Álvaro Pombo, Premio Cervantes 2024: «Cervantes era un pringado que solo tenía el talento»
El escritor cántabro Álvaro Pombo no ha defraudado en su comparecencia ante la prensa tras la concesión del Premio Cervantes 2024, en la que ha dado muestras de humor, lucidez y erudición y ha adelantado que su discurso versará sobre «la fenomenología de la fragilidad» en el autor del Quijote.
Llegó en silla de ruedas y murmurando, aún a micrófono cerrado, que llegaba «de milagro, por la dana» y a continuación recordó que Cervantes nunca obtuvo ningún premio. «Cervantes era un pringado que solo tenía el talento, la gracia, el humor, pero tuvo una vida perreada».
El autor de ‘Santander, 1936‘ (2023) o ‘Relatos sobre la falta de sustancia‘ (1977), con 85 años, no tuvo reparo en hablar de la dotación económica -125.000 euros- del máximo galardón de las letras españolas, que recogerá en la tradicional ceremonia del 23 de abril en Alcalá de Henares (Madrid).
«No diré que lo voy a ahorrar pero los voy a restar con parsimonia, andamos muy mal de dinero hoy en día, me han venido muy bien», aseguró Pombo, que lamentó que «el dinero no cunde».
«Mi madre decía que yo iba a ser un manirroto de viejo y eso no es verdad, no es que sea manirroto, es que no llega a nada el dinero, no nos llega el mes«, dijo a la vez que subrayó que el dinero es «un tema importantísimo y clásicamente castellano, de hidalgos y de labriegos, de manirrotos y tacaños».
El fallo del jurado, que se dio a conocer ayer martes, reconoce su capacidad de crear «un mundo literario propio que conmueve» y su «extraordinaria personalidad creadora, lírica singular y original narración».
Pombo ya ha comenzado a bosquejar su discurso, que titulará ‘Diferencias o variaciones sobre ‘El licenciado Vidriera‘», en referencia a una de las novelas ejemplares de Cervantes. «Voy a hacer una disertación sobre cómo se puede hacer una fenomenología de la fragilidad en un cuento como ‘El licenciado Vidriera'».
A su juicio, esa novela es «una variación más sobre el tema de que los locos dicen las verdades» y recuerda que Cervantes nunca dijo que El Quijote estaba loco, sino que utilizaba una no siempre bien entendida ironía diciendo que era «ingenioso».
Esa ironía cervantina ha sido fundamental en su propia vida y en su obra. A diferencia de la furia, el amor o el odio, para Pombo la ironía es «un sentimiento secundario, de persona mayor«, porque «cuando eres joven, no es que lo tengas creído, es que te lo puedes creer, tienes la fuerza, la luz solar».
«Para mí, la ironía, no tenérselo creído, es muy importante porque entonces lo que sale es un producto reflexivo», señaló, aunque recordó que es un arma de doble filo y que «la ironía puede ser mortal porque implica no tomar nada en serio».
En la sede de la Real Academia Española (RAE), que acogió la rueda de prensa, el también académico reflexionó sobre la lengua española, «a la vez solemne y cómica y rápida». También es «una lengua poética», agregó, y «una lengua de muchas patrias, no solo la española o castellana».
Licenciado en Filosofía, Pombo dijo que no se considera filósofo sino narrador aunque esta disciplina le ha influido, sobre todo los clásicos, Sócrates y Platón y también Sartre, pero sin profundizar en ella, tomando solo «el color».
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En estos momentos, anunció, está escribiendo «sobre las guerras africanas, sobre Annual y sobre el general Silvestre» porque, aunque nunca se ha tomado en serio «ni la ficción ni la historia», dice que la historia de España cada vez le pesa más.
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