China y Latinoamérica buscan profundizar sus relaciones en medio de la guerra comercial de Trump

El comercio entre Estados Unidos y América Latina fue de 585.000 millones de dólares el año pasado. El intercambio de la región con China estuvo en 2024 alcanzó los 500.000 millones aproximadamente y crecerá un 5% en 2025. La guerra arancelaria lanzada a nivel global por Donald Trump, y que impacta en particular en las relaciones entre Washington y Pekín, con la imposición de aranceles de hasta 145% a las exportaciones del gigante asiático, encuentra a China y buena parte de los gobiernos latinoamericanos en una situación que puede acelerar la convergencia económica. El Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)-China, que tendrá lugar el 13 de mayo en Pekín, es presentado como una oportunidad en esa dirección. «Quiero hablar con los chinos sobre el diálogo entre civilizaciones, sobre que América Latina debe volcarse al mundo y sobre Colombia, obviamente, para firmar varios tratados comerciales», dijo Gustavo Petro, presidente colombiano y de la CELAC a lo largo de este año. El impacto de las medidas adoptadas por la Casa Blanca reforzó su interés en unirse a la llamada Ruta de la Seda. Además de Petro, participarán de ese encuentro los presidentes de Brasil y Chile, Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric.
Lula fue especialmente invitado por su colega Xi Jinping, con quien suscribirá al margen de la cumbre unos 16 acuerdos bilaterales que se suman a los 40 existentes y explican el volumen del intercambio entre los dos países: 150.000 millones de dólares anuales. Lula y Xi Jinping volverán a encontrarse en julio en Río de Janeiro en el marco de la cumbre de jefes de Estado del BRICS.
Desde que Chile recuperó sus instituciones democráticas, en 1990, profundizó sus vínculos con Estados Unidos al punto de suscribir 14 años más tarde un Tratado de Libre Comercio. Los sucesivos gobiernos de derecha y centroizquierda no dejaron a un lado la necesidad de diversificación de las exportaciones chilenas. En la actualidad, China es el primer comprador de Chile, que vendió sus productos por 37.996 millones de dólares en 2024. La presencia de Boric en Pekín también se desdoblará. Además de la CELAC, encabezará el Encuentro Empresarial Chile-China 2025, con el objetivo de fortalecer los cimientos de una asociación entre ambos países «que ha sido fundamental para el crecimiento y proyección internacional de Chile», según un comunicado del Palacio de La Moneda.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no estará presente en la reunión de Pekín. Sin embargo, los complejos términos de los vínculos entre México y su vecino desde la asunción de Trump la obligan también a replantear la posibilidad de otros niveles de acercamiento con China. El comercio bilateral fue superior a los 100.000 millones de dólares en 2023 y creció de manera significativa en 2024. Esa expansión puede ser mayor a partir de la guerra arancelaria norteamericana.
El caso argentino
El ultraderechista argentino Javier Milei fue el único presidente latinoamericano que no expresó queja o desazón con las medidas comerciales del magnate republicano. Su decisión de un alineamiento automático con Washington es inquebrantable. Como parte de esa voluntad, el Gobierno recibió pomposamente al secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien en Buenos Aires acusó a China de firmar «acuerdos rapaces en América Latina y África que se presentan como ayuda, pero fueron para apropiarse de derechos mineros y añadir enormes cantidades de deuda a los balances de esos países». La embajada china en Argentina rechazó las «maliciosas difamaciones y calumnias» y dijo que Pekín «acompaña a los países en desarrollo en su camino hacia el desarrollo sin imponer ningún condicionamiento político». El encargado de los asuntos latinoamericanos de Trump, Mauricio Claver-Carone, pidió a Milei también poner fin a la línea de crédito que Argentina tiene con China, de unos 5.000 millones de dólares, y que ha sido fundamental en momentos de inestabilidad cambiaria. En 2024, Argentina y China mantuvieron un intercambio comercial de 79.721 millones de dólares que posibilitó al país sudamericano un superávit de 18.899 millones. En este contexto, la preferencia de Milei por Washington no parece alterar una línea ascendente de complementariedad. El nuevo jefe del Comando Sur del Departamento de Defensa de EEUU, el almirante Alvin Holsey, acaba de visitar Argentina. Uno de sus propósitos fue verificar si China instala o se propone instalar una base naval en el extremo austral. A la par, los gobernadores de las provincias de La Pampa, Jujuy, Neuquén, Catamarca se alistaron para recibir delegaciones comerciales chinas para avanzar en la colaboración, indiferentes a la retórica de la autoridad nacional.
Venezuela, Perú y Ecuador
Nicolás Maduro no viajará a Pekín para la cumbre de la CELAC. Pero en Pekín estuvo recientemente la vicepresidenta Delcy Rodríguez con una petición especial tras la salida de Chevron Corp (CVX) y otros operadores energéticos extranjeros de su país: Venezuela necesita vender más crudo a su mayor socio de Asia. China es el principal acreedor de Venezuela. Le ha prestado 60.000 millones de dólares desde 2027. La deuda actual es de unos 25.000 millones. Ambos países suscribieron en diciembre pasado nuevos acuerdos de cooperación.
Xi Jinping fue uno de los primeros líderes internacionales en felicitar al ecuatoriano Daniel Noboa por su reciente reelección. El hijo de la mayor fortuna ecuatoriana, la de Álvaro Noboa, no se privó de reivindicar la aproximación con Trump en su campaña electoral. El joven mandatario se propone, como Milei y el salvadoreño Nayib Bukele, ser un socio político confiable de Estados Unidos. Pero la afinidad política no altera la inercia de las lógicas comerciales. China y Ecuador firmaron en 2023 un Tratado de Libre Comercio que entró en vigor con Noboa en la presidencia. China ha sido el principal destino de exportación de productos ecuatorianos como el camarón. El sector petrolero ha recibido importantes inversiones, inclusive la empresa El Ordeño, del Grupo Noboa. China también se hace presente en la minería con importantes adquisiciones. Huawei tiene una presencia significativa. El 40% de los coches ecuatorianos son de origen chino.
El volumen del comercio entre China y Perú en 2024 fue de 39.758 millones de dólares, lo que supuso un incremento interanual del 10,9%. China es hoy uno de los socios comerciales más importantes de Perú. El megapuerto de Chancay, ubicado 75 kilómetros al norte, y que contó con financiación china de unos 3.500 millones, es la prueba material no solo de esa asociación bilateral sino del papel que desempeñará esa terminal marítima en el crecimiento del flujo comercial con la región en general. El potencial de ese rol es observado con otra lente a la luz de la ofensiva de Trump.
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