CASO EPSTEIN | «Soy quien le puede hundir», «sé lo sucio que es», «es un demente»: 6 claves de los 20.000 documentos de Epstein publicados que golpean a Trump
Cuando debía haber estado exultante al conseguir acabar con el cierre del gobierno sin ceder en nada ante los demócratas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha visto atrapado de nuevo por el ‘caso Epstein’, una telaraña de la que no consigue escapar en su segundo mandato.
[–>[–>[–>Esa red de polémica que se lleva todo el oxígeno de la atención ha puesto a su propia Administración bajo la sospecha de falta de transparencia y en conflicto con políticos y bases del movimiento MAGA. Y se hizo más densa el miércoles con la publicación por parte del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de más de 20.000 páginas de correos electrónicos y otros documentos del financiero y depredador sexual, que van desde al menos 2011 hasta primavera de 2019, meses antes de la imputación federal de Epstein, que se quitó la vida ese verano en una celda de Nueva York conforme esperaba su juicio.
[–> [–>[–>[–>[–>[–>Estas son seis claves de ese material y de lo que revela su contenido.
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El material publicado el miércoles lo ha obtenido de los herederos de Epstein y por decisión judicial James Comer, el republicano al frente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes. Es distinto de los llamados “archivos de Epstein”, documentos en manos del FBI y del Departamento de Justicia que Trump prometió hacer públicos en campaña pero que hasta ahora no han visto la luz.
[–>[–>[–>Ese falta de cumplimiento de palabra ha provocado enfado e indignación de parte de los republicanos y de las bases de Trump. También ha impulsado una propuesta legislativa bipartidista reclamando la desclasificación de todo el material que se va a votar la semana que viene en la Cámara Baja.
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De momento, la publicación por parte de Comer el miércoles del otro material responde a un claro esfuerzo por parte de los aliados del presidente para intentar ayudarle a recuperar el relato de transparencia. Y llegaba solo unas horas después de que los demócratas del comité publicaran tres cruces de correos electrónicos de Epstein que sugerían que Trump sabía mucho más de su trama de explotación de mujeres jóvenes y menores de edad de lo que ha confesado.
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[–> [–>[–>[–>Esas más de 20.000 páginas no incluyen ningún mensaje directo entre Trump y Epstein, según el análisis que han realizado los medios estadounidenses. Según ese estudio tampoco hay informaciones que incriminen directamente al actual presidente en las actividades delictivas del inversor.
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Lo que sí hay es varios documentos que ponen en cuestión afirmaciones hechas por Trump sobre la relación de ambos o sobre lo que sabía de sus acciones y delitos. El mandatario ha sostenido que ambos fueron amigos en los años 80 y 90 del siglo XX, coincidiendo en círculos sociales de Nueva York y Palm Beach pero también que rompió relaciones con él cerca de 2004, algunos años antes de que Epstein fuera imputado en Florida y encarcelado por prostitución de menores (en aquel caso fue condenado a 13 meses de prisión en condiciones laxas y logró un generoso acuerdo judicial por parte de un fiscal que luego fue secretario de Trabajo de Trump en su primera presidencia y se vio forzado a dimitir cuando una investigación del ‘Miami Herald’ reabrió la atención al caso).
[–>[–>[–>Trump ha mantenido que rompió con el inversor una vez que este empezó a reclutar en Mar-a-Lago a jóvenes para su trama de explotación sexual, incluyendo Virginia Giuffre, la mujer que acusó de abusos a Epstein, su socia Ghislaine Maxwell y a quien hasta hace poco fue el príncipe Andrés de Inglaterra.
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En un mensaje de 2019, meses antes de acabar imputado por segunda vez y ya con cargos federales, Epstein escribió que “Trump sabía de ello” y que fue a su casa “muchas veces ese periodo”. También escribió, en cualquier caso, que a Trump “nunca le dieron un masaje”.
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Epstein se muestra en algunos de los mensajes convencido de que disponía de información que podría hacer daño a Trump. Por ejemplo en uno de diciembre de 2018, cuando el mandatario ya llevaba casi dos años en la presidencia, llegó a escribir: “soy quien es capaz de hundirlo”.
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Supuestamente manejaba información sobre propiedades y negocios del antiguo empresario y en 2012, según un correo que envió a uno de sus abogados, pidió que alguien buceara en las finanzas de Trump, incluyendo una hipoteca de Mar-a-Lago y un préstamo que había solicitado por valor de 30 millones de dólares.
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En 2015, cuando Trump aún era solo candidato, el financiero ofreció a un periodista que entonces trabajaba para ‘The New York Times’ imágenes potencialmente comprometedoras. “¿Quieres fotos de Donald y chicas en bikini en mi cocina?”, escribió concretamente. El reportero, que ya no trabaja para el diario neoyorquino, le ha dicho al rotativo que Epstein no le dio nunca esas fotos pero sí le contó de una vez en que Trump estaba tan «concentrado» en chicas que estaban en la piscina que se estampó contra una puerta y dejó “la marca de la nariz en el cristal”.
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Quizá fueron amigos pero la visión que Epstein tenía de Trump, al menos según se trasluce en conversaciones documentadas, no era demasiado positiva. En un mensaje que cruzó en 2017 con Kathryn Ruemmler, una abogada que fue asesora de Barack Obama y ahora es jefa legal de Goldman Sachs, Epstein escribió: “sé lo sucio que es Donald”.
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Cuando Ruemmler en un mensaje describió a Trump como “tan asqueroso” Epstein le replicó que era “peor en la vida real y de cerca”.
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El retrato negativo también aparece en varios mensajes que cruzó con Larry Summers, el exasesor de Obama y Bill Clinton que también fue presidente de Harvard y que ahora reniega de su amistad con el pederasta. En 2018, por ejemplo, Epstein escribió que Trump era “rayano en la locura”. A Summers también le dijo: “Vuestro mundo no entiende lo tonto que es en realidad. Culpará a todo el mundo a su alrededor por malos resultados”.
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En otros documentos publicados el miércoles se lee a Epstein decir que Trump es “un demente”, asegurar que sus finanzas son “todo un timo” o que había dicho “todo mentiras” al hablar sobre Stormy Daniels, la estrella de entretenimiento adulto a la que pagó antes de las elecciones de 2016 a través de su abogado Michael Cohen para que guardara silencio sobre una relación extramarital.
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El material revelado ratifica el gran tejido de relaciones que mantenía Epstein no solo con Trump sino con todo tipo de personajes ricos y poderosos, incluyendo aliados de Trump como Peter Thiel, el fundador de PayPal, o Steve Bannon, al que Epstein dio consejos en su campaña para desembarcar en Europa.
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El financiero también tenía mantenía repetidos contactos con periodistas, que a menudo acudían a él para pedirle opiniones sobre Trump o sobre el mundo de las finanzas o en busca de contactos.
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Los mensajes publicados el miércoles revelan su muy estrecha relación en concreto con el autor Michael Wolff, que ofreció asesoramiento a Epstein para tratar de contrarrestar informaciones negativas sobre él y habló a menudo con él sobre Trump, al que ha entrevistado en varias ocasiones para sus libros.
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Quien se hunde más que Trump con cada publicación de nuevo material sobre Epstein es Andrew Mountbatten-Windsor, quien fue hasta hace poco el príncipe Andrés de Inglaterra. Los últimos documentos, por ejemplo, ponen en duda su versión de cuándo cortó lazos con Epstein y también su afirmación repetida de que no conocía a Giuffre, la mujer que le acusó de haber sido forzada a tener sexo con él tres veces cuando era adolescente.
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Se ha publicado, por ejemplo, un correo que Andrés cruza con Maxwell y Epstein en el que dice: “no puedo aguantar más esto”, en referencia a una investigación que estaba realizando el ‘Mail on Sunday’. Aunque Andrés en el pasado ha dicho que había roto su relación con ellos en 2010, ese correo está datado en marzo de 2011.
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Andrés también sugirió en 2019 que la famosa foto en que se le ve con Giuffre y con Maxwell podía haber sido falsificada y que no recordaba que la hubieran tomado. Un correo electrónico de 2011 de Epstein, no obstante, le lleva la contraria. “Sí, estuvo en mi avión y sí, le tomaron una foto con Andrés”, dijo sobre Giuffre, aunque también escribió que esa toma de fotografías con el entonces miembro de la casa real británica era habitual entre sus empleadas y definió a la acusadora (que se suicidó en abril) como “una mentirosa”.
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