COMUNIDAD VALENCIANA | El estreno de Llorca: una semana para normalizar un año de anomalías con Mazón
Juanfran Pérez Llorca ha llegado al Palau de la Generalitat con objetivos claros y consciente de que el tiempo no juega a su favor. Con apenas año y medio por delante antes de las elecciones y con un congreso autonómico de por medio para despejar cualquier duda como cartel electoral en 2027, el nuevo president ha arrancado su mandato a toda velocidad en busca de apaciguar todos los frentes que habían situado a la Generalitat en la anomalía institucional.
[–>[–>[–>Quizá el paso más simbólico, aunque no ha logrado plenamente el efecto buscado, ha sido la petición de perdón a las víctimas de la dana así como el reconocimiento de que la Generalitat no se anticipó correctamente a la emergencia, un paso que Carlos Mazón nunca dio en un año.
[–> [–>[–>En esa línea de contricción, Llorca también ha visitado la zona cero en dos ocasiones en apenas tres días: Picanya el día 6 de diciembre, apenas un día después de presentar su nuevo Consell, y Paiporta el día 9, con normalidad institucional, incluidos un encuentro con los alcaldes socialistas y un reconocimiento sobre el terreno. Otro gesto que Mazón nunca tuvo desde el 29-O, al menos públicamente.
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Siguiendo con la idea de reconstruir puentes, Llorca ha ofrecido pactos a la izquierda en instituciones clave como À Punt, que tras los cambios en el Consell tiene vacante la plaza de presidente del consejo de administración, o las Corts, donde se ha abierto a dar espacio al PSPV en la Mesa. Dos ofertas que vincula a la renovación de los órganos consultivos, un terreno que ya exploró antes de la dana.
[–>[–>[–>También en clave de distención, desde el cambio en el Palau se ha rebajado la tensión con la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), una institución que se había conflictivizado al convertirse en objetivo para Mazón y Vox, con presión política y económica.
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Cambio de paso con el Gobierno
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En paralelo a estos movimientos institucionales en las Corts y en la C. Valenciana, Llorca también ha logrado reconducir el bloqueo institucional al que tenía sometido el Gobierno de España a Mazón. Justo quince días después de la toma de posesión en las Corts, el nuevo jefe del Consell tiene cita en el Palacio de la Moncloa para abordar la reconstrucción y asuntos claves de la agenda valenciana. Será el próximo miércoles, 17 de diciembre.
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[–>El sacrificio asumido por el PP dejando caer a Mazón también ha obligado a Pedro Sánchez a cambiar el paso, tras un año de cordón sanitario. El Gobierno nunca quiso reunirse con Mazón ni articular una comisión para coordinar las tareas de la post-dana.
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Guiños a Mazón y a Catalá
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En clave interna, Llorca también se ha puesto pronto a la faena para cohesionar al partido y evitar que las heridas que ha dejado el proceso de sucesión interna se gangrenen. De hecho, pese a marcar estilo y equipo propios, el nuevo Consell mantiene a todos los colaboradores más próximos de Carlos Mazón. Y ha realizado concesiones evidentes a María José Catalá, alcaldesa de Valencia, con la que hubo tensiones en torno a la dimisión del expresident.
[–>[–>[–>Catalá quedó retratada como la candidata favorita de Génova, a la que la cúpula actual del PPCV quería evitar. El nuevo president se ha esforzado en reconducir la situación. La alcaldesa y los suyos presumen hoy de influencia, con varios consellers próximos, y exhibiciones de convocatoria como la cena de este pasado jueves en la capital.
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Estas son las luces de la primera semana completa de Pérez Llorca al frente del Consell. Pero también se han visto nubarrones. Y hay dos que no se despejan. En su camino de pacificación, Llorca se encuentra dos escollos en forma de expresidents: Carlos Mazón y Francisco Camps.
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Mazón, elefante en las Corts
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El primero, pese a haber dimitido, conserva su acta de diputado autonómico que le blinda ante la jueza de la dana, pero al mismo tiempo complica la percepción de distanciamiento de su herencia que Llorca quiere trasladar. Hasta ahora, el nuevo president ha evitado cuestionar esa permanencia en la última fila de la Cámara, y desliza que el nivel de presión del partido sobre el expresident dependerá de la evolución del proceso judicial. “El acta no se la da el partido, sino la soberanía popular”, dijo esta semana.
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Con todo, esta situación es una percha que facilita a la oposición mantener el foco en el expresident. Y, sobre todo, dificulta el acercamiento a las víctimas. Dos de las asociaciones principales ya han dejado claro que sin ese paso, sin reclamarle el acta, no van a normalizar las relaciones con el Palau.
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El segundo obstáculo que el president ve en el horizonte es la desconcertante campaña de Francisco Camps, seguido por un amplio grupo de fieles (excargos y militantes de su época, también algunos jóvenes), para postularse como líder del PPCV y candidato a la Generalitat.
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Esto no sería más que una anécdota si, de aquí a las elecciones, no hubiera que celebrar un congreso regional para renovar la dirección y los órganos del partido. Camps se ha mostrado inmune a las maniobras de acercamiento del nuevo líder del PPCV. Llorca ha tenido gestos de reconocimiento del pasado, con el fichaje de algunos de sus colaboradores más próximos, pero que no han servido a un expresident herido en su orgullo.
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Camps ha redoblado su órdago, postulándose ya como candidato a la Generalitat, tomando la bandera de la democracia interna, con exigencia de una votación abierta a todos los militantes. Su agitada agenda de encuentros públicos y con los medios evidencia que está muy lejos de facilitar una aclamación a Pérez Llorca como candidato. Ahora mismo, puede darse por seguro que presentará batalla en el congreso, por minoritario que sea su movimiento.
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La convivencia con Vox
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En paralelo a la convivencia con los dos expresidents, Llorca también deberá lidiar con su imprevisible socio de investidura en las Corts. Con los presupuestos de 2026 por aprobar, Vox ha comenzado a lanzar señales que evidencian su voluntad de condicionar el debate público. El apoyo a Pérez Llorca va a tener un coste.
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Esta semana ha presentado una agresiva PNL respecto a los menores migrantes. El mismo día de la toma de posesión presentó otra proposición para condicionar bonificaciones fiscales por criterios de nacionalidad. Hubo otra sobre la ‘inquiokupación’. Además, este jueves desconcertó al PP al pedir que el nuevo portavoz del Consell, Miguel Barrachina, comparezca en la comisión de la dana en las Corts por su papel el 29-O en la gestión de la presa de Buseo. Lo ha hecho tras rechazar la misma petición del PSPV meses atrás.
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Diez días entre el Palau, la zona cero y Madrid
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Pérez Llorca ha tenido un inicio de mandato atareado. Tras el pleno de investidura del 27 de noviembre y la toma de posesión del 2 de diciembre, Llorca ha acelerado con la presentación del nuevo Consell, la jura de los cargos y los primeros actos simbólicos.
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Así, ha visitado dos de los municipios más devastados por la dana, Picanya y Paiporta. También se estrenó en la Villa y Corte con los actos del Día de la Constitución, donde anunció el restablecimiento de las relaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez. Ha concedido también las primeras entrevistas (otro cambio respecto a Mazón, que pasó un año alejado de los medios). Y a finales de esta semana se ha dejado ver con la alcaldesa María José Catalá, que celebró la cena de Navidad del PP de Valencia ciudad.
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