CaixaBank cierra la presencia de Bankia en su cúpula con el nombramiento de cinco nuevos consejeros
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Como suele pasar en las fusiones bancarias, incluso en las que se suponen amistosas, uno de los dos peces -normalmente el grande- termina expulsando al chico para mandar en solitario. El consejo de CaixaBank, así, ha solemnizado este jueves el fin de la presencia de Bankia en el órgano de administración, cuatro años después de que la entidad catalana absorbiese al banco nacionalizado y aceptase que su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, ocupara el mismo cargo en la entidad integrada. Apenas unas semanas después de que el banquero vasco dejara efectivamente la presidencia de CaixaBank con el cierre de 2024, el consejo ha confirmado este jueves la salida de los tres consejeros independientes que procedían del consejo de Bankia.
Era un secreto a voces que dichos consejeros -Joaquín Ayuso, Francisco Javier Campo y Eva Castillo- habían manifestado su intención de no renovar en el cargo a consecuencia del anuncio a finales del pasado octubre de la salida de Goirigolzarri. Tras confirmar que su salida se debe a que han expresado su «voluntad de no renovar sus mandato», el consejo ha propuesto a la junta de accionistas que se celebrará el próximo 11 de abril en Valencia sustituirlos por Luis Alvarez Satorre, Bernardo Sánchez Incera y Pablo Forero Calderón. Además, propondrá que Rosa María García Piñeiro ocupe el hueco dejado por Goirigolzarri.
El ex presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, y su sustituto, Tomás Muniesa. / archivo
Otro de los miembros del órgano de administración al que le vencía el mandato de cuatro años es Teresa Santero, consejera dominical en representación del Estado, que posee en torno al 18% de CaixaBank. Como avanzó este diario el pasado viernes, continuará en el cargo tras ser confirmada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Asimismo, el consejo ha propuesto la reelección de Koro Usarraga y Fernando Maria Costa Duarte, mientras que José María Méndez Álvarez-Cedrón será votado como sustituto del veterano José Serna Masiá, dominical en representación de la Fundación La Caixa, que a través de Criteria posee en torno al 31% de las acciones del banco.
Pequeña presencia menguante
Con la salida de Goirigolzarri y los tres consejeros independientes de Bankia, el máximo órgano de administración de CaixaBank quedará sin representantes del consejo de la entidad nacionalizada. Así, el FROB no formaba parte de este último para tratar de visibilizar su respeto a la independencia de la gestión profesional del banco, del que controlaba más de un 60% del accionariado. La ecuación de canje mediante la que se instrumentó la fusión daba a los accionistas de CaixaBank un peso del 74,2% del nuevo grupo y a los de Bankia, el 25,8%. Por ello, el peso de los consejeros de este último banco en el consejo de la nueva entidad estuvo más o menos en línea con dicho porcentaje: eran cuatro de 15, el 26,6% del total (33,3% si se suma al FROB). Ahora su peso pasa a cero.
En el comité de dirección de CaixaBank sí pervive la escueta presencia que se brindó a directivos de Bankia después de que renunciaran a incorporarse a la nueva entidad los cuatro principales colaboradores de Goirigolzarri (José Sevilla, Antonio Ortega, Amalia Blanco y Miguel Crespo). Así, en un primer momento continuaron en sus cargos los 12 integrantes del máximo órgano ejecutivo de la entidad catalana y se crearon dos nuevos puestos para directivos de la nacionalizada (Eugenio Solla como director de sostenibilidad y Manuel Galarza como responsable de cumplimiento normativo). El peso del banco catalán en el comité era del 85,7%, muy superior al que le correspondía según la ecuación de canje (74,2%), si bien se pactó que unos meses después David López pasase a ocuparse de recursos humanos, con lo que el porcentaje bajó al 78,5%.
Los tres altos ejecutivos provenientes de Bankia -y originalmente de tres de las siete cajas que la integraron (Caja Ávila, Bancaja y Caja Insular de Canarias), pero no de la más grande, Caja Madrid- permanecen hoy por hoy en un comité de dirección. Este ha pasado a estar formado por 16 miembros, por lo que la presencia de ejecutivos provenientes del banco nacionalizado ha bajado de suponer el 21,5% al 18,75%. Los otros 13 integrantes provienen de CaixaBank: el 81,25% del total. En niveles inferiores de la dirección ha sucedido algo parecido: la presencia de Bankia era minoritaria de entrada y ha descendido tras la salida de decenas de ejecutivos provenientes de la entidad.
Versiones dispares
El proceso viene de lejos, pero ha quedado más expuesto tras la salida de Goirigolzarri, que ha agitado aguas habitualmente tranquilas. Las versiones sobre los motivos que llevaron al banquero vasco a abandonar su puesto son diversas. Oficialmente, CaixaBank vinculó a finales de octubre su renuncia voluntaria a la finalización del plan estratégico 2022-2024 que se definió tras la fusión. Algunas fuentes, en todo caso, apuntan a un supuesto desacuerdo entre Goirigolzarri y Criteria sobre el proceso de elección de los consejeros independientes de CaixaBank, cristalizado tras el pasado verano, como la razón principal de su renuncia. Otras fuentes, no obstante, lo niegan tajantemente y afirman que el motivo de fondo de su salida es que aspiraba a tener un peso en el banco y en el negocio mayor al que entienden que le correspondía como presidente ejecutivo con competencias muy limitadas, el puesto que se había acordado que ocupara en el marco de la negociación para la absorción de Bankia.
En ese contexto debe interpretarse que, unos días antes de que la renuncia se hiciese pública, el consejero delegado de Criteria, Ángel Simón, afirmase en una entrevista en ‘La Vanguardia’ a finales de octubre que su entidad estaba «en línea con lo que propugna el BCE» en su último borrador de guía sobre gobierno corporativo de los bancos, además de defender que en la entidad financiera «existe una gobernanza adecuada, que hace que el banco actúe con una absoluta independencia de Criteria y de la Fundación, tal como marca el BCE». Dicho borrador, eso sí, insta a que los presidentes de los bancos sean independientes y no ejecutivos, pero Tomás Muniesa, el sustituto de Goirigolzarri, solo cumple el segundo requisito, ya que es consejero dominical en representación de La Caixa, grupo en el que ingresó en 1976.
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