Cómo proteger las rodillas en deportes de impacto: guía completa
Correr siempre ha sido un deporte muy popular, pero la pandemia de Covid y el cierre de los gimnasios por el confinamiento propiciaron que todavía más gente se calzara unas zapatillas deportivas para salir a correr. Compensaban así el ejercicio que no podían hacer en los centros deportivos.
[–>[–>[–>Pero, antes de iniciar cualquier rutina deportiva, siempre sería conveniente pasar un control médico para que un especialista en medicina deportiva supervisara la capacidad y condiciones físicas para llevar a cabo una determinada actividad de esfuerzo. Conocer el estado de nuestro organismo permitirá prescribir el ejercicio y la intensidad más adecuados en cada caso, y así minimizar el riesgo de lesiones. De esta manera, actividad física, intensidad, frecuencia, ritmo y duración idóneos para cada persona se traducirán en un mejor provecho del ejercicio y lo harán de manera mucho más saludable.
[–> [–>[–>Además del corazón, las rodillas son un punto clave en la práctica deportiva, y muy especialmente en los deportes que precisan correr o saltar. La doctora Mercè Reverté, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica de Clínica Corachan, explica que, para cuidar el cartílago, que es el tejido que conecta las articulaciones, imprescindible para que estas funcionen bien, el ejercicio ayuda mucho. “Sin movimiento regular, el cartílago tiende a deteriorarse”, señala la especialista del equipo Traumatología Lenox Corachan. Sin embargo, tampoco hay que pasarse. “Si el cartílago se somete a una carga excesiva de forma repetida, puede desarrollarse osteoartritis (OA), la forma más común de artritis. En esta condición, el cartílago se va deteriorando progresivamente hasta llegar, en algunos casos, a desaparecer”.
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Principales recomendaciones a la hora de correr
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Utilizar el calzado más apropiado posible, prestar atención a las superficies sobre las que corremos, alimentarse e hidratarse adecuadamente y realizar estiramientos antes y después del ejercicio son las principales recomendaciones de los especialistas.
[–>[–>[–>En cuanto al calzado que se usa, tal como afirma la Dra. Reverté, no existen estudios de gran alcance que aporten suficiente evidencia científica sobre el efecto del calzado en el deporte. Pero en los últimos años, la innovación tecnológica aplicada al diseño del calzado deportivo, y en concreto para corredores, se ha enfocado en la capacidad de disminuir las lesiones más características de este deporte, como son las tendinopatías y las fascitis plantar. Se han hecho acolchados especiales para personas con tendencia a volcar los huesos del talón hacia fuera (supinadores) y suelas con control de la pronación para quienes inclinan los huesos del talón hacia dentro (hiperpronadores).
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La superficie sobre la cual se sale a correr también es importante. Lo mejor -según explica la doctora de Clínica Corachan- “es combinar asfalto y cemento con suelos más blandos como la arena o el césped. Alternar estos tipos de terreno ayuda al sistema musculoesquelético a adaptarse mejor y reduce la sobrecarga repetitiva, evitando el riesgo de lesiones”.
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[–>Pero, sobre todo, hay que tener en cuenta que, si al correr se siente dolor y este se prolonga durante varios días y de manera intensa como para no poder correr, se debería acudir al médico.
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Causa de las lesiones
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Gran parte de las lesiones de los corredores tiene su origen en factores del entrenamiento, como la manera de apoyar los pies, cómo se dejan caer al suelo y clavar el impacto. También tiene que ver con ciertas lesiones una excesiva duración del entreno, sin descansos o una inadecuada alimentación. “De todo ello se puede derivar la aparición de un desequilibrio en el funcionamiento osteomuscular”, puntualiza la Dra. Reverté.
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También explica que “las lesiones musculares, tendinosas y osteoarticulares, son más frecuentes en las extremidades y afectan tanto a deportistas de élite como a aficionados de todas las edades, durante el entrenamiento o en competición”. Y señala que “algunas lesiones responden a la falta de habitud al deporte que, al aconsejarse su práctica médicamente, los pacientes se toman el inicio de un modo demasiado entusiasta”.
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Las lesiones del menisco de la rodilla se originan con frecuencia por la acumulación de cargas cíclicas y microtraumatismos en la articulación femorotibial, especialmente durante gestos que combinan compresión y rotación. También un traumatismo directo en la rodilla puede generar lesiones meniscales.
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Por todo ello -indica Mercè Reverté- “el entreno debe consistir en la aplicación progresiva y sistemática de cargas que estimulen los procesos de sobrecompensación. Para conseguirlo, se requiere que la carga provoque una fatiga y también que posteriormente el organismo pueda recuperarse”.
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Y, según añade la especialista, “si el fenómeno de la sobrecompensación se va repitiendo a lo largo del tiempo, el organismo consigue un nivel funcional más elevado, a consecuencia de los procesos adaptativos. Por ello debemos ser conscientes de que después de un periodo largo de inactividad, o sin práctica deportiva previa, debemos hacer una adaptación progresiva al ejercicio, minimizando el impacto, y hacer poco a poco la introducción de este, haciendo valorar a un profesional deportivo cuál es la conducta que seguir”, concluye la especialista de Clínica Corachan.
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