BROTE DE PESTE PORCINA | Aragón refuerza medidas para evitar que se ‘cuele’ la peste porcina: «Cada dos por tres desinfectamos»
La peste porcina africana está azotando y poniendo bajo el punto de mira a todos los implicados en el sector. Más allá de las empresas cárnicas, los cazadores o los ganaderos, están aquellos trabajadores que forman parte de la cadena, ya sea controlando la salud de los animales, sacrificándolos o transportándolos con vehículos especializados de miles de kilos de peso.
[–>[–>[–>EL PERIÓDICO conversa con tres trabajadores esenciales que desde hace dos semanas han tenido que adaptar sus rutinas, reforzando la seguridad para evitar que la peste porcina se cuele en Aragón y, sobre todo, en algunas de sus muchas explotaciones.
[–> [–>[–>Desde el anonimato, una transportista de la provincia de Zaragoza explica las rutinas que deben cumplir, ahora reforzadas desde que saltó el primer caso de jabalí contagiado. Lleva 17 años ganándose la vida transportando animales, aunque empezó en el ámbito frigorífico, pasando por el cuidado de ganado y ahora transportando el pienso de los cerdos.
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Con el tráiler de su empresa ha recorrido innumerables kilómetros por las carreteras aragonesas y españolas, pudiendo llegar a trasladar «más de 210 cerdos en un mismo viaje o más de 1.000 lechones», todo esto según su peso. En cuanto al pienso «puede llevar más de 24.000 toneladas» en un viaje rutinario, aunque tiene una capacidad de 28.000.
[–>[–>[–>Pero, como es lógico, no es cargar, conducir y descargar. Todo aquello que transporta pasa por ciertos filtros sanitarios y de calidad para asegurarse de entregar a los porcinos con salud, o el pienso en buen estado. «Absolutamente todo lo que transporto pasa por controles y laboratorios para que esté limpio», asegura a este diario, admitiendo que pese a todo el revuelo que se está produciendo sobre la peste porcina actúa con total normalidad. Otro factor clave y que llevan «a rajatabla» es la limpieza íntegra de su medio de transporte. «Antes de entrar a cada granja pasamos por un badén de desinfección. Entramos por una puerta, que hay que asegurarse de que se cierre, y salen los chorros que limpian el trailer. De siempre nos higienizamos así, no hemos recibido ninguna instrucción diferente», explica a este diario, a lo que añade que ella «lo hace dos o tres veces por si acaso».
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Esta limpieza en los centros de desinfección de su empresa también depende de lo que lleve en su interior, ya sea animales o pienso. «Cuando paso de llevar madres o cerdos más pequeños, vuelvo a cargar con pienso, y paso otra vez a las madres, hay que desinfectar nuevamente el trailer. Vamos, cada dos por tres», subraya.
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[–>Quienes estos días llevan un control exhaustivo son los trabajadores de los mataderos, también los de Aragón. Entre las medidas de seguridad, trabajadores de una de las instalaciones de la comunidad explican que se han instalado vados de desinfección para los camiones, que se desinfectan cuando entran y salen del matadero.
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Para evitar problemas de bioseguridad, en el centro hacen un parón en cuadras de hasta cinco horas en algunos casos. Un periodo en el que no se descargan cerdos, solo se trabaja en una desinfección que se repite igualmente por la noche. De hecho, se ha reforzado el personal de limpieza. A los camioneros, por ejemplo, se les ha limitado el acceso a este espacio. Cualquier medida de seguridad puede ser vital en caso de que haya un animal infectado o el transportista haya estado en una zona contaminada.
[–>[–>[–>Poniendo más el foco en la situación actual, con la peste porcina haciendo de las suyas en la comunidad vecina, Nicolás Urbani, veterinario y miembro de la federación de caza en Aragón, da las claves sobre cómo diferenciar los porcinos infectados y los que no.
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En el caso de los cerdos, estos animales pueden mostrar «síntomas visibles a nivel cutáneo», es decir, en la piel, con unas manchas que se pueden extender por todo el cuerpo. En los jabalís no sucede,ya que al estar todo recubierto de pelo las señales no pueden percibirse. «Normalmente mantienen su condición corporal. En pocos días les sube mucho la fiebre y mueren. También se puede observar que sufren hemorragias internas, algo detectable en algunos cadáveres», explica Urbani, alegando que este síntoma es apreciable en muchos cadáveres de jabalíes que sangran por diferentes partes del hocico.
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Pese a que el tipo de contagios de peste porcina que más registros ha tenido es mediante la sangre y la carne -los jabalís son omnívoros y «no hace asco a comerse los cadáveres de sus propios congéneres»-, existe una posibilidad mínima de que esta enfermedad se transmita por la saliva.
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El proceso para dar un veredicto de si uno de estos porcinos tienen la peste porcina africana es sencillo. Urbani detalla paso a paso que primero hay que, lógicamente, localizar el cadáver del jabalí y «seleccionarlo por causa de muerte». Acto seguido y tras de haber avisado a las autoridades, estas marcarán la zona. En esta actuación se requiere especial cuidado, ya que la sangre se puede quedar en la suela de los zapatos o en la ropa de quien lo haga. Por último, se cogerá una «muestra nasal» del cadáver.
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