cc, 2010) no cesó de arrasar (284 grandes premios, 99 victorias, es decir, gana el 35% de las carreras que corre; 165 podios, es decir, el 58% y nueve títulos mundiales), sufrió un grave accidente, rotura del húmero derecho, cuando estaba protagonizando, cómo no, otra remontada histórica en Jerez-2020. La misma que había protagonizado, 10 años antes, en Estoril (125cc), cuando pasó 17º por meta y acabó ganando la carrera.
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Un día, cansado de caerse y hacerse daño con la Honda, Marc se fue al encuentro de Tetsuhiro Kuwata, el jefe de la fábrica alada. Y le mostró la inmensa cicatriz de su brazo derecho. «¡Llook at this!’. ¿Has visto esto?, pues que sepas que esto no es por placer, es para ganar”.
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La historia, a partir de entonces, la conoce todo el mundo. Se opera, regresa precipitadamente seis días después (“fue el error de mi vida”) y empieza a enlazar operación tras operación, caída tras caída. Un auténtico martirio. Hasta que un día, el abuelo Ramon, el mismo que le preguntó “¿no será mucha burra para ti, hijo?” cuando le enseñó la Honda de MotoGP, le pidió que lo dejará. “Déjalo, Marc, déjalo. Tú ya tienes para vivir. Te buscas un trabajo para tener una vida más tranquila y conservar lo que has conseguido. Ya lo has ganado todo”.
[–>[–>[–>«La última, abuelo»
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Pero Marc, que ya había hablado con el doctor Joaquín Sánchez Sotelo, de la Clínica Mayo de EEUU, para someterse a un cuarta operación, le pidió permiso a su abuelo para intentarlo: “Te prometo, ‘avi’, que es el último intento: me opero y, si va bien, ¡gaaas! Y, si sale mal, te haré caso. Colgaré el mono y ya está”.
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Y salió bien. ¿Por qué salió bien? Porque las manos y la técnica empleada por el doctor Sánchez Sotelo obraron el milagro. “Yo solo hice mi trabajo, fue el señor Márquez el que lo consiguió todo gracias a su tremenda fuerza mental inusual. Cuando conocí al señor Márquez”, me contó Sánchez Sotelo, “me dí cuenta de que estaba frente al más grande de los campeones, con una fuerza mental bestial”.
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[–>Marc Márquez, visiblemente emocionado, llorando, tras conseguir su noveno título en Motegi (Japón). / ALEJANDRO CERESUELA
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“La pregunta que había que hacerse cuando regresó de EEUU era muy sencilla”, cuenta Alberto Puig, mánager de Honda y amigo personal de Marc. “¿Lo han curado? Sí, pues olvidaros, va a pasar, pasará, os guste o no, es lo que sucederá. Es el mejor, volverá a ganar de calle”.
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Regresando de un GP en un vuelo privado, Marc se subió la manga derecha de su camiseta y, mostrándole su inmensa cicatriz a su escudero, José Luis Martínez, le dijo: “Le enseñé la cicatriz al jefe (Tetsuhiro Kuwata, Honda) y le dije ‘look at this’. Has visto esto, pues que sepas que esto no es por placer, es para ganar”. Y para ganar, estando curado, necesitaba una moto competitiva. Y lloró mucho, muchísimo, pero decidió abandonar Honda y perseguir una Ducati, primero de segunda mano, luego la oficial.
[–>[–>[–>El elogio del jefe
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“Un campeón que no puede ganar, se acostumbra a perder y deja de ser campeón. Eso jamás ocurrirá con Marc, ¡jamás! Lo sucedido en los últimos años, así lo demuestra ”, cuenta el ingeniero Gigi Dall’Igna, creador de la invencible ‘Desmosedici’, que, al ver lo que Marc hacía con la ‘Des’ barata, no dudó en ficharlo para el equipo oficial.
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“La admiración”, sigue explicando Dall’Igna, “se centra en todo lo que ha hecho Marc para regresar a lo más alto, en conocer a todo lo que ha renunciado, incluidos muchos millones de euros, para volver a ser campeón. Creo que Marc es una enseñanza, no solo para el deporte, sino para todo el mundo, por su voluntad, determinación, inteligencia, lucidez, destreza y madurez. Muchos dicen que es un ‘marciano’. ¿Un ‘marciano’? Yo creo que es el más humano de todos”.
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«Marc dice que mi victoria en Australia, en 2022, le sirvió de inspiración. ¡Ojalá fuese así! Yo solo sé que lo que él ha conseguido, este regreso, es una hazaña impresionante que lo sitúa entre los grandes deportistas de la historia”.
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“Dice Marc que mi victoria en el Open de Australia de 2022, con casi 36 años, le sirvió de inspiración. ¡Ojalá fuese así, qué hermoso elogio!”, cuenta Rafa Nadal. “Yo solo sé que lo que él ha conseguido, este regreso, es una hazaña impresionante que lo sitúa entre los grandes deportistas de la historia”.
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«Mi mayor desafío»
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Marc reconoce que es el reto más grande que ha superado en su vida. “Mi mayor desafío”. “Marc ya era así de niño, de muy niño. Marc jugaba a las motos”, cuenta Roser Alentá, su madre. “Todo está en su cabeza, esa es su fuerza”, dice Andrés Iniesta, otro inmenso. “Nadie lo había conseguido antes y él quiso ser el primero y lo logró ¡claro que sí!”, comenta Alexia Putellas, otra que volvió empujada por su pasión. “Marc se ha convertido ahora en una máquina de ganar. Ya no hay quien le pare”, añade Fernando Alonso.
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«¡Todo al rojo!», suele decir Marc. Si te caes, te levantas; si te paran los pies, te salen las alas. «¡Sí que lo he hecho!», fue el grito de Marc cuando cruzó la meta de Motegi (Japón) como nuevo campeón.
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