Aida Fernández tiene 13 años y es cazadora
La canguesa Aida Fernández Rodríguez tiene 13 años y entre sus aficiones, su favorita es la caza. La comparte con su padre, Marcial Fernández, el concejal de Caza y Deportes del Ayuntamiento de Cangas del Narcea, que sin querer la introdujo en este mundo en el que cada vez es más excepcional ver a jóvenes. Ella ni siquiera recuerda el primer día que acompañó a su padre al monte con los perros, pero desde entonces intenta fallar lo menos posible a su cita con la caza.
[–>[–>[–>“Era pequeña, tendría 5 o 6 años, y le pregunté si quería venir conmigo, aceptó y desde entonces se enganchó a ir al monte con los perros, tanto que dejó el fútbol para tener los fines de semana libres para salir a cazar, prefiere dejar de hacer cualquier otra cosa que la caza, incluso el móvil”, cuenta Marcial Fernández.
[–> [–>[–>Marcial Fernández y Aida Fernández durante una jornada de caza con sus perros «Pirlo» y «Ramiro». / D. Álvarez
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Él también llegó al mundo de la caza de la mano de su padre, que de pequeño lo llevaba al monte y le transmitió la pasión por esta actividad que “te curte y te enseña a ser autosuficiente y a subsistir”, destaca.
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Importancia de la caza
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Marcial Fernández vive la caza como esa convivencia del ser humano con la naturaleza y recordando que en un pasado no tan lejano había mucha gente que necesitaba cazar para comer. De hecho, en su casa siempre se aprovechan las piezas en la cocina.
[–>[–>[–>“La existencia de la caza sigue siendo muy importante hoy en día con una gestión adecuada, si no existiese, ahora mismo en los pueblos los jabalíes no dejarían nada, ni prados, ni huertas, la gente no podría trabajar”, expone.
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Para disfrutar de esta actividad al aire libre, Marcial y Aida Fernández se levantan cada día de caza sobre las seis y media de la mañana, para que el amanecer les encuentre ya en el monte. Pertenecen a la “Cuadrilla de Fofó” de Cangas del Narcea y ellos son monteros, los que salen con sus perros a patearse kilómetros y kilómetros de monte en busca de los jabalíes.
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[–>Un trabajo en equipo
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En la cuadrilla se realiza un trabajo en equipo. Se establece una zona de actuación y con los cazadores participantes se cubre un perímetro con puestos fijos, mientras los perros y monteros rastrean la zona para encontrar a los animales. Para Marcial y Aida el trabajo que realizan los perros es “el más importante, si los perros no echan los jabalíes, nosotros no vemos nada, es muy difícil”, subrayan.
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Ellos tienen 14 perros de caza y eso requiere de un esfuerzo e implicación diaria para cuidarlos y adiestrarlos. Una labor que en gran medida ya va asumiendo la joven, sobre todo durante el verano, porque lo que le apasiona de la caza son los perros y salir con ellos.
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La pandilla con dos jabalíes asesinados. / R. D. Á.
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“La caza aporta valores y aprendizajes muy importantes en los jóvenes, les obliga a responsabilizarse del cuidado de animales, aprenden a orientarse en el monte, a no tener miedo, creo que deberían dejar que llevemos charlas a los institutos para que vean lo que hacemos”, reclama Marcial Fernández, que considera que la mayoría de la gente “solo ve que en la caza se mata a animales, pero los cazadores somo los mayores conservacionistas del monte y de la fauna”. Entre otras cosas, destaca el trabajo de mantenimiento del monte y de las pistas forestales que ayudan a realizar a vecinos y a administraciones.
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Como concejal quiere dar visibilidad a la caza, que se incluyó específicamente en su concejalía, desde la que se impulsó la recuperación de la feria de Narcenatur, una cita orientada de nuevo al sector profesional de la caza y la pesca y de la que ya se ha anunciado fecha para el año que viene: los días 5, 6 y 7 años.
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