Ayudan a tener un cerebro tranquilo y feliz
Pequeños errores, molestias musculares o facilidad para ganar peso… Alrededor de los cincuenta años muchos empiezan a notarlo. ciertos cambios en tu cuerpo, tanto física como mentalmente. Se trata de cambios relacionados con la edad que, la mayoría de las veces, no son graves. Son simplemente la consecuencia natural del envejecimiento.
Ahora bien, teniendo claro que estos cambios son inevitables, porque están asociados al paso del tiempo, también es cierto que no hay por qué rendirse y renunciar a una buena calidad de vida. Esto significa, entre otras cosas, que aunque no podemos parar el calendario, lo que sí podemos hacer es minimizar sus efectos sobre la salud en el mediano y largo plazo.
Para ello, una de las muchas estrategias posibles sugiere tratar la ansiedad con el fin de reducir su incidencia en el resto del cuerpo, ya que se sabe que este trastorno mental afecta significativamente muchos aspectos de la salud física, entre ellos: la fuerza de las defensas, la inflamación o el metabolismo.
EL Nutricionista y psiquiatra de la Universidad de Harvard, Uma Naidoo, quien ha pasado décadas investigando la relación causa-efecto entre ansiedad y salud, publicó recientemente en CNBC las reglas que ella misma sigue para «tener un cerebro más tranquilo y feliz».
1. Evita los alimentos ultraprocesados
La dieta es fundamental a la hora de evitar la ansiedad o tratarla si ya está en curso. En este sentido, el experto recomienda encarecidamente evitar los alimentos procesados, o al menos, aconseja tratarlos lo menos posible.
Además, no pueden faltar alimentos ricos en fibracomo verduras, frutas y legumbres. El consumo de este tipo de alimentos favorece el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que repercute en la mejora de la salud física y mental.
Por otro lado, también es importante priorizar carbohidratos complejosen comparación con los simples, porque el cuerpo los absorbe lentamente, lo que evita picos de azúcar. Esto es importante porque, como dice la nutricionista, “un metabolismo saludable es un factor clave para controlar la ansiedad”.
2. Prepara menús coloridos
Existen muchos alimentos que contienen nutrientes que ayudan a controlar la ansiedad. Una de las formas que sugiere la experta en preparar menús enfocados a mejorar la salud mental es prestar atención a los colores. ENTONCES, Una dieta, cuanto más “colorida” sea, mejor.
En este sentido, la nutricionista recomienda en particular verduras de color verde oscuro como brócoli o espinacas, o alimentos de color naranja como zanahorias o calabaza.
También incluye el hierbas y especias como el azafrán, el romero, la cúrcuma, la pimienta negra y la albahaca, que aportan color, sabor e importantes propiedades ansiolíticas, gracias a sus componentes bioactivos, como la curcumina, uno de los más eficaces.
3. Aumentar los micronutrientes
EL vitaminas complejas B, C, D y E, y minerales como calcio, magnesio, hierro y zinc son micronutrientes importantes que pueden ayudar a reducir la ansiedad.
¿Cómo contribuyen las vitaminas y los minerales a la salud mental y, más particularmente, durante un trastorno de ansiedad? Según el profesor de Harvard, “muchos micronutrientes tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que Pueden proteger el cerebro del deterioro a largo plazo. «También ayudan a producir y regular sustancias químicas que afectan el estado de ánimo, como la dopamina y la serotonina».
Por otro lado, la deficiencia de hierro es una de las causas más comunes de sensación de cansancio, lasitud y deterioro. Para evitarlo, la nutricionista sugiere tomar chocolate negro con un trozo de naranja. La vitamina C contenida en la fruta ayudará al organismo a absorber mejor el hierro contenido en el chocolate.
4. Prioriza las grasas saludables
Como consta en el artículo firmado por el experto, El cerebro está compuesto por un 60% de grasa. Esto significa, entre otras cosas, que una ingesta constante de grasas saludables es esencial para mantenerse sano y libre de ansiedad.
Dos de las fuentes más valiosas de grasas saludables son Aceite de oliva virgen extra y aguacates. Ambos alimentos tienen propiedades antiinflamatorias.
Además, las grasas presentes en mariscos, nueces y semillas Son esenciales para reducir la ansiedad, prevenir la neuroinflamación y proteger contra la neurodegeneración.
Por el contrario, el experto No recomienda los aceites de cártamo, soja y girasol.que a menudo contienen ácidos grasos poliinsaturados omega-6, que son perjudiciales para la salud.
5. Reducir los alimentos que aumentan el azúcar
Alimentos con un índice glucémico alto (la capacidad de un alimento para aumentar los niveles de azúcar en sangre), como harina de trigo refinada, arroz blanco y otros almidones, Pueden aumentar el nivel de azúcar en la sangre, lo que provoca una explosión de energía seguida de una caída. Este ciclo de altibajos está asociado con la ansiedad.
Por otro lado, aconseja conservar al menos frutas con IG alto, como las pasas, arándanos y jugo de naranja o plátano.
6. Escuche a su cuerpo y actúe
Por último, el experto destaca dos aspectos adicionales que no están directamente relacionados con la alimentación, pero que tienen un impacto indirecto. Por un lado, enfatiza la creación de un régimen que incluya a aquellos los alimentos que más amamos; y por otro lado, la importancia de escuchar nuestro cuerpo. Si nos sentimos de mal humor, nerviosos o irritables después de ingerir determinados alimentos, la docente aconseja eliminarlos de la dieta, porque, «Si algo no te hace sentir bien después de comerlo, probablemente no sea bueno para ti».
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