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caos, gritos y fe rota en el templo de Sri Venkateswara

caos, gritos y fe rota en el templo de Sri Venkateswara
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  • Publishednoviembre 1, 2025




Lo que debería haber sido un día de devoción se convirtió en una pesadilla. Miles de fieles acudieron este sábado al templo indio de Sri Venkateswara Swamy, conocido como Chinna Tirupati, para celebrar el día sagrado de Ekadashi. Pero la multitud era demasiada. La falta de espacio, los empujones y el pánico colectivo Provocaron una estampida que acabó con al menos 10 muertos y varios heridos.

Desde primeras horas del día, el templo estuvo lleno. Según las autoridades, para el festival se congregaron unas 25.000 personas, aunque el recinto no tenía capacidad para tanta gente. Las vallas metálicas cedieron ante la presión de la multitud y los gritos se apoderaron de la entrada principal. Los testigos describen momentos de horror.

Videos compartidos en redes sociales mostraban a decenas de personas atrapadas contra las barandillas, intentando desesperadamente escapar entre empujones y caídas.

Los equipos de emergencia y las fuerzas policiales llegaron rápidamente al lugar, pero el pánico hizo imposible cualquier control. Familias enteras quedaron separadas, algunas intentando sacar a sus seres queridos de entre los cuerpos y los escombros. Un policía afirmó que la gente se desbordó, nadie escuchaba, solo querían salir.

Se establecieron varios templos y hospitales locales cercanos para atender a los heridos. Algunos familiares intentaron reanimar a las víctimas por su cuenta antes de que llegaran los paramédicos.

El primer ministro Narendra Modi expresó su pesar en la red social X y escribió que está profundamente herido por la tragedia en el templo de Venkateswara. Aseguró que su pensamiento está con los familiares de las víctimas y que los heridos recibirán toda la ayuda posible.

El Ministro Principal de Andhra Pradesh, N. Chandrababu Naidu, calificó el incidente de devastador y desgarrador. Ordenó una investigación inmediata y pidió a los funcionarios locales que permanecieran en el lugar para supervisar los esfuerzos de rescate y asistencia médica. En su mensaje agregó que nadie debe morir en un acto de fe y que esta tragedia no se puede repetir.

En Srikakulam, el aire huele a incienso y a luto. Las oraciones continúan, pero ahora en voz baja, entre lágrimas.. El santuario, que durante años ha atraído a miles de devotos, se ha convertido hoy en un símbolo de dolor y reflexión.



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