Bruselas propone rebajar las exigencias para las pymes y avanzar en la integración del mercado único
La Comisión Europea ha presentado este miércoles una estrategia para reforzar el mercado único y convertirlo en “refugio” para las empresas, que sufren las tensiones geopolíticas y comerciales. El objetivo es simplificar las normas en particular para las pequeñas y medianas empresas, entre las que incluyen compañías que tengan entre 250 y 750 empleados.
No es un secreto que parte de la estrategia de la Comisión Europea frente a la guerra comercial iniciada por Estados Unidos es fortalecer el Mercado Único. «Hoy en día, las empresas se internacionalizan antes de europeizarse. Tiene que ser al revés”, ha dicho el vicepresidente de Estrategia Industrial de la Comisión Europea, Stéphane Séjourné en rueda de prensa. «Los principales socios económicos de los europeos deben ser los propios europeos», ha añadido.
Para Séjourné esto pasa tanto por avanzar hacia la armonización de las normas y la integración del mercado único como por protegerlas de las amenazas externas. Con esta intención, la Comisión ha presentado este miércoles un plan de reforma que aspira a atajar lo que ha llamado ‘los diez terribles’; es decir, las diez barreras de las que más se quejan las empresas que operan en el mercado europeo.
Tras consultar con representantes de los distintos sectores, la Comisión Europea ha identificado algunas de las principales barreras como, por ejemplo, las dificultades para el establecimiento de las empresas en Europa, la complejidad de las normas comunitarias o la escasa apropiación del mercado por parte de los diferentes países. También alude a la falta de armonización en el reconocimiento de cualificaciones profesionales, el etiquetado, o incluso la falta de normas de conformidad de los productos.
La Comisión lamenta también las restricciones a la oferta o los servicios, así como lo engorroso de los procedimientos para el desplazamiento temporal de trabajadores. Muchas de estas cuestiones tienen un impacto particularmente importante en las compañías que forman el pilar fundamental de la economía europea: las pequeñas y medianas empresas. El objetivo de esta estrategia es abordarlas.
Las medidas
En este contexto, se ha propuesto crear un denominado ‘régimen 28’ en el Derecho de Sociedades europeo que armonice la legislación que deben cumplir las empresas que se establezcan en varios países de la Unión. En este ámbito, Bruselas explorará la manera de simplificar las normas y facilitar los procedimientos gracias a la digitalización de los mismos.
Lo mismo plantea respecto al reconocimiento de las cualificaciones, llamando a ampliar aquellas profesiones que se reconocen de manera automática. Además, Bruselas estudia cómo agilizar los procedimientos para permitir el establecimiento temporal de trabajadores en otros países o la facilitación de servicios. En este ámbito, el Ejecutivo comunitario plantea una nueva ley de Servicios de Construcción y otra para los Servicios Postales y de Paquetería, para modernizar la normativa vigente y facilitar estos servicios.
Respecto a los productos, Bruselas plantea también simplificar los modelos para el establecimiento de estándares y los requisitos a las empresas para cumplirlos. Además, quiere armonizar la legislación sobre el etiquetado, el empaquetado y el reciclaje.
Un nuevo concepto de empresa mediana
Las pequeñas y medianas empresas son a menudo las que se ven más afectadas por los requisitos de complejas regulaciones y procedimientos. Por eso, gran parte de las medidas que ha presentado este miércoles la Comisión en el marco de su reforma del mercado único están enfocadas en ellas. Una de esas propuestas es crear una nueva categoría para lo que Bruselas denomina empresas de ‘mediana capitalización’.
Estas empresas tendrán entre 250 y 750 trabajadores y unos beneficios anuales de hasta 150 millones de euros, o un capital de hasta 129 millones. Estas compañías, hasta 38.000 calcula la Comisión, podrán beneficiarse de las mismas ventajas de las que disfrutan las PYMES como exenciones o exigencias menos duras en algunos ámbitos. El objetivo es apoyar a compañías con potencial para acabar operando a nivel europeo.
Esta medida forma parte de un paquete de simplificación que la Comisión ha presentado este miércoles y del que se beneficiarán estas empresas. Entre otras cuestiones, Bruselas rebaja y simplifica las exigencias medioambientales o relativas a la protección de datos. El Ejecutivo comunitario calcula que las empresas podrían ahorrarse hasta 400 millones de euros al año en costes administrativos.
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