Catalunya y la década de piloto automático
A finales de 2009, al aprobar los presupuestos de la Generalitat para 2010, el entonces ‘president’ socialista José Montilla y Antoni Castells, que era el ‘conseller’ de Economia, no sabían que estas cuentas serían las últimas aprobadas y que iniciaban un periodo de una década con presupuestos fuera de plazo o prorrogados. A partir de 2010 comenzó un periodo en el que aquello de que la ley presupuestaria saliera ratificada del Parlament se convirtió más una excepción que en una norma. No fue hasta los de 2022 que se logró recuperar la normalidad de aprobarlos en tiempo y forma, con Pere Aragonès (ERC) de ‘president’ y Jaume Giró, de ‘conseller de Economia, en un Ejecutivo catalán en el que los republicanos y Junts pilotaban la nave en coalición hasta que los posconvergentes rompieron amarras, muy a pesar de algunos de sus miembros, como el propio Giró. En la actualidad, por circunstancias diferentes, Catalunya vuelve en 2025 a vivir con presupuestos prorrogados por segundo ejercicio consecutivo.
A partir de los presupuestos de 2011 empezó una larga etapa marcada por cuentas públicas tardías y con recortes en 2011 y 2012, tras el desplome de la recaudación; y prorrogadas en 2013 por la convocatoria de elecciones anticipadas por parte de Artur Mas. También se demoraron las cuentas de 2014 y 2015. Después del traspaso de la cartera económica de Andreu Mas-Colell a Oriol Junqueras en 2016, este, que ocupó también el puesto de ‘vicepresident’, tuvo que prorrogarlas; y diseñó los últimos presupuestos prereferéndum del 1-O en 2017, aprobados entrado el ejercicio por las impugnaciones legales por incluir gastos para una consulta sobre la independencia.
El 1-O y los acontecimientos posteriores, como la declaración unilateral de independencia, abrieron un paso un periodo de inestabilidad con cuentas prorrogadas en 2018 (se intervino la Generalitat durante 218 días a través del artículo 155, de octubre de 2017 hasta junio del 2018), 2019 y parte de 2020, ya que hasta abril del año siguiente el Govern no logró aprobarlas con el apoyo de los Comuns y con el que luego fue ‘president’, Pere Aragonès, como responsable de la caja y a la vez ‘vicepresident’.
En 2021 volvió la prórroga y el entonces ‘conseller’, Jaume Giró, se comprometió ante las peticiones de Foment del Treball y Pimec y los sindicatos UGT y CCOO, a trabajar en las cuentas de 2022. La búsqueda de mayorías y el trámite parlamentario haría que las de 2021 fueran para muy pocos meses.
Pero el historial de cuentas prorrogadas o fuera de plazo no acaba aquí. En los últimos 45 años, la Generalitat ha prorrogado o aprobado fuera de plazo un total de 23 y camino de 24 presupuestos frente a los 9 y camino de 10 del Gobierno central. De todas, formas, por parte de la Generalitat, la mayoría se han concentrado en periodo iniciado en 2010, que abarca toda la fase que conocemos como el ‘procés’. Lo habitual hasta entonces era que las convocatorias electorales hicieran imposible aprobar las cuentas en plazo. Todas las legislaturas han contado con hombres al frente de la Conselleria de Economia, hasta que Natàlia Mas (ERC) accedió al cargo entre 2022 y 2024 y mantenido la nueva tendencia Alícia Romero, del PSC en la actualidad.
El arranque del ‘procés’, con Artur Mas como ‘president’, supuso el inicio de una gran volatilidad que acabó con un ‘president’ inhabilitado, Quim Torra y un lío legal en torno a las elecciones. Además de la unión que acabó configurando la suma de la antigua Convergència y ERC para un Govern, se incorporó a la ecuación la CUP. El saldo es que entre 2011 y 2021 siempre hubo prórrogas o cuentas aprobadas fuera de plazo. La mayor víctima ha sido la inversión, que tocó fondo en el 2014, con 1.276 millones tras una etapa expansiva con cénit en 2009 con 6.322 millones con el tripartito, entre la directa y la extrapresupuestaria (peajes en la sombra, etc, que hipotecan los Presupuestos durante años).
En el Gobierno central la inestabilidad que impidió aprobar cuentas se produjo desde la moción de censura que en junio de 2018 desalojó del poder a Mariano Rajoy hasta 2020, cuando Pedro Sánchez consiguió que los primeros Presupuestos de un gobierno de coalición tiraran adelante y los de Cristóbal Montoro (PP), los más longevos de la Democracia, pasaran a ser historia. En la Administración central, el resto de Presupuestos fuera de plazo tiene que ver con el momento de convocar las elecciones; los de 2024, por la convocatoria de elecciones en Catalunya, al requerir el apoyo de ERC. Y en la actualidad, como consecuencia de la fragmentación del Congreso.
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