Adrián Díaz, empresario español en China: «Si das fines de semana libres, los trabajadores piensan que tu empresa no tiene futuro»
«Quería dar los fines de semana libres a mis empleados, pero allí nadie entiende que un empresario decida tener las máquinas paradas dos días de cada siete», cuenta Adrián Díaz, empresario español en China.
Desde que llegó a China en 2006, Adrián Díaz ha navegado por un entorno empresarial que desafía cualquier idea occidental sobre trabajo y productividad. En una reciente entrevista en el pódcast ConPdePodcast, relató cómo su intento de introducir fines de semana libres en su empresa fue recibido con sorpresa y resistencia. «Mi primera secretaria me dijo que no podía estar en casa mientras su familia trabajaba de lunes a domingo. Para ellos, no trabajar es improductivo», recuerda Díaz.
La experiencia del empresario español ilustra la cultura laboral conocida como «996», extendida en gran parte del país, sobre todo en sectores tecnológicos y manufactureros. La jornada consiste en trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana. Aunque la legislación laboral china establece un mínimo de descanso semanal, en la práctica muchos empleados permanecen disponibles incluso durante los fines de semana, motivados por la presión competitiva y la necesidad de asegurar su estabilidad económica.
En nuestra fábrica, retenemos tres meses de sueldo
Díaz también destaca otro rasgo particular del mercado laboral chino: la retención salarial. En muchas empresas, los primeros meses de salario se retienen para garantizar que los trabajadores permanezcan lo suficiente y se recuperen los costes de formación. «En nuestra fábrica, retenemos tres meses de sueldo. Solo al final del año chino se paga todo junto, y en ese momento pueden decidir si se quedan o se van», explica Díaz. Este sistema responde a un contexto de escasez de mano de obra y alta rotación: los trabajadores cambian de empresa con facilidad si encuentran mejores condiciones.
Retención salarial: una estrategia para fidelizar empleados
Como decimos, otra práctica común en China es la retención de salarios durante los primeros meses de empleo. Díaz explica que, en su empresa, se retienen tres meses de salario para garantizar que los empleados permanezcan en la empresa el tiempo suficiente para justificar la inversión en su formación. Esta estrategia busca reducir la rotación laboral y asegurar la continuidad en la producción.
Desafíos al aplicar estándares occidentales
Díaz destaca las dificultades al intentar aplicar prácticas laborales occidentales en el entorno chino. Por ejemplo, al proponer una jornada laboral de lunes a viernes, se encontró con resistencia, ya que muchos empleados consideraban que trabajar el fin de semana era una oportunidad para generar ingresos adicionales. Este choque cultural pone de manifiesto las diferencias fundamentales en las percepciones sobre el trabajo y el tiempo libre entre ambas culturas.
La experiencia de Adrián Díaz ilustra las complejidades y desafíos al operar en un entorno laboral tan distinto al europeo. Mientras que en Occidente se busca cada vez más un equilibrio entre trabajo y vida personal, en China la prioridad sigue siendo la productividad y la dedicación al trabajo. Estas diferencias culturales requieren una comprensión profunda y una adaptación estratégica para quienes deseen hacer negocios en el país asiático.
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