Así es Cervantes, el pueblo de Australia único en el mundo donde todas las calles tienen nombre español
Los más de tres siglos de dominación del imperio español en el mundo dejaron un legado que no sólo se recuerda en España, sino también en el extranjero. Son muchos los países con monumentos, iglesias, edificios y otras construcciones que honran a nuestro país por su presencia internacional. E incluso nombres de pueblos y ciudades, como en Australia, donde un municipio se llama Cervantes y todas las calles tienen nombre español.
Y hay varios ejemplos que se pueden encontrar aquí: Avenida de Segovia, Calle Aragón, Camino de Talavera, Calle Madrid, Plaza de Granada…Cualquiera puede pensar que es el típico pueblo español, y sin embargo, está a quince mil kilómetros de España, pero con una esencia tan española que cualquier ciudadano de nuestro país podría sentirse como en casa.
Y así, Cervantes es una localidad costera a doscientos kilómetros al norte de Perth, capital de Australia Occidentall. Tiene unos 500 habitantes censados y no muchos establecimientos más allá de un bar, hotel y una tienda. Un pueblo de casas bajas, tejados cubiertos de placas solares y de cuyo nombre sí quiero recordar, porque rinde homenaje a los escritos españoles más famosos, por eso, internacionalmente, el español es conocido como la “Lengua de Cervantes”.
Por qué en Australia hay un pueblo llamado Cervantes: todas sus calles tienen nombres españoles y es un homenaje a España
Cervantes no debe su nombre directamente al escritor español, pero tiene una relación cercana. En el siglo XIX, un Americano llegó a bordo del barco llamado Cervantesen memoria del escritor madrileño. Fue botado en 1840, y aunque originalmente fue construido como astillero, fue reconvertido en buque de carga tras un viaje a aguas antárticas para cazar cetáceos.
Pero unos años más tarde, el carguero, debido a una mala noche en el mar, tuvo que atracar en un lugar de Australia Occidental, llamado treinta puntos. No era el lugar más avanzado ni civilizado del mundo, era una época diferente, por lo que el navegante supo de inmediato que sería difícil repararlo. Así que no tuvo más remedio que subastar el barco.
Los lugareños, igualmente, apodados «Rocas de Cervantes» a las rocas frente a la costa donde el barco había encallado, ya que todavía estaban nombrando sus lugares, y precisamente ese lugar sería durante años lo único reconocible en cientos de kilómetros de costa en un continente que era uno de los últimos continentes en ser descubierto.
Poco después, «Cervantes Rocks» se llamaría el lugar «Islas Cervantes» y en 1962, el gobierno australiano decidió otorgar el estatus de municipio al distrito que rodeaba estas rocas a lo largo de la costa. Evidentemente se conocería como Cervantes.
Más de sesenta años después, el pueblo fue convirtiéndose como tal, con sus edificios, infraestructura y sus calles, que desde que recibió el nombre del escritor español, también seguirían en la misma estela los nombres de los caminos, carreteras, plazas y otros.
O lo que es lo mismo, un mapa de la península dentro de un municipio australianolo que permite ir desde el Camino Santander hasta la Plaza de Huelva, o quizás hasta la Calle Cádiz, entre otras ciudades que tienen su nombre en esta localidad.
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