China, los Reyes y el abismo cultural
China aspira a tender puentes con Occidente y minimizar el impacto de los aranceles de Trump en su economía. El actual viaje de los Reyes de España a China llega en momento tan delicado como oportuno, con aspiraciones claras a fomentar las relaciones bilaterales, especialmente en lo económico. Pero las tensiones entre EEUU y China se mantienen. Lo que separa a China de EEUU es demasiado para esperar consensos profundos. Si el político Joan Tardà suele decir que a Junts y PP solo les separa la lengua, lo que separa a China de EEUU es un abismo cultural, histórico y lingüístico. Y es que cualquier dinastía china duró más tiempo que lo que lleva existiendo EEUU. Y el móvil (con su traductor, y Alipay o Wechat) es el único capaz de hacer que un turista occidental esté en contacto con su entorno en China. Otro planeta en la Tierra.
[–>[–>[–>Pero EEUU y China comparten su concepción capitalista del mundo hasta umbrales todavía por descubrir. China es autosuficiente y se intuye que cualquier enfrentamiento comercial conllevará más pérdidas al contrario que al gigante asiático. Suele ser esa una conclusión habitual entre los empresarios que han hecho fortuna allí. China pasó de copiar a mejorar, pero ha entrado ya en la etapa del liderazgo empresarial. Es la fábrica del mundo y su zona costera es, en muchos aspectos, un exponente del mundo que viene. Estuve hace 30 años en China, en un viaje para conocer fábricas y métodos de producción que querían adaptarse a las demandas europeas. He vuelto recientemente y corroboré la increíble transformación completa registrada. Las bicicletas y carreteras precarias han sido sustituidas por motos eléctricas (las motos de combustión fueron prohibidas en las ciudades más contaminadas), las grúas transformaron el paisaje y a sus ciudadanos. El dinero en efectivo no se usa apenas. El pleno empleo ha supuesto que las fábricas tengan dificultades para fidelizar la mano de obra.
[–> [–>[–>Las últimas carencias que percibe China se sitúan más en el ámbito cultural y los últimos movimientos del Gobierno chino quieren minimizar la falta de puentes de entendimiento con el resto del mundo, sea a través de contactos diplomáticos o de cualquier otra índole. Esta semana pasada, la fundación cultural italiana Moca inauguró en Shanghái una muestra de los ganadores del Arte Laguna Prize de los últimos 20 años. Con asistencia del alcalde de Venecia, China aspira a codearse con el arte contemporáneo puntero de Europa. Es un ejemplo de ese acercamiento a Europa que se planea desde China. Y España quiere ser cabeza de puente europea en China. Ya Aliexpress ha resaltado la importancia de los consumidores españoles, los más abiertos a consumir productos de China del Viejo Continente.
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Inauguración de Arte Laguna en la ciudad de Shanghai. / E. L. A.
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El plan quinquenal anunciado recientemente por el Gobierno chino es una muestra del sistema de economía planificada que pretende estabilizar el crecimiento en torno al 5% hasta el próximo decenio. Pero China, en el marco de esa planificación centralizada, es una economía visceralmente capitalista con escasas aspiraciones en términos de redistribución de la riqueza. Las diferencias de clase e ingresos entre los ciudadanos chinos aumentan, mientras el crecimiento del país en términos de PIB tiende a moderarse. Pero el Gobierno chino emplea la política monetaria de manera eficaz como instrumento básico para incentivar el crecimiento económico y dinamizar los sectores y las empresas de manera selectiva. La iniciativa privada es motor vitaminado para la economía colectiva. La teoría monetaria moderna (que aprovecha la potestad de creación de dinero del banco central) se aplica sin rubor.
[–>[–>[–>Las autoridades han subrayado reiteradamente en los últimos meses que impulsar la débil demanda nacional es una de las grandes prioridades económicas para un 2025 marcado no solo por la amenaza de la deflación sino también por frentes conocidos como la crisis inmobiliaria y otros incipientes como la guerra comercial con Estados Unidos. Las exportaciones de China se contrajeron -1 0,1% interanual en octubre, la primera caída en ocho meses. Esto fue significativamente inferior al aumento esperado del +2,9%. Los envíos a EEUU se desplomaron un 25,1%, lo que supone el séptimo descenso mensual consecutivo. Esto se vio parcialmente compensado por un aumento del 3,1% en los envíos al resto del mundo. Las exportaciones a la UE aumentaron apenas un 1,0%, el ritmo más lento desde febrero, mientras que los envíos a Corea del Sur, Rusia y Canadá cayeron en dos dígitos. El dinamismo exportador de China se está desvaneciendo y el consumo interno será clave en los próximos años.
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El presidente chino, Xi Jinping, dio a conocer el 15º Plan Quinquenal chino y su nuevo y modelo de gobernanza exigente. El líder chino se centró en el equilibrio entre el crecimiento económico, una distribución más equitativa de los ingresos, la mejora de la productividad laboral y el desarrollo de lo que él denomina «nuevas fuerzas productivas de calidad». Ahora se espera que los dirigentes locales promuevan simultáneamente la autonomía tecnológica, contrarresten los efectos del declive demográfico y estimulen el consumo interno, un conjunto vertiginoso de imperativos contrapuestos que deben armonizarse en una única acción coherente. Esa es la China de hoy, hipercapitalista pero de economía planificada, y que sabe utilizar la emisión de dinero de manera eficiente para capear las crisis.
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